5 de septiembre de 2017


EL RESGUARDO REACCIONARIO DEL SENTIDO COMÚN. FRANCISCO BERGOGLIO, UN PAPA MISIONERO EN SU PROPIA TIERRA.

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB
Director Grupo Investigación Presidencialismo y participación. UNIJUS/Colciencias,
XIII Seminario Internacional Gramsci, 14-16 de noviembre 2017.

"Pero la cuestión campesina está en Italia históricamente determinada, no es <>; en Italia la cuestión campesina tiene, por la determinada tradición italiana, por el determinado desarrollo de la historia italiana, dos formas típicas y peculiares; la cuestión meridional y la cuestión vaticana." Gramsci, Algunos temas sobre la cuestión meridional, otoño de 1926.

En "Algunos temas sobre la Cuestión Meridional", el último escrito precarcelario de Antonio Gramsci, sobre el que estaba trabajando en octubre de 1926, cuando fue apresado, siendo diputado del PCI, por orden de Mussolini, hizo una aproximación importante a la relevancia de la cuestión Vaticana, la religión y la política, en este y en otros escritos contenidos en el volumen temático Il Risorgimento.

Gramsci le dedicó unas buenas páginas al papel de la iglesia católica, al papel del papa de entonces como figura contraria a la modernidad en Italia, y a los jesuitas, la compañía nacida en los tiempos de la contra-reforma para resistir, y re-encauzar los aires enrarecidos de la Reforma y el Renacimiento que soplaban en las repúblicas italianas y en Europa continental, entre los siglos XV, XVI, y XVII.

Las preguntas de Gramsci

En su estudio de los intelectuales y la cuestión meridional, Gramsci identificó las claves de la dominación del norte, la sede de la monarquía piamontesa, sobre el sur, y el modo cómo esta hegemonía, la dirección precaria acorazada de fuerza se ejercía sobre las masas campesinas, la clase obrera, en menor medida, y la pequeña burguesía.

En esta tarea concurrían los esfuerzos intelectuales de la burguesía, dos en particular, de especial relevancia, el liberal conservador Benedetto Croce, 1866-1952, y el conservador Giustino Fortunato (1848-1932), estudioso de Il Mezzogiorno e lo Stato Italiano (1911).

Ellos eran para Gramsci la clave de bóveda del bloque agrario, en connubio con la iglesia católica que tenía una inserción nacional y conectaba a la masa de los simples, desde los escenarios parroquiales con la espina dorsal de la dominación, a través de la orientación práctica y el reforzamiento del sentido común.

Los intelectuales y la iglesia católica

Al respecto, en dicho escrito, establecía Gramsci: "Por eso Giustino Fortunato y Benedetto Croce representan las claves de bóveda del sistema meridional y, en cierto sentido, son las dos figuras máximas de la reacción italiana".

Y abundando en razones históricas, Gramsci adelanta en el juicio con respecto al papel de Croce, director de la revista La Crítica, que publicó y financió por varios años desde Nápoles:

"Los llamados neoprotestantes o calvinistas no han entendido que en Italia, como no pudo darse una reforma religiosa de masas, por las condiciones modernas de la civilización, no se ha verificado más que la única reforma históricamente posible, con la filosofía de Benedetto Croce: ha cambiado la orientación y el método del pensamiento, se ha construido una nueva concepción del mundo que superaba el catolicismo y cualquier otra religión mitológica."

En este apartado de su esclarecedora reflexión, Gramsci apunta a lo siguiente, que nos ayuda a pensar en la tercera visita de un papa a Colombia, y la coyuntura política y social que vivimos en presente:

"En este sentido, Benedetto Croce ha cumplido una altísima función <>: ha separado los intelectuales radicales del sur de las masas campesinas, permitiéndoles participar de la cultura nacional y europea, y a través de esta cultura los ha hecho absorber por la burguesía nacional y, por tanto, por el bloque agrario."

(CONTINUA)

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DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

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