22 de septiembre de 2017

A RAÍZ DE LA VISITA DE RAFAEL CORREA, UNA PERSPECTIVA SUBALTERNA

LA PIEDRA ANGULAR DEL SISTEMA DE INSTRUCCIÓN Y EDUCACIÓN PÚBLICA DE COLOMBIA, 1826- 2017.

Miguel Angel Herrera Zgaib
Director Grupo Presidencialismo y Participación, Unal, Bogotá.
Ex rector Universidad Libre de Colombia.

Para probar este aserto del subtítulo, reproduzco, primero, las consideraciones plasmadas por el senado y la cámara reunidos en Congreso de la República de Colombia en el año de 1826, para darle existencia a la instrucción pública laica, sin proscribir la educación privada religiosa; para darle basamento real a una efectiva reforma intelectual y moral, de signo liberal ilustrado.

Fue un proyecto que no se pudo llevar a feliz término como veremos en el recorrido de esta saga que nos lleva de la Universidad Central, de los orígenes a la Universidad Nacional que está hoy de placémenes, al cumplir su aniversario 150. Contando con la presentación de la conferencia magistral a cargo del ex presidente Rafael Correa Delgado, que, sin duda, establecerá un contrapunto con lo obtenido en la educación superior de Colombia en la última década del presente siglo.

Es un proyecto inacabado, inconcluso, cuya realización a plenitud ha sido interrumpido, discontinuo, transcurridos casi dos siglos; buena parte de cuyos objetivos y propósitos fundamentales son una meta a cumplir en el año 2026:

“Considerando: 1o. Que el país en donde la instrucción está más esparcida, y más generalizada la educación de la numerosa clase destinada a cultivar las artes, la agricultura y el comercio, es el que más florece por la industria, al mismo tiempo que la ilustración general en las ciencias y las artes útiles es una fuente perenne y un manantial inagotable de riqueza y de poder para la nación que las cultiva.

2o. Que sin un buen sistema de educación pública y enseñanza nacional no puede difundirse la moral pública y todos los conocimientos útiles que hacen prosperar a los pueblos; decretan:

Capítulo I. De la enseñanza en general

Art 1o. En toda Colombia debe darse una instrucción y enseñanza pública proporcionada a la necesidad que tienen los diferentes ciudadanos de adquirir mayores o menores, conocimientos útiles conforme a su talento, inclinación y destino.

Art 2o. La instrucción general se distribuirá en escuelas de enseñanza primaria y elemental en las parroquias y cabeceras de cantón, y en colegios nacionales; y en las enseñanzas de ciencias generales y especiales: en universidades departamentales y centrales.

Art 3o. Por decreto especial se acordará el plan sobre establecimiento de escuelas y universidades, comprensivo del arreglo uniforme de enseñanza que debe seguirse de ellos.

Art 5o. La enseñanza pública será gratuita, común y uniforme en toda Colombia; arreglándose al presente decreto en todos los establecimientos de estudios y educación pública, que estén bajo la inspección del gobierno. “

Es importante recordar, además, para que se entienda el contenido de la citada ley, que dicha ley es parte orgánica del proyecto político de la Gran Colombia, constituida por lo pronto, por tres Departamentos, mientras que Simón Bolívar libra la campaña del Perú, enfrentando en Junín y Ayacucho al poder militar y administrativo del Virreinato.

Vendrá también la convocatoria al Congreso Anfictiónico de Panamá del mismo año, para posicionar a la nueva república en el mundo de las naciones libres. El libertador presidente padecerá el bloqueo de dicha iniciativa, emprendido con éxito por el gobierno rival de los Estados Unidos, y su presidente James Monroe, que amerita otro escrito. Sobre lo cual existe un citado opúsculo del historiador liberal, Indalecio Liévano Aguirre, Bolivarismo y Monroismo.

Cito en seguida, por su pertinencia histórico-probatoria el Capítulo VII. De las universidades centrales, porque es relevante para avanzar en el presente ensayo acerca de la genealogía de la universidad de la nación colombiana, trayectoria que es leída desde la perspectiva subalterna, de la praxis de los muchos.

“Art. 42. En las capitales de los departamentos de Cundinamarca, Venezuela y Ecuador se establecerán universidades centrales que abracen con más extensión la enseñanza de las ciencias y artes.”

Un segundo aspecto a considerar está motivado por
la celebración de una década de fructíferas actividades académicas y políticas, en desarrollo de la otra universidad, mediante el proyecto Seminario Internacional Gramsci, 2008-2017.

Es una forma concreta de resistir e insistir en la pertinencia de una reforma intelectual y moral que haga posible en Colombia, un efectivo quehacer democrático acompañado por una necesaria madurez intelectual y moral de su sociedad.

El tercero, y, quizá más importante aspecto a considerar, es el tránsito incompleto de la guerra social a la paz subalterna en Colombia. Esta es una premisa fundamental para el logro de una segunda independencia, en el espíritu de lo alcanzado y proclamado en nuestro continente por el triunfo y resistencia heroica, ejemplar de la revolución Cubana.

Ella ha renovado el doble legado de Simón Bolívar y José Martí, quienes han puesto de presente, en la letra, en la vida en común, a lo largo del siglo XIX, y desde La Carta de Jamaica, la singularidad de Nuestra América, como una realidad plural, diversa, heterogénea de pueblos.

Simboliza un encuentro de todos los continentes, un crisol de razas, lenguas y etnias, teniendo a Haití como punto de partida de la revolución parida desde abajo, con el triunfo y la derrota de los Jacobinos negros, en paralelo con las revoluciones francesa y americana, que le hicieron sombra, hasta disolverla en medio de luchas intestina .

Bolívar y Santander, en concierto, con la urgencia de darle impulso decisivo a una reforma intelectual y moral, que sentaba las bases de una modernidad burguesa, de la sociedad civil, como ocurrió en Escocia, Francia, y los Estados Unidos. Ellos pusieron la primera piedra con la Ley de 18 de marzo de 1826.

Sin embargo este proyecto fue interrumpido por las guerras del medio siglo, y en 1850, el proyecto de la Universidad Central fue clausurado. Pero, en el entretanto, y a partir de 1827, el primer sistema educativo moderno instaurado en Colombia, lo refiere el historiador Fabio Zambrano, contaba con 434 escuelas, 21 colegios y la Universidad Central.

Zambrano precisa en su artículo, Hito de la Modernidad, que “la educación tenía de manera prioritaria, el carácter de ser un instrumento político para ampliar la ciudadanía. La alfabetización era un requisito indispensable para el ejercicio de la nacionalidad y para la formación de los individuos, cambios que iban a ayudar a desvertebrar la sociedad tradicional colonial.” (Zambrano Pantoja, UN Periódico, 213, septiembre 2017, p. 5)

Para entonces la educación pública y laica era la predominante, pero se proclamó la libertad de oficios y profesiones, y la Universidad se cerró. Pero antes hubo el impulso de una gran empresa intelectual y científica. Fue el redescubrimiento del territorio de Colombia, producida ya la separación de Venezuela y Ecuador, que no sobrevivieron a la crisis de los años 30. Me refiero a la Comisión Corográfica, que marchó por los fueros de la Expedición Botánica, previa a las luchas de Independencia.

En aquella titánica empresa descolló la figura de Agustín Codazzi, y la de Manuel Ancízar, que dejó trazos magistrales de lo que fue aquella expedición de descubrimiento del territorio, en su Peregrinación de Alpha, con la pretensión de darle existencia a un primigenio mercado nacional, que hiciera posible el florecimiento de la moderna industria, aprovechando las rutas comerciales precoloniales y coloniales, conectando todos los pisos térmicos de la geografía nacional.
El hiato en la historia del proyecto de la educación pública superior se extendió desde el cierre de 1850 hasta, que resuelto un ciclo cruento de guerra civil intestina, donde hubo, igualmente, la experiencia única de gobierno plebeyo, por unos pocos meses, con el levantamiento de militares y Sociedades Democráticas, con la dirección militar de José María Melo, y política de Lorenzo María Lleras, entre otros, que le dieron colofón a la disputa entre proteccionistas y favorecedores del libre cambio.

En esta empresa reaccionaria se juntaron comerciantes, burocracia militar y de toga, y grandes propietarios, para favorecer el libre cambio centrado en una economía mono exportadora, y cíclica, en la que se turnaron y desaparecieron varios productos del agro, favorecidos por una creciente demanda en los mercados internacionales. Lo que aplazó por una buena cantidad de años, la conformación de un efectivo y consolidado mercado interno.

(Recibamos la posta del Amauta)

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