21 de diciembre de 2013

DESPEDIDA DEL  2013, CON CULTURA POLÍTICA

RECORDANDO SITUACIONES EN "HORA 20"

Diana, la conductora de Hora 20, en su selección de ayer 20, se le pasó por alto incluir un momento crítico del programa, cuando un congresista vocero del PIN, que ya cambió de piel, "la sacó de quicio". Pero, sí incluyó momentos igualmente relevantes. Yo quiero recordar cuando menos dos, en los que los consabidos invitados no aceptaron el formato que les imponían quienes los invitan.

La disputa entre Antonio  y  Alfredo.

A raíz de la negociación con las Farc-ep, Alfredo Rangel mencionó que el M-19 había entregado las armas, y se reincorporó a la vida civil. Navarro contestó que eso era falso. El interlocutor insistió que él había visto a Carlos Pizarro entregar su pistola en la ceremonia que fue transmitida a todo el país.
Antonio repitió con más volumen que eso era falso. Rangel reiteró su decir, y Navarro, le dijo no sea mentiroso, hombre! Y la algarabía aumentó, por lo que la conductora les llamó la atención a los chicos que casi se insultaban. 
Volvió la calma, y Antonio hizo la diferencia entre entregar las armas, que el M-19 no lo hizo, y la dejación de los fierros. Aclaró que esta guerrilla no se rindió.

Él mismo recogió las armas, y supongo que también la pistola de Carlos Pizarro Leóngómez, luego asesinado en un avión, y las llevó todos a una fundición en el Valle del Cauca. Añadió también que otro grupo, el PRT, hizo lo propio, en la dejación previa a la Constitución de 1991. Pero, en este caso, las armas fueron arrojadas al mar, en las vecindades del Golfo de Morrosquillo. Eso sí, no discutieron acerca de qué "contamina más" el ambiente.

La pelotera entre Daniel  y Carlitos.

Sobre el conflicto con Nicaragua, y la conducción que le ha dado la canciller Holguín, se enfrentaron dos panelistas, Daniel Jaramillo, caracterizado internacionalista, cachorro de Alfonso "mijo", expresidente hijo de presidente, y Carlos Gustavo, el exprocurador, que tiene "fama" de ser constitucionalista, pero, antes que nada, de consultor y asesor muy bien pago.

Daniel llamó "en el aire" a la Canciller de Colombia, "ligera" en sus aseveraciones, porque acusó a Daniel Jaramillo de hacer infidencias a la prensa, y a la opinión. Carlitos se vino lanza en ristre, en defensa de su empleadora.

Se subieron los humos de los adversarios. Daniel reiteró su señalamiento, y amenazó con proceder judicialmente contra la funcionaria consentida del "establecimiento", y del "partido de la U", esto es, de la comparsa que tiene la absoluta mayoría en el Congreso, donde mangonean de modo general.

Una ñapita

Otro incidente radial tuvo con ver con la disputa en torno a la denuncia del exconstituyente conservador Yepes, quien denunció "con alma, vida y sombrero", como hubo una operación de apoderamiento de las altas cortes, orquestada desde la sala administrativa del llamado Consejo Superior de la Judicatura, donde un par de togados, salidos de la CSJ, utilizando las fórmulas del cartel de la cooptación colocan a "sus validos" en las magistraturas.

El ex constituyente Yepes dió nombres. Su interlocutor, Juan Manuel Charry, ex decano del Rosario, ripostó con una "fórmula salvadora", que también esgrime el ex Alvaro Uribe Vélez y sus coequiperos, de cuando en vez. 

A lo cual se opusieron de inmediato el mismo Yepes y otro partícipe, el doctor Bejarano, célebre por su "batalla" judicial contra la Contralora, amante de los zoológicos. Dieron como antecedente nefando lo que pasó con la que aun llaman "asamblea constituyente" de 1991, cuando la CSJ, con un conjuez, se reconoció de modo directo que el poder constituyente, el pueblo soberano, no reconoce los límites prefijados por la Constitución. Ver la C.Nal vigente, artículo 3, para comprobarlo.

¡Qué susto! 
El Poder Constituyente y el fantasma populista.

                               Qué susto, con la excepción de Charry, con visos democráticos, enfrentado a liberales y conservadores entusiastas del constitucionalismo, a quienes aún hoy les aterra la democracia, y los riesgos que entraña frente al quehacer de los demagogos. Y uno caracterizado, al parecer, sería Uribe. 

Con todo, sabido es, que la Constituyente de 1991 no pasó de ser una asamblea constitucional. Tampoco  trajo la revolución, pero  sí propició salvaguardas a los D.H y los llamados fundamentales con la acción de tutela, la que ahora se busca limitar al máximo, a través del llamado "incidente fiscal", perla del collar del actual presidente y sus asesores de "rancia" estirpe liberal.

En la "Constituyente" de 1991, por demás, no hubo refrendo democrático, mediante un referendo, con el cual se insiste ahora para el cierre de las negociaciones de paz de La Habana, en lugar de la Asamblea Constituyente, sobre la cual, hoy, insisten, en cambio, Las Farc-Ep.

Esta guerrilla, respondiendo al coro, ya entró "en razón". Señala que la Constituyente que proponen versará exclusivamente sobre 12 puntos, y pare de contar. 

Colofón ejemplar

Dicho lo cual, las Farc-ep entraron por el aro de los constitucionalistas, y dejaron a un lado el real ejercicio democrático. Ojalá que el barco no haga agua, y recuerden las lecciones de la administración Barco, que sin quererlo propició lo que pudo ser y no fue: una oposición de verdad, sin armas, pero con una firme convicción y práctica democráticas.

17 de diciembre de 2013

PRESIDENTE, NI CHICHA NI LIMONADA!

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB

"El presidente respetará las distintas decisiones que se tomen en las distintas instancias...No avala ni invalida lo dispuesto por la Procuraduría..." Minjusticia,  17/12/13

"El presidente respetará las decisiones de la justicia convencional". El alcalde Petro,  17/12/13.

                                          Transcurridas más de dos horas de la reunión  entre el presidente y el alcalde en el Palacio de Nariño, ante la atención de reporteros y gente interesada, el presidente utilizó como emisario al ministro de Justicia, mientras que el alcalde Petro  señaló que le había solicitado que hiciera una consulta a la Comisión Interamericana de D.H., para evitar una "debacle" cuando se decrete por esta una medida cautelar.

El alcalde ha acudido a la CIDH, denunciando persecución política, y reclamando medidas cautelares, esto es, que se suspenda la ejecución de la decisión disciplinaria y política tomada por el Procurador, pretextando que es de su competencia. Apoyándose  Alejandro Ordóñez en sentencia reciente de la Corte Constitucional de Colombia.

El apoderado de Petro, Julio César Ortiz, hasta donde se sabe, invoca el precedente de la destitución del alcalde López por la Contraloría venezolana, que motivó la sentencia condenatoria contra el gobierno de Venezuela, así como medidas cautelares. Lo cual condujo al retiro de Venezuela de la CIDH, ordenado por el difunto presidente Hugo Chávez.

Luego hay varios presidentes entusiastas del  Alba, que también quieren salirse de esa Comisión justiciera. Ella nos recuerda, en esta esquina del mundo, que algo como la justicia global existe y aterra a propios y extraños. No parece que Santos se disponga a hacerse parte de este club, además de ser visitante ocasional, por derecho heredado, como Toñito Caballero, del Jockey Club. Al cual no le permitieron ingresar a J.E. Gaitán  y tampoco a Plinio Apuleyo Mendoza, el dócil escudero de Alvaro Uribe Vélez.

Viaje a Washington

"No solo va a recuperar sus derechos políticos, sino su puesto de alcalde...Le corresponde al Presidente tomar la decisión de destituir al Alcalde o no..." Guillermo A. Jaramillo, secretario de gobierno de Bogotá.

                                   Según lo informado, Petro parte hoy para Washington, donde visitará en persona a los funcionarios de la CIDH, en virtud de que ha recurrido a esta instancia internacional, y en tanto Colombia es signataria del Pacto de San José. 

Mientras tanto, en Bogotá, sus seguidores,  y los funcionarios que han sido movilizados durante la semana anterior para protestar por la destitución del burgomaestre entrarán en periodo de hibernación, y lo mismo ocurrirá con aquellos destellos de democracia, de invocación vehemente que el exguerrillero hizo al poder constituyente, "bautizando" a la la Plaza de Bolívar la Plaza de la Democracia, y reclamando que algo similar ocurriera en las demás ciudades de Colombia.

En la plaza de Bolívar, acompañando en solitario a Bolívar, el libertador, queda lánguida pero altiva la compañía, el rastro de la aldea Bakatá, a la espera que la dignidad de los pueblos originarios, después de 500 años acompañe con celo, con ojos bien abiertos, este despertar democrático que parece frustrarse por las consabidas argucias del poder constituido, llámese de derecha, izquierda o centro 

¿Santos, un Pilatos de la democracia?

                                           El presidente, a quien el art. 323 de la C. Nal  señala competencia en "los casos taxativamente señalados por la ley" para suspender o destituir al Alcalde Mayor, por boca de su ministro, en cambio, ha dicho que "no avala ni invalida lo dispuesto por la Procuraduría". En términos coloquiales, su pretendida neutralidad, el argot popular lo califica  de "ni chicha, ni limonada". 

Los de prosapia cristiana equiparan a Santos con Pilatos; se "lava las manos" en público, y deja que prospere el caos futuro en Bogotá, porque no le entusiasman los "retozos democráticos" de las multitudes subalternas, que Petro confunde equivocado con el pueblo, al que se invita a interpretar un sainete navideño, o entonar en cambio "Un Ana, nanita nana, nanita eah. La democracia tiene sueño, bendita sea, bendita sea..."

El plan  B, ¿ será? 

"Sí le ha hecho algo de daño a la reelección presidencial..." Guillermo A. Jaramillo, secretario de gobierno del D.C.

Detrás de eso (la destitución de Petro) hay una conspiración. Sigo pensando lo mismo...Eso produjo la respuesta de la gente." Otty Patiño, ex M19.

                                  Entre el lunes 16 y el martes 17 de diciembre conoció Bogotá la carta firmada por Pacho Santos, desmintiendo el decir del exguerrillero, Otty Patiño, compañero de Petro en el M19. Blue Radio lo interrogó al respecto de la conspiración, al aire hoy en la mañana.

Otty reiteró su decir, y aclaró que nunca dijo que en la conspiración estuvieran determinadas personas. Además, él puso en duda que el autor de la carta en mención fuera Pacho. Para Patiño, aquel "es más directo, más franco, más emocional...Ahí no está el Pacho que yo quería encontrar."

Patiño es concluyente sobre el contenido de la misiva: "lo que él dice es falso". Esto es, que no se trataba de una conspiración. Pero, a la vez anota que "(A Pacho) le queda difícil romper con la gente que ha estado."

Con estos antecedentes, la hipótesis de la destitución de Petro, y los trámites judiciales de rigor, - que incluyen la recusación anunciada para el Procurador -, valiéndose de la indagación decretada por el Fiscal de Eduardo Montealegre, conducirá al nombramiento del hoy concejal Carlos Vicente de Roux como reemplazo del alcalde.

La  potísima razón es evitarle trastornos mayores a Bogotá, de los ya padecidos, en tanto se producen las definiciones en derecho, internas y en las instancias internacionales. Luego vendrá la convocatoria a nuevas elecciones según lo dispuesto por la ley electoral vigente. 

Para entonces es posible que la gente conserve energía democrática, pese a la frustración actual, y el poder constituyente de la multitud gane momento, que por lo pronto aparece pasmado por voluntad y conveniencia del mismo alcalde en cuestión.

O por error de cálculo, uno más, dirán otros estrategas y estudiosos del esquivo, bronco saber de la política, cuyo padre dice el historiador Lafaye es otro florentino, Francesco Guicciardini, y no su paisano y amigo, Nicolás de Maquiavelo, dos derrotados henchidos de lucidez. Y para más, todo esto ocurre 500 años después, cuando Nicola, exiliado en su modesta heredad terminaba de escribir De Principatibus (1513), mejor conocido y vulgarizado como "El Príncipe".

12 de diciembre de 2013

LA HORA DE LOS DOCENTES  Y  LA DEMOCRACIA

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB

En poco tiempo tendremos la noticia confirmada de cuáles son los resultados de la elección profesoral para Consejo Académico y CSU, y en un cierto sentido, habrán quedado atrás las discusiones con o sin fundamento intercambiadas por integrantes de las listas profesorales.

Sabido es también que en las instancias señaladas, los estudiantes y profesores no están en igualdad de condiciones para poder incidir contra la voluntad de mayorías institucionalmente arregladas, que hacen indiscutibles afirmaciones de participantes a la pasada elección de rector, que el de la Nacional no es un gobierno democrático.

Así lo sostuvo y lo sostiene el colega Leopoldo Múnera, de Ciencia Política. Peor aún, no solo existen esas mayorías en los cuerpos colegiados, sino también no hay elección directa de funcionarios del CSU, y de los rangos inferiores a esta instancia máxima, del rector para abajo.

Un nuevo clima

Pero la U. Nacional respira un nuevo clima político desde la movilización estudiantil de 2011, con la emergencia de la MANE y otras organizaciones estudiantiles, que demandan otro orden universitario, y un presupuesto suficiente para las Universidad Nacional, y el Sistema Nacional de Universidades Públicas.

A su manera, los estudiantes con el concurso de otros miembros de la comunidad universitaria redactaron un proyecto de ley de reforma a la educación superior alternativo, que no fue objeto de trámite alguno en la presente legislatura.

Además, con el colapso del cielo raso de la Facultad de D y CP, se fue a pique la posible y ansiada reelección del prof. Ignacio Mantilla, que tampoco podrá borrar la condición caótica vivida en Derecho sin solución,  por más tiempo del que le costó a Petro, en su condición de funcionario público, la destitución del cargo de alcalde. Pero este es un punto que amerita desarrollo específico, en otro escrito.

A la vez, en la participación motivada por esta negligencia inexcusable de la administración y el gobierno universitario, se puso en juego, con éxito relativo el ejercicio del poder constituyente frente a la inoperancia del poder constituido.

Una acción de desobediencia civil constituyente, el decano y sus funcionarios acordaron con los estudiantes en desobediencia firmar un documento conjunto que le dio existencia a la Mesa de Interlocución, Vigilancia y Control, que obra en la medida de sus posibilidades desde entonces, sujetos como estamos a un periodo especial de recuperación del semestre. Obra para precaver abusos académicos, inasistencia a clases de los docentes, avance de las obras civiles, salones adecuados para recibir e impartir clases, entre otras materias.

Reclamo constituyente y gobierno universitario

Ahora, los profesores, en particular los ya elegidos al Consejo de sede, reclaman en su programa, en particular, Eduardo Saenz Rovner y su compañero de fórmula, García, que el principal punto que demandan es la instauración de un senado profesoral, y que lo mismo ocurra, con los estudiantes si así lo quieren, estableciendo un senado estudiantil, que reemplaza a los mecanismos feudales de  claustros y colegiaturas.

Con anterioridad se ventilaron estas exigencias de democratización, cuando menos democrático liberal, y fueron sepultadas por las mayorías prefabricadas por el poder constituido. Esta condición fue en respuesta al ejercicio de cogobierno, que un poderoso movimiento estudiantil nacional conquistó en las acciones adelantadas en los años 1971-1972.

Hoy, y antes de que ocurra un nuevo ciclo electoral en la Universidad Nacional, cuando menos, se reclama por la representación profesoral una reforma al estatuto general, y en particular, al gobierno autocrático, reaccionario existente.  Todo lo cual supone una tensión en materia de entendimiento y extensión de la autonomía universitaria, que en materia constitucional ha dado pie a la existencia de esta flagrante contradicción.

¿Cuál contradicción?

                                                                    La de señalar que la universidad tiene autonomía administrativa y académica, y, sin embargo, postular por vía impositiva que tal autonomía queda clausurada por el dispositivo de gobierno, no de auto-gobierno de sus principales sectores, docentes y estudiantes, con la presencia, claro está, de personal administrativo con responsabilidades gerenciales y logísticas que hacen posible el mantenimiento eficaz y eficiente de la infraestructura requerida. Ninguna de las cosas a hoy, ocurre ni está garantizada.

Cursos de acción:
Autonomía y constituyente educativa

                                                  Conviene entonces, con la nueva representación profesoral y estudiantil desplegar estas actuaciones democráticas, pacíficamente, y sin acudir a las fórmulas de bloqueos y suspensión de clases que se prolongan en el tiempo sin eficacia probada, o con la obtención de pírricas reivindicaciones, que para nada niega su justeza y validez.

Esta  anticipada primavera democrática, que arrancó con las acciones  de octubre y noviembre en la Facultad de D y CP, en la Nacho, y que se proyectó con las acciones campesinas del paro nacional agrario, y ahora con el reclamo democrático que encarna el alcalde mayor de Bogotá, es tiempo de darle forma al movimiento por y de una constituyente educativa que hace parte del repertorio de reclamos de igualdad social que conforman el plexo democrático y procedimental de la llamada Constituyente social.

Este accionar público, pacífico de iniciativa ciudadana, plural, heterogéneo, en cuanto a la especificidad de los asuntos implicados, educación, salud, vivienda, medio ambiente, empleo, movilidad permite recuperar los años perdidos por el desmonte del Estado social de derecho que se perpetró a la chita callando, o cínicamente.

La pretensión era reemplazarlo por el engendro del Estado comunitario en la clandestina refundación de la patria acordada en Santa fe de Ralito, con el silencio del expresidente Pastrana y la connivencia y el apoyo del ex Álvaro Uribe, malquerientes del orden de 1991. Y el mecanismo que se quería implementar era el placebo del "Estado de Opinión" en lugar del ejercicio constituyente que ahora el "puro" Centro democrático también reclama, queriendo intimidar, es lo que creen, a "tirios y troyanos" con su simple enunciado.

Este viernes veremos qué tan madura está la ciudadana bogotana, y la que en solidaridad democrática se movilizará en el país para ponerle términos al quehacer antidemocrático del Procurador, que se ha apoyado en la complicidad de dos ramas del poder público, la CSJ y la CC, y estamos a la expectativa de lo que hará el C de Edo al respecto, de una parte.

De otra parte, está la connivencia de los poderes también constituidos del Ejecutivo, interpelado por el propio alcalde Petro ahora, y el Congreso, que han  cohonestado este tipo de actuaciones, cuando son ellos los que tienen competencia para hacer los juicios políticos a los altos funcionarios, que es distinto al de ser jueces con competencia judicial.

Es la hora  de la revolución  democrática y educativa

                                                                    Es el tiempo de ejercer la democracia, la autonomía de una ciudadanía madura que potencia más allá de la camisa de fuerza de la soberanía popular, encapsulada en la Constitución, su poder de participación política, dándole desarrollo pleno al art. 40 de la C.Nal, y a los demás derechos fundamentales que le dan entidad plena a las libertades que no pueden ser conculcadas por ninguna Constitución, y mucho menos por el embeleco liberal llamado "poder constituyente derivado".

La palabra y la obra está en todos y cada uno de los ciudadanos, que el próximo viernes 13 de diciembre se movilizarán en Bogotá animando la revolución democrática tantas veces aplazada, reprimida y desviada. Es un viernes de fiesta, no queda duda, y no es posible malograrlo con ningún tipo de violencia inducida. La Universidad en primera persona será garante de aquí en adelante, para que la educación pública sea un derecho que no funja más como un privilegio exclusivo y excluyente como en efecto lo es hasta hoy en día.

Es el tiempo de la Constituyente social, y toda la orquesta que componen los grupos y clases subalternas es la llamada a señalar el ritmo democrático, y a llevar la melodía de la autonomía que la hace posible a todos los lugares de Colombia, acompañando la fundada rebeldía de un alcalde que también aprende de ella en acto, más allá de sus manías autoritarias y arranques intempestivos.

10 de diciembre de 2013


UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

EL PROCURADOR INHABILITÓ A PETRO, Y "REVIVIÓ" LA DEMOCRACIA Y LA IZQUIERDA.

miguel angel herrera zgaib

"En nosotros está la generación de la paz, la posibilidad de paz, este pueblo no quiere la guerra ni la violencia... Ay, Uribe, como si se pudiera burlar al pueblo." Gustavo Petro, al ser destituido

En una decisión anunciada, sin precedentes, el procurador Alejandro Ordóñez, a quien sus detractores apodan Torquemada, para recordar la Inquisición Española, por su "prontuario" de quemar libros, y ser guardián de la moral heterosexual y el cristianismo de camándula y rezo clandestino.

Alejandro hizo el milagro de juntar pacíficamente a la democracia y la izquierda, cuando ambas quemaban los cartuchos de presentar una acción unificada en lo electoral, en la plaza de Bolívar, ayer 9 de diciembre.

 Constitución y Procuraduría: la destitución anunciada

"Siempre que se presente falta absoluta a más de 18 meses de la terminación del periodo, se elegirá alcalde para el tiempo que reste..." Art. 314, C. Nacional.

                                                    El alcalde destituido tuvo ayer un día inolvidable, Bajó al pavimento y subió a la tribuna para hacer la historia reciente de las exclusiones, los magnicidios, y las discriminaciones que pueblan la vida y la obra de los subalternos en Colombia. Reprimidos y detenidos por el bloque dominante que el bipartidismo nacido en la segunda mitad del siglo XIX, y sus frentes han logrado mantener "invictos".
A través de una serie de revoluciones "pasivas" y razzias sangrientas que conocemos como guerras civiles declaradas hasta 1903, y no declaradas luego, hasta febrero de 2002,, cuando el presidente Pastrana ordenó abrir fuego contra las Farc-ep acantonada en San Vicente del Caguán en una nueva frustrada negociación de paz..

La excepción es el corto pero emblemático  episodio de las Sociedades democráticas, que encumbró al general bolivariano José María Melo, los soldados y artesanos en un golpe de mano en Bogotá, del que hizo parte el panadero Ambrosio López, de la dinastía que con el correr de los años renunció a la revolución democrática, con la bancarrota de su nieto, el líder del MRL, Alfonso López Michelsen, quien dio marcha atrás al tímido ejercicio de su padre, quien empujó la llamada "revolución en marcha", 1934-1938.

El fallo de la Procuraduría consideró que el decreto expedido por el alcalde Petro "vulneraba los principios de libre empresa y competencia  e impuso una serie de restricciones y limitaciones a otras empresas, distintas a las del Distrito..." Con lo cual se enfrentaron en la liza jurídica dos interpretaciones, el bien común y el bien privado en el escenario de las privatizaciones neoliberales. 

Tal fue el destino de Bogotá, en las dos alcaldías del PDA, inclusive, que relegaba la ciudad social al triste expediente de la capital neo-liberal. Tal y como la concibieron los exalcaldes Castro, Mockus y Peñalosa, con el argumento que nada se podía hacer, y sometiendo a la insignificancia el principio de los presupuestos participativos, que no hacían parte del expediente de la cultura ciudadana, y los anfibios que animó el ex rector alcalde.

Un error político y una falla administrativa

"Se improvisó en la compra y alquiler de compactadores nuevos y usados con evidentes detrimentos del patrimonio público...(y) el Distrito volvió a contratar a los operadores privados..." Apartes del expediente instruido por  Juan Carlos Novoa, procurador delegado.

"...él sabía que sus decisiones eran irregulares, como lo habían advertido en forma oportuna varias entidades...la Superintendencia de Industria y Comercio, Servicios Públicos, la Procuraduría Delegada Preventiva  para la Función Pública, La Comisión de Regulación...la Contraloría Distrital y el Ministerio de Ambiente." Palabras del Procurado Alejandro Ordóñez

Ayer, 9 de diciembre, la revocatoria del mandato del alcalde, en que se empeñó el hijo del sobrino de Álvaro Gómez, recolectando firmas, llegó a feliz término por la vida de la destitución de Gustavo Petro, un exguerrillero del M-19, que hizo la dejación de armas, y contribuyó con la Alianza Democrática-M19, a forjar con el bipartidismo la Constitución de 1991, que tuvo nunca refrendo democrático.

Tres fueron las faltas de carácter disciplinario que encontró probadas el procurador y los funcionarios investigados, producto del giro intempestivo que el burgomaestre de Bogotá dio al tratamiento de las basuras, un negocio jugoso que hizo posible la elección de la mayoría de los alcaldes, y de no pocos senadores y representantes por la circunscripción de la Capital.

La triste historia de dos ciudades  y  una basura global 

                                           La basura,  comoquiera que es un negocio que produce alrededor de $500.000 millones anuales, y se valió por mucho tiempo del trabajo a destajo de los recicladores que a pie y en zorra, y con el concurso de rocinantes maltratados sirvieron a la acumulación "primitiva" de capital, se convirtió en sustancia litigiosa cuando el negocio se tecnificó a costillas de nosotros los usuarios.

Así las cosas los trabajadores nocturnos que recogían los desechos, quedaron sin empleo y en inferioridad de condiciones para competir. Fueron en tutela a la Corte Constitucional que falló a su favor, y el alcalde Petro se dispuso a incorporarlos. Pero, ellos y el alcalde enfrentaron los intereses económicos de cuatro firmas, que se lucran por años de la recolección y procesamiento de basuas, y que hasta hoy se resisten a devolver los equipos que los hicieron multimillonarios y corruptos.

Petro le entregó a la Empresa del Acueducto, a menos de dos semanas que terminaran los contratos con los operadores privads, el manejo de 6.500 toneladas de desechos no reciclabes. Se firmó un convenio con Aguas de Bogotá, para disolver el oligopolio multimillonario. Esta entidad, según la Contraloría Distrital era una empresa inviable en lo financiero. 

Sin embargo, la Uaesp la autorizó, cuando era conducida por el abogado Guillermo Asprilla, quien antes de ser funcionario defendía la causa de los habitantes localizados alrededor del relleno de Doña Juana, lugar donde en forma casi inveterada se agolpan las basuras que sin cesar producen los habitantes de Bogotá y otros municipios.

Hasta que esta bomba de tiempo se colmó; y Asprilla adelantó una causa exitosa, sin haber sustituido como corresponde el poder. Lo cual permitió a la misma Procuraduría destituirlo cuando se desempeñaba como secretario de Gobierno distrital. 

Esta fue la antesala de lo que esperaba a su compañero de lucha, y de dirección en el movimiento Progresistas, con el que Petro, sorpresivamente, ganó la alcaldía, cuando el bloque dominante, dividido en Bogotá, perdió la elección por tercera vez. Ahora, en el plano nacional este bloque también está dividido en torno al asunto de la paz y la guerra, mientras que la izquierda y la democracia tienen delante la posibilidad de ganar por primera vez una elección presidencial.

Una segunda oportunidad  con los pies sobre la tierra

                                                        Sin embargo, hoy por hoy, esas fuerzas, esa tercería alternativa se deshace en una verborrea inútil e insulsa, y en unas estúpidas adscripciones banderizas, que traicionan como nunca el interés estratégico de las multitudes, y las reivindicaciones de los subalternos que padecen hambre y miseria y desoyen sus pretextos politiqueros.

Incluso, el PDA, el excandidato Aurelio Suárez, ante la inminencia de la destitución en firme, anuncia que se presentará a competir por la alcaldía de Bogotá, junto a Francisco Santos, que acaricia un premio de consolación, arrodillado a los caprichos del Uribe Centro Democrático, y hasta un heredero de la estirpe Galán, dice que se dispone a competir en este estropicio monumental contra la desteñida democracia representativa, que acalla por dos siglos la emergencia del poder constituyente.

Ya es tiempo que la democracia en Colombia y en el mundo tenga una segunda oportunidad. Es tiempo de hacer lo que no se alcanzó en la asamblea constitucional que dio existencia a la Constitución de 1991. Esto es, levantar la Constituyente Social, que se quedó dormida en lo escrito en el Acuerdo de San Francisco de la Sombra.

Es el tiempo, por fin, de unir a Bogotá y La Habana, sin puente aéreo, con los lazos de una verdadera democracia, con un ejercicio ejemplar del poder constituyente, que no caiga en las trampas asesinas del 9 de abril de 1948, cuando la irrupción de las multitudes irredentas, ante el asesinato de Jorge E. Gaitán, fueron superiores a sus dirigentes. 

Cuando de pueblo se transformó en multitud consciente, y cientos fueron acribilladas en las calles de Bogotá, que ahora vuelve a levantarse, eso sí, pacíficamente para juntar por segunda vez izquierda y democracia, por encima de los errores de una dirigencia dispuesta a sacrificar una vez más la ocasión de ponerle término a la guerra social y hacer efectiva la igualdad real y efectiva que duerme  "el sueño de los justos" en el art. 13 de la Constitución de 1991, que no fue refrendada democráticamente. 

Hoy, a partir de las 4 de la tarde, veremos que tanto calado ha tenido el llamado del alcalde destituido, y qué tanto su soberbia ha aprendido para juntarse, ahora sí, las fuerzas de la UP, resucitada con la vibrante presencia moral de Aída Abella, el compromiso con la paz que da estatura a la figura herida en un atentado casi mortal de Antonio Navarro, y la reconsideración de la corruptela que cohonestó la dirigencia actual del PDA, y su candidata presidencial.  

A todos ellos han de sumarse, en respeto exigente a la pluralidad, los movimientos sociales y políticos para avanzar en procura de la democracia que es la causa actual del nuevo ciclo de las revoluciones proletarias, que no vió Marx, pero que sí intuyó y animó Antonio Gramsci en su lucha casi solitaria contra el fascismo, el nazismo, y el engendro del stalinismo.

 Los que ahogaron la libertad de los subalternos, y cegaron la vida de los disidentes, empezando con los pogrooms nazis, el asesinato del diputado Matteotti, el encarcelamiento de socialistas y comunistas, los juicios de Moscú, y los hornos crematorios, y los campos de concentración, en Siberia y los mismos Estados Unidos.

Ha sonado la hora de barrer la "basura capitalista", de la que hasta el propio papa Francisco ha hablado y condenado con la renovación de su magisterio que se reclama de los pobres de la tierra. Bogotá, La Habana, y el Vaticano parecen alinearse en una misma causa, ¿Será?

7 de diciembre de 2013


¿Y LA PAZ DE COLOMBIA?  

DE  GRAMSCI  A MADIBA.

Miguel Angel Herrera Zgaib[1]

 “Decir la verdad es revolucionario.” Ferdinand Lassalle, citado por A. Gramsci (1891-1937).
“Dejad que la libertad reine.” Nelson R. Mandela (1918-2013)
                                 
Antecedentes dolorosos     
                    
Si pueden aprender a odiar, también pueden aprender a amar.” Nelson Mandela

                                             En el transcurso de esta semana han coincidido dos situaciones,  la muerte de Nelson Rolihlaha Mandela, “Madiba”,  y la sesión final del VIII Seminario Internacional Gramsci. Este fue un evento realizado en los predios de la Ciudad Blanca, que a lo largo de sus cuatro sesiones que empezaron el 13 de noviembre, se orientó a reflexionar sobre la Paz, la Democracia y la Constituyente Social en Colombia y la región Andino Amazónica.

Allí recordamos también el legado de cuatro figuras intelectuales relacionadas con la realidad política y social de la humanidad, Nicolás Maquiavelo, Eric Hobsbawn, Marshall Berman y Luis Eduardo Nieto Arteta, en tres escenarios diferentes, Economía, Psicología, y el recinto Margarita González de posgrados de Ciencias Humanas, y el Auditorio Camilo Torres de la Facultad de Derecho.

Este último edifico fue cerrado cuando colapsaron sus cielo rasos del segundo piso del lugar emblemático de la Ciudad Universitaria restaurada en 1938, en los terrenos donados por el patricio liberal Nemesio Camacho, en una zona tachonada por humedales sabaneros, y blasonado hoy por las imágenes del cura Camilo Torres, un exalumno, y el guerrillero heroico e internacionalista, Ernesto Guevara.

Misterios gozosos
                             
“Contrariamente a los análisis del Estado reducido, del aparato gubernativo neutro o clasista (…) descubrió en los años 20 y en la crisis del 29, una nueva fase de la historia del Estado, poniendo fin de manera definitiva, al Estado liberal clásico y a la autonomía anterior de la sociedad civil reducida al mercado y al único burgués privado, el individuo separado de la familia.” Christine Buci-Glucksmann, Gramsci y el Estado, p. 163.

                                                       Empleando como leit motiv el legado de Antonio Gramsci y sus cultores en América Latina y el resto del mundo. en la sesión final del Seminario, realizada en el Auditorio que recuerda la obra de la historiadora Margarita González, el 4 de diciembre, con ocasión del lanzamiento del libro Gramsci y la crisis de hegemonía. La refundación de la Ciencia Política, se realizó un conversatorio en el que además de su autor, participaron destacados docentes e investigadores nacionales e internacionales.

El exrector de la Nacional, Ricardo Mosquera, vinculado en tareas de investigación con la facultad de Economía, Jairo Iván Peña, exdecano de la Facultad de Derecho, Unal; el profesor investigador Peter Ives, U. Winnipeg, autor de Language and Hegemony in Gramsci (2004). Mario Forero, autor de Incidencia del Neopopulismo (2013), profesor investigador de la U. Jorge Tadeo Lozano, politólogo internacionalista y filósofo.

Igualmente, intervinieron, el editor del libro Gramsci y la crisis de Hegemonía (2013), Juan Carlos García Lozano, maestro y estudiante del doctorado en Historia, y Yolanda Rodríguez Rincon, maestra y doctorante en estudios políticos, IEPRI/Ciencia Política, en representación del Grupo presidencialismo y participación, (GPyP), Colciencias/Unijus

En las aproximaciones explicativas y críticas, al calor de los escritos de Gramsci, a propósito de los grupos y clases subalternas, y la guerra de posiciones actual, marcada por la disputa epocal entre democracia y guerra discurrimos por algo más de tres horas, sin pensar que al siguiente día falleciera de quien otro presidente negro, Barack Obama dijera, “Mandela logró más de lo que se puede esperar de cualquier hombre.”

La educación pública y la paz de Colombia

                                                           En la sesión del miércoles  hubo una ponderación de las negociaciones de paz entre el gobierno de Colombia y las Farc-Ep,  que ya cerraron el segundo punto de la agenda, la participación política, de una parte. Y de otra, el esfuerzo necesario y urgente de articular las negociaciones con el proyecto de Constituyente Social, que impulsa, entre otros, el Grupo de investigación Presidencialismo y Participación, organizador del VIII Seminario, 2013, con la verdad y realidad de la educación pública en el país.

En la misma semana la gente, la ciudadanía y las familias del país, conocíamos el pobrísimo desempeño en la prueba PISA, en matemáticas, lectura y ciencias, de nuestros estudiantes de secundaria, donde ocupó la juventud colombiana que nos representó, - algo más de 9.000 jóvenes de 15 años-,  el puesto 62, entre 65 países. Una parte de ellos estarán aspirando a ingresar a la Universidad Nacional en el año 2014.

Al tiempo el Rector Ignacio Mantilla y su equipo de gobierno universitario celebraban, mientras con “cajas destempladas” el resto de la comunidad universitaria respondía a la aprobación por parte del Congreso de la estampilla que ayudará a financiar con un mezquino porcentaje en la recuperación de la destruida infraestructura de la sede de la Universidad Nacional, Bogotá. Igual se atenderá en menor medida a las demás universidades públicas. 

Todas estas instituciones padecen el desangre presupuestal del Sistema Estatal de Educación Superior,  durante, al menos, cinco presidencias consecutivas, casi 20 años. Ni la seguridad tampoco la prosperidad de los últimos gobernantes, Uribe y Santos se dieron por notificadas.

Mucho menos propusieron una reforma progresiva de la Ley de la educación superior, existente desde 1992. Para avanzar en el propósito constitucional de conseguir que la igualdad sea real y efectiva en Colombia en  el espíritu liberal que dicen ambos compartir:  “la igualdad de oportunidad”.

Claro está, estos gobernantes nada avanzan en procurar la igualdad de condiciones para  que jóvenes y adultos accedan con provecho, por fin a la educación, para ejercer de manera robusta la democracia que se cacarea sin ton ni son. Lo recordaba  Estanislao Zuleta hace 30 años, hablando de democracia en Los Robles, a militantes y simpatizantes del M-19. Esperanzados todos con una propuesta de paz diferente, que degustara el “sancocho nacional” nunca servido.

Eran los tiempos del expresidente conservador Belisario Betancur (1982-1986), y su ministro liberal, Jaime Castro, quienes en su lugar “recalentaron” la guerra que terminó en el irresponsable holocausto de lo que quedaba de la justicia colombiana.

Los gobernantes Uribe y Santos, a la cabeza del bloque dominante, empleando las herramientas analíticas reinventadas por Gramsci, repartieron sus entusiasmos en la idea de “hacer más con lo mismo” en la maltrecha educación pública superior; esto es, aumentar la cobertura de estudiantes, con el mismo número de docentes y sin ampliar tampoco en lo sustancial la planta física, y menos cuidar de la infraestructura existente, construcciones  de más de 40 años para que no se derrumben delante de su cínica y complaciente desidia.

Revolución Pasiva y Democracia subterránea

                                                         Aquí y ahora, es menester recordar con Gramsci, que Colombia experimenta, en concreto, sus multitudes, los subalternos, un proceso, interrumpido, larvado de revolución democrática, desde los años 1946-48. Entonces se abrió una brecha en el establecimiento bipartidista oligárquico, por la obra pedagógica y trágica del caudillo popular, J. E. Gaitán. 

Al darse comienzo a una crisis orgánica, de hegemonía, o de autoridad, que no ha sanado desde entonces, se separó, fracturándose a la nación colombiana, para descubrir la brecha real entre el país político y país nacional, marcada por la más grosera desigualdad, exclusión y discriminación, similares al apartheid, contra el cual luchaba en relativo anonimato Nelson Mandela, quien en 1944 ingresaba al Congreso Nacional Africano para luchar contra la segregación racial.

Antes, en 1940, Madiba ya había sufrido expulsión de la Universidad de Fort Hare, donde estudió Derecho. Allí participó de una huelga de estudiantes. Como Gaitán, Mandela estudió derecho, y se doctoró después en la Universidad de Witwatersrand. En 1967, con Oliver Tambo, protagonizaron un ejercicio de desobediencia civil desacatando el toque de queda decretado por el régimen del apartheid.

Lo que ocurrió en paralelo, en Suráfrica y Colombia, después, fue un crudo periodo de violencia respondida por una serie intercalada de secuencias de revolución pasiva, un concepto repotenciado por Gramsci, a partir de lo dicho por Vincenzo Cuoco.[2]

Ahora nosotros utilizamos la noción de revolución pasiva para entender la historia nacional desde 1948 y el significado político y jurídico actual de la Constitución de 1991. Esta fija el marco para actuar un proyecto de clase que pugna por aclimatar la contra-tendencia neoliberal a rajatabla sobre las espaldas de  40 millones de subalternos, y casi 5 millones de una complaciente clase media que define en últimas, la elección de los presidentes del pos frente nacional.

Todo lo cual ha exasperado la cuestión social. Más aún, le ha fijado su exacto sentido a la guerra actual que padece Colombia, que no es solamente una guerra civil regionalizada, sino una guerra social en expansión que desdibuja la corriente subterránea de la revolución democrática en curso. Esta guerra de posiciones, definida por la ecuación democracia y guerra, tuvo cabal término en Suráfrica con la elección de Mandela como su presidente el 26 de abril de 1994, sellada por un respaldo del 62,6 por ciento del voto de 20 millones de compatriotas.  

Colombia, en cambio, no logra salir todavía de una coyuntura de degeneración democrática (1999-2010), que es manifiesta cuando el presidente Mandela termina su presidencia, y desiste de la tentación de reelegirse. Esta degeneración es manifiesta cuando entramos en el tiempo declarado de guerra del gobierno de Pastrana contra las Farc-Ep, con quienes ensayó unas negociaciones de paz, durante tres años.

Colombia  vive de nuevo una inflexión relativa, con el actual gobierno de Santos, quien fuera el ministro de la guerra bajo la presidencia de Álvaro Uribe. Santos quiere jugarle por segunda vez, en cincuenta años, a construir la hegemonía burguesa, porque la primera la intentó y reculó en ello el conservador Belisario Betancur (1982-1986). Esta terminó en el holocausto de la justicia, y la masacre de la UP, el partido subalterno, que patrocinado por las Farc-ep, fue diezmado  con el bestial “sacrificio” de más de 3.500 de sus militantes, entre ellos, dos de sus candidatos presidenciales, Jaime Pardo Leal, y Bernardo Jaramillo Ossa.

De nuevo  se dispone la negociación de la paz con las Farc-ep,  con una agenda previamente acordada. En esta disputa dispar, por la hegemonía del bloque dominante, o la incorporación activa, democrática de los subalternos  se fue la vida de uno de sus artífices,  el  guerrillero  Alfonso Cano, forjado en la universidad Nacional, primero, y luego en cantera intelectual y militar de una guerra de resistencia que orientó en vida Jacobo Arenas.

Este obrero gaitanista, después militante comunista hizo de comisario político en la guerra de resistencia de las Farc al plan Laso, una operación conjunta de contra-guerrilla con la participación directa del gobierno estadounidense.  Después de evitar el bombardeo de exterminio, la  visión político-militar de Arenas era librar una guerra  que recuperaba el legado de Bolívar, y propiciar para ello una alianza entre campesinos y proletarios, antiimperialista. Así quedó plasmado este plan en lo fundamental en la 7a. Conferencia Guerrillera.

Esta estrategia parecía cumplirse por sus jóvenes sucesores, bajo el comando de su compañero de armas, Manuel Marulanda, un campesino liberal que resistió primero  la violencia conservadora de los años 46-57, organizó las primeras autodefensas campesinas, uniendo a liberales y comunistas. Luego, Tiro Fijo, muerto Arenas (1990), orientó y animó la ofensiva guerrillera, después del bombardeo ordenado contra Casa Verde, sede del secretariado de las Farc-Ep.

El cuarto ciclo de las revoluciones democrático proletarias

                                               La tendencia actual del proceso político colombiano, después de 24 años de guerra de movimientos, primero, y escaramuzas guerrilleras luego, la tensión paz y guerra en Colombia, cabe con relativa holgura conceptual en lo que calificamos como el cuarto ciclo de revoluciones democráticas. Es la cuarta ola democrática proletaria ampliada, porque ahora es global, e involucra el papel activo de los grupos y clases subalternas en todos los continentes, y en los antes llamados países del centro, por las lecturas sistémicas de I. Wallerstein. [3]

Después de un aplazamiento de algo más de diez años, el establecimiento colombiano, con la conducción de J.M. Santos y la coalición llamada Partido de la U, quieren conseguir la hegemonía a través de una paz con condiciones. Mientras que la reacción, expresado orgánicamente en el partido de la guerra, que se autodenomina Centro Democrático, con la orientación del expresidente Uribe Vélez, quiere ajustar, por lo menos, un contrapeso congresional a ese propósito, que limite los ejercicios en procura de la igualdad social.

Este activismo democrático, y en procura de la autonomía de los subalternos, que pueda agenciar una tercería, primero electoral, cuando el bloque de poder está dividido. Esta tercería  nacida de la emergencia de la sociedad civil de los de abajo, puede afectar la realidad agraria impuesta a sangre y fuego desde la Violencia bipartidista. Quebrando el bloque agrario, que es la clave de bóveda de la actual dominación, se puede desequilibrar el poder que los latifundistas modernos y premodernos tienen en el Congreso desde hace 50 años.

Estos siguieron concentrando la tierra por todos los medios, en los últimos 20 años por vía de despojo legal e ilegal; que  durante la década sangrienta, 1999-2010,  alcanzó la cuenta de 5 millones de has, que nos permitirá corroborar el nuevo censo agropecuario después de 40 años de no tener ninguno.

Madiba y la paz de Colombia

 “El más precioso diamante…la lealtad  a su organización  y sus compañeros…Fue un hombre que inspiró a otros por su carácter…su capacidad de perdonar…” Apartes del discurso de Desmond Tutu, a la muerte de Mandela, 6 de diciembre de 2013.
“Lamentamos profundamente la muerte de Nelson Mandela. Su legado se mantiene  como nuestra guía para alcanzar la paz.” Juan Manuel Santos,  6/12/13, ET, p. 4.

                                                     La muerte le llegó a Nelson Mandela a los 95 años. La vida le permitió asistir, mientras tanto, al complejo proceso de obtener la paz  y el fin del apartheid para Suráfrica. Derrumbar el régimen afrikáner, le significaron a Madiba 27 años de prisiones. Derruir, en un laborioso ejercicio de contra-hegemonía, una extraña y poderosa combinatoria europea, que cruzó, injertó los perversos saberes coloniales de Holanda e Inglaterra.

Poner fin a la explotación indiscriminada a la población, esclavizada y segregada, el apartheid les llevó casi medio siglo, 1948-1990. Detener el saqueo de las riquezas naturales del sur de Africa, sus minas de diamantes, oro y plata, con la consiguiente devastación de la biodiversidad, que deslumbraron a los primeros colonos, e inmiseraron a sus propietarios nativos, desde Transkei a Transvaal, a las tribus Xhosa, Bashoto y los clanes Zulúes del partido Inkhata, es una tarea que no pudo cumplir Mandela y el partido gobernante que Jacobo Zuma preside en estos días, quien encabezará sus funerales.

El ciclo vital de Madiba es ejemplar al respecto de una comparación con la suerte de Colombia. Quizás no hay un caso  similar en la historia moderna que en la persona de un individuo pueda resumir las tragedias del siglo XX, el más brutal de todos. Es la conclusión del historiador marxista Eric Hobsbawn, recientemente fallecido, maestro de varios estudiosos colombianos, y quien documentó con originalidad el rumbo del capitalismo desde la experiencia de las revoluciones burguesas y la del siglo XX, en particular. Él mismo dejó unos atisbos ejemplares de la realidad de la guerra campesina y popular en Colombia, a partir de sus ensayos consignados en el libro Bandidos.[4]

Hobsbawn hizo  a grandes y agudas pinceladas, el palpitante  fresco de la historia moderna del Capital. Suráfrica es una de sus joyas más preciadas y manchadas por el despojo y el genocidio. Pero a Hobsbawn tampoco le alcanzó la vida para intentar una historia política y social de los grupos y clases subalternas, desde abajo.

Mandela y sus compañeros de lucha han escrito uno de esos capítulos. De modo parcial está consignada en su Autobiografía (1995), pero sobre todo en la acción de liberación interna del más poderoso poder colonial del siglo XIX que se extendió hasta el final del siglo XX, bajo el disfraz del régimen del Apartheid, después del derrumbe colonial de la India, que coronó la lucha pacífica de Gandhi, en la que perdió la vida, y el Partido del Congreso fue su continuador en la consolidación de un proyecto contra-hegemónico de liberación, que sin embargo, no logra hasta hoy darle paso a la democracia subalterna.

¿Quién era Mandela?

“Madiba (como se le llamaba en Sudáfrica) ha muerto en paz, nuestra nación ha perdido al más grande de sus hijos y a un padre.” Jacob Zuma, actual presidente de Sudáfrica.

                                                            Nelson Mandela, otro animador audaz y visionario de la lucha contra-hegemónica, nació en Mvezo, 18/0771918. Cuando el fin de la primera guerra mundial, una guerra de las potencias europeas contra el resto del mundo, para redefinir los límites de su dominación colonial, entonaba el canto de sirena del capitalismo de la libre competencia. Nacía Nelson, en un entorno tribal, los Xhosa, durante la que Lenin llamara fase superior del capitalismo, sí, pero de la libre competencia, es decir, Imperialismo.

Madiba era el hijo del consejero real de la tribu Thembu, de la etnia Xhosa, y en sus ancestros era el bisnieto del rey Ngubengcuka (1832). En pocas palabras, era un noble africano, afectado desde su nacimiento por el nuevo reparto del mundo. A medida que creció tuvo oportunidad de educarse en los colegios para nativos africanos, y estudiar derecho en la única universidad negra, y graduarse de ella, y coronar, igualmente estudios doctorales.

La resistencia empezó en el ejercicio de la desobediencia civil en 1952. Junto a 150 compañeros, y con Oliver Tambo, a partir de 1952 defendía como abogados la causa de su gente. Crearon el Congreso del Pueblo (1955), y ensayaron las formas de lucha que practicó Gandhi, quien se enfrentó al racismo en Ciudad del Cabo, en defensa de la minoría hindú también discriminada.  Esa lucha lo condujo a la cárcel con sus compañeros, y allí estuvo entre 1956-61. Fue puesto en libertad y liberado de los cargos que le hiciera la justicia racista.

En el entretanto, se realiza la Conferencia de Kliptown, a la que concurren el SACP, el partido comunista surafricano y sus aliados, y el Congreso Nacional Africano, CNA, y establecen una alianza para luchar contra el poder colonial. En 1959, el CNA perdió la mayoría de su militancia que decide pasarse a un nuevo proyecto, que tiene que ver con la corriente de los No Alineados que co-lideró el presidente Kwame NKrumah (1960-66), de Ghana, cuya sustentación política contribuyó a construir el líder negro estadounidense, W.E. Du Bois, quien después se trasladó a Ghana, y al que había conocido cuando estudió en Estados Unidos.

Sharpeville y la resistencia armada

¿Qué libertad se me ofrece, mientras siga prohibida la organización de la gente? Solo los hombres libres pueden negociar. Nelson Mandela (1982).
“Hemos tenido éxito hasta el punto de disminuir el elemento de temor en las mentes de la gente negra.” Steve Biko, líder del Movimiento Consciencia Negra (1977).

                                                        Durante la década de los sesenta se forman varios movimientos de resistencia y acción política en Suráfrica. Uno, entre otros, es el PAC, Congreso Pan-Africano, con el apoyo de Ghana y los Bashoto en el Transvaal, dirigidos por Robert Sobukw y Pottlako Seballo. Hay varias divisiones, y producida la masacre de Sharpeville (1960), Mandela se hace líder de un proyecto de resistencia armada clandestina, Umkhonto we Sizwe, La lanza de la Nación, luego de la Conferencia panafricana (1961).  

En paralelo, se forma también el Black Consciusness Movement (BCM), cuyo animador inicial fue el arzobispo anglicano, Robert Taylor. Con el lema  “Black man, you are on your own”, que tenía que ver con las reflexiones del estadounidense Du Bois, quien decía que entre los afro-americanos existía una doble conciencia, Steve Biko, un estudiante de medicina,  incorporó la necesidad de obtener una liberación psicológica. 
La movilización llegó a su punto culminante con el levantamiento de Soweto, cuando los jóvenes prostestaron contra la imposición del Afrikaans en sus escuelas, y salieron a las calles, donde fueron acribillados alrededor de 200 por las fuerzas de seguridad, el 16 de junio de 1976. Biko fue arrestado  y asesinado, en poder de las fuerzas  del régimen, el 12 de septiembre de 1977.

En 1962, Madiba es apresado, y acusado de sabotaje, termina encarcelado. Para el año 1964 se convierte en el preso 466/64. En la organización armada que ha cofundado, La Lanza de la Nación, confluyen, primero, tanto la fuerza sindical negra como el partido comunista surafricano, uno de los más ortodoxos del mundo, ligado estrechamente a Moscú. Pero, la eficacia de su accionar militar sigue siendo precaria, y son apresados varios de sus líderes por las fuerzas del orden de la segregación.

En 1969 trataron de montar una falsa fuga a Mandela, para liquidarlo en la prisión, pero un agente secreto inglés, Gordon Winter la previno y lo salvó. De ello quedó el relato  “Inside Boss”, donde Winter relata el episodio.

A Mandela  lo trasladan en 1982 a la prisión de la isla de Robben, que está al frente de Ciudad del Cabo, donde se junta los principales líderes del  Congreso Nacional Africano, CNA, Sisulu, Mlangeni, Kathrada, Mhlaba. Esta reunión posibilita que el principal núcleo político-intelectual negro de Suráfrica piense un cambio de estrategia. Así se  lanza la campaña mundial para  liberar a Mandela de la prisión,  responsabilizado de conspirar contra el Estado,  y de la muerte de 6 personas.

De hecho Mandela  y el CNA participaron en las listas de grupos terroristas del Departamento de Estado norteamericano hasta el año 2008.  La campaña de liberación de Mandela se lanza en todo el mundo, y su segunda esposa, Winnie, es una de las principales animadoras; consigue el apoyo de estrellas de la canción y el espectáculo, entre ellas Bruce Springsteen, Miriam Makeba,  U2, y tantos otros  Y en el año 1990 es un hecho su liberación acompañada de condiciones de libertad para el conjunto del movimiento político y social que autoriza el presidente  De Klerk.

Invictus: de la Paz y el fin del Apartheid

“He luchado contra contra la dominación blanca  y contra la dominación negra. He albergado el ideal de una sociedad libre y democrática en la que todas las personas convivan en armonía  e igualdad de oportunidades.” Mandela, en el juicio de Rivonia (1963).

                                                         En 1985, el presidente Botha propone liberarlo, si Mandela le plantea al CNA que abandone la lucha armada, lo cual él rechaza. Sufre una recaída en su salud, y es objeto de una cirugía de la próstata en el hospital Volks, con el ministro Coetzee.

Tal fue el inicio en firme de los preliminares de las negociaciones de paz, que se interrumpen por la muerte repentina de Botha (1989). Lo reemplazará De Klerk, quien anuncia la libertad para Mandela en febrero de 1990, que este acepta si se suprime el estado de emergencia en Suráfrica y se da libertad plena a los movimientos y al CAN para la acción política y social.

Ya libre,  Mandela visitó a New York, siendo alcalde el primer afro-americano, David Dinkins (1990-93), y tiene un recibimiento apoteósico. Visita la sede de la ONU, donde era considerado terrorista. Luego  De Klerk y  Mandela ganan el premio Nobel de la Paz (1993), que es el anticipo de su triunfo electoral para la presidencia que gana en 1994 y cumple un único mandato en 1999, y se retira progresivamente de la vida política, para luchar contra el sida en el Africa, que le quitó también la vida al último de sus hijos varones. 

Durante su gobierno, él implementó políticas de corte neo-liberal, y vive la férrea oposición del partido Inkhata que reúne a la etnia Zulú, rival de los Xhosa, su propia etnia preponderante en la antigua provincia de Transkei.  Pero, Nelson logra, de otra parte, consolidar la paz entre Afrikaners y los nativos surafricanos, que sufrieron la explotación y la exclusión coloniales.

La última actuación pública de Madiba ocurrió en su aparición apoteósica en el Mundial de Fútbol (2010),  retirado de toda actividad pública, y afectado por un sinnúmero de enfermedades padecidas durante 27 años de encierro, combinados con trabajo forzado, que no quebrantaron su disposición para la lucha. Esta fue la despedida del gran líder, en la guerra y en la paz, librada por los oprimidos y explotados en Sudáfrica.

En  el 2011 sus enfermedades hacen irrupción definitiva. Siguen los problemas respiratorios que se convierten en una infección pulmonar en 2013. Para junio quedó claro que médicamente era poco lo que podría hacerse para que Madiba  siquiera regresara a una vida soportable.

Su muerte sobrevino el 5 de diciembre, el mismo día que sus dos hijas asistían al estreno de la última 
película referida a su vida, El largo camino a la libertad; y porfiaban ante la prensa internacional que Mandela estaba estable, sin riesgos mayores, cuando  enfrentaba sus últimos minutos de agonía.

Por estos días, el presidente Juan Manuel Santos tuvo la visita del líder blanco del equipo de rugby de Suráfrica, que le ganó a Nueva Zelanda el mundial jugado en Suráfrica. Este triunfo de 2007, se convirtió en el símbolo de la reconciliación de una nación dividida por la bestialidad del más severo apartheid, y la consolidación de un proceso de paz irreversible, aunque marche todavía bajo los dictados de la globalización capitalista, y claros rasgos neoliberales, que tienen el soporte de 6 millones de surafricanos negros de clase media, en una población de 46 millones, bastante similar a la de Colombia.

Intentos fallidos y pasión democrática

“Voy a pedirles a todos los expresidentes si pueden representar a Colombia en los funerales de Mandela…sería un bonito paso de unión del país”. J.M. Santos, 6/12/13,  declaración a la radio W.

“Mandela supo construir una nueva Sudáfrica sobre las bases firmes de  la no violencia, la reconciliación y la verdad.” Francisco, papa católico
“En estos momentos veo nítidamente cómo el espíritu de Simón Bolívar vive en todos ustedes.” Nelson Mandela, visita a Venezuela en 1991. 
                                                             El episodio político deportivo de la selección de rugby pluriétnica lo plasmó el periodista John Carlin, en El factor humano, que es la línea argumental principal de la película Invictus. Santos  se entrevistó Con Carlin en más de una oportunidad, a instancias de Tony Blair, conocedor de su interés  desde  antes de la negociación del Caguán por un proceso de paz con las guerrillas de Colombia, que le de a la clase dominante  del país, por primera vez  la hegemonía sobre los grupos y clases subalternas.

Estos la resisten legal e ilegalmente desde el derrumbe parcial del orden oligárquico nacido en 1886, en la trágica semana de abril de 1948 que desencadenó el asesinato del líder popular Jorge Eliécer Gaitán.

Muerto Mandela Santos  lo ha recordado esta semana. Con este acontecimiento, él intentó persuadir en vano a todos los ex presidentes de Colombia de que representaran al gobierno  en las exequias de  Madiba. Él les vendió la idea como un gesto de paz y unidad definitiva. Era una oportunidad para emular lo hecho por Nelson Mandela, quien  logró por otra vía,  la pasión deportiva,  reunir a la nación dividida por dos siglos.  Aún le queda a Santos la opción de los posibles triunfos de  la selección de fútbol en el campeonato  mundial de 2014.

El primero en echarle nones fue su más encarnizado rival en el bloque dominante. Uribe contestó negativamente a la canciller María Angela Holguín, y arguyó sí que Mandela no había torturado, ni asesinado. Pero rehuyó el tópico del terrorismo que le endilga a la guerrilla de las Farc-ep; sin embargo, Mandela y el Congreso Nacional Africano vivieron el inri de ser categorizados como terroristas hasta el año 2008, que coincide con la reelección de Álvaro Uribe Vélez, quien ahora quiere hacer parte del Congreso, liderando la bancada del partido de la guerra anti-subversiva.

Dos expresidentes, Samper y Pastrana han dicho que sí irán. Esta división revela que  la reelección de Santos es inminente, y tendrá el mismo tiempo que Uribe tuvo valiéndose de ilegalidades sin darle finiquito a la paz. Es el tiempo de la paz negociada con las Farc-Ep, y darle inicio al proceso con el Eln, cuyo líder Nicolás Rodríguez Bautista ha reiterado que están listos. El periplo vital de Mandela, sin caer en comparaciones ociosas, prueba que lo que hace Colombia no es solo posible sino viable, y practicable.

Con la particularidad que el racismo colombiano está semioculto; la discriminación y la segregación es pluriétnica y multicultural. Abarca a más del 90 porciento de la población, abarcando a un considerable segmento de la clase media también. Por lo que la intervención activa de la sociedad civil en su pluralidad es requisito sine qua non para que la paz triunfe. Y esto requiere de una primera asamblea constituyente, y una constituyente social que la complemente.

Las cuales no tienen precedentes en la historia de Colombia como nación independiente. Le tocó a Madiba como mito, la suerte de hacerse santo patrono laico de la paz para Colombia, en las cercanías de un torneo deportivo mundial, donde los eventuales triunfos del equipo de fútbol darán alicientes a todos los colombianos para reinventarse en una fraternidad que potencie con el flujo creador de las pasiones  la alegría de un triunfo pasajero, y no la tristeza improductiva del odio y la retaliación sin fin, que plasmó magistralmente Gabriel García Márquez en “Cien años de soledad”, y la espera inútil y tozuda de “El coronel no tiene quien le escriba.” 

Las elecciones de marzo y mayo de 2014 serán los preliminares de lo que pueda ocurrir a partir de junio en las canchas de fútbol en Brasil, nuestro más poderoso vecino suramericano, donde su presidenta Dilma Rousseff, afectada por el inmenso escándalo de corrupción de su propio partido, honra la memoria viva de Mandela, diciendo, “El ejemplo de este gran líder guiará a todos aquellos  que luchan por la justicia social y por la paz del mundo.” Que ruede entonces el balón, y el ejemplo de Invictus sea un estímulo más que deportivo, en el calenturiento tiempo de la paz en Colombia.





[1] Profesor asociado, exdirector de Ciencia Política y Unijus, Unal, Bogotá. Ex rector U. Libre de Colombia (2003). Catedrático  Maestría Estudios Políticos, U. Javeriana, Bogotá. Director Grupo Presidencialismo y Participación, Colciencias/Unijus. Doctorante en Ciencia Política  CPolítica/IEPRI (2013).
[2] Dice Peter Ives en su libro, que Vicenzo Cuoco utilizó la expresión revolución pasiva para referirse a la corta experiencia  de la república de Nápoles, cuando se sacó a Fernando IV y la dinastía de los Hapsburgo de Nápoles y Sicilia. Para él, el fracaso de esta experiencia se debió al error en la conducción de las masas, no preparadas para impulsar los ideales de la Ilustración.  La lectura de Gramsci es otra, hay revolución pasiva cuando no se incorpora activamente a la mayoría de la población. Ver op. cit., pp:. 102-103; y Selection of Prison Notebooks, Hoare and Smith, p. 108.
[3] El neoconservador Samuel P. Huntington, conviene recordarle, publicó un libro refiriendo y caracterizando la que llamó Tercera Ola democrática, que arrancaba en los países europeos del sur, España, Portugal y Grecia.  Después confundió la Cuarta Ola, con lo que con dejos ideológicos apocalípticos llamó “El Choque de las Civilizaciones”, que, por supuesto, no compartimos.

Hoy luego de las llamadas “primaveras árabes” tenemos claro su yerro, y el rechinar de dientes de la reacción israelí ante la posibilidad de hacer las paces asimétricas con Irán,  Siria y darle vía libre a una Palestina libre por la primera vez, entre otras razones, para precaver el cada vez mayor peso de China Continental en el ajedrez estratégico global.
[4] HOBSBAWN, Eric.J  (1976). Bandidos . Edición original en inglés, 1969/74.  Editorial Ariel. Barcelona.

VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera