11 de abril de 2015

PÁGINAS PARA LA HISTORIA DE LOS SUBALTERNOS

DESPUÉS DEL 9  DE ABRIL

Ni pío esta vez

                                                 Ni una palabra escucho esta vez, de un escenario y una iniciativa polémica que lideraba la hija de Jorge Eliécer, Gloria Gaitán. La acusaron de diferentes formas: de no arrancar y culminar aquel proyecto, e igual se conocieron las acciones judiciales contra ella, así como su defensa y absolución según lo dijo.

Sin embargo, el resultado hasta hoy no es otro que la postración, el enterramiento visible de esa obra convertida hoy en escombrera y parqueadero para mayor vergüenza histórica de esta nación desmemoriada.

El Centro Nacional de Memoria no puede ser tan "desmemoriado". Mucho menos con respecto a la historia viva de la Facultad de Derecho y Ciencia Política, porque además de Gonzalo, uno de sus exalumnos, hoy tenemos a los distinguidos profesores Alejo Vargas, y Carlos Medina en cabeza del Centro de Pensamiento,  desempeñándose en funciones de investigación, el primero, en la Vicedecanatura puede interceder por esta otra "causa perdida".

Se pasó otra oportunidad

                                                      El 9 de abril  debía ser, y no lo fue, la oportunidad no solo para recuperar los vagones que se deshacían ante nuestros ojos en una de las casas reconstruidas, y donde funcionan un conjunto de oficinas de extensión, librería, Unijus, consultorio jurídico.

Se trata de recuperar el espacio construido al frente, que iba a ser la sede del centro de estudios históricos y memoria de las luchas sociales, que ahora parece quedar condenado definitivamente al olvido, y a la refrescante presencia del verdor de hierbas y malezas, ratones y otros animales que son los testigos mudos de otro desatino hundido en la desidia y el abandono irresponsable e insultante.

La Otra Paz

                                                El museo de las luchas sociales es un recuerdo que desafía, pero que no empaña la jornada por la otra paz, la paz de los subalternos.  Ni víctimas ni victimarios, sino ejercicio democrático pleno, recuperación y reinvención de lo común,  son antes y ahora la consigna para otra paz, la de los subalternos que permita transitar la posguerra de posiciones democrática.

Así lo recordamos en la ya lejana marcha del 4 de febrero de 2008. Caminamos a contra-corriente de otra movilización, esa sí, convocada por el ex Älvaro Uribe, y sus conmilitones, y los partidarios de entonces, que eran millones en actitud beligerante.

Aquellos reclamaban victoria para la seguridad democrática, y muerte y condena a los subalternos insurgentes, las Farc-ep. Esto es, reclamaban en las calles la continuidad de la guerra entre colombianos, para sacrificar a más, y más riqueza social, en el bestial altar de la guerra.

¿Hasta cuándo?

Fue en otro febrero, el 7 del año 1948, en la garganta de Jorge E. Gaitán, con su Oración que reclamó por la paz de Colombia, más allá de los partidos, invocando al país nacional, que no político, que hoy, encabezan los gobernantes de turno, quienes acompañarán a los marchantes saliendo del monumento a los caídos.

                                            Hoy requerimos las voces de tod@s, y la acción autónoma de los de abajo, y que se rinda cuenta de lo que pasará, definitivamente, con el espacio casi perdido del área aledaña a la Casa Gaitán, que pareciera dormir "el sueño de los justos," bajo el centinelato cómplice de la Universidad Nacional de Colombia.

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VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera