9 de abril de 2015

La memoria de los subalternos

EN LA CALLE, OTRO  9  DE ABRIL

Miguel Angel Herrera Zgaib, Grupo Presidencialismo y participación, UNal, Bogotá.


Un 9 de abril más

                                        Todo parece indicar que en las calles de Colombia estarán presentes empleados públicos de todos los niveles, grupos, partidos, personalidades, la Marcha Patriótica, el PDA, el Congreso de los Pueblos,  movimientos de muy diferente procedencia y filiación política e ideológica. 

Igual, resulta evidente que uno de los sectores que no le "jalará" al asunto será el Centro Democrático, y su senador/comandante , Álvaro Uribe, como tampoco estará por esos lares, Fernando Vallejo, para quien estas manifestaciones son una farsa.

Es posible que también concurra gente de los sectores populares, de los grupos y clases subalternas, atraídos por las jornadas que la alcaldía distrital de Bogotá ha preparado en la semana de la paz, que tiene como punto de confluencia este otro 9 de abril, para desterrar, en cierto modo, de la memoria, la tragedia que enlutó y transformó a la Capital , y varias ciudades y pueblos de Colombia, hasta el 14 de abril de aquel año de 1948, como se recordó en  El Cadáver Insepulto, la novela documento escrita por Arturo Alape.

Reconstruyendo la Memoria.

"La violencia no comenzó el 9 de abril de 1948, sino que fue el producto de violencias acumuladas." Gonzalo Sánchez

                                      Gonzalo Sánchez, abogado, filósofo e historiador, criado y formado en la Universidad Nacional, y, en particular, en Derecho y Ciencias Humanas, donde fuera monitor de Chantal Mouffe, de su clase de filosofía; y cultor de Louis Althusser en la década de los 60/70, ejerce el liderazgo investigativo e intelectual en la iniciativa de construir el Museo de la Memoria.

En predios ubicados en la Calle 26, en confluencia con la Avenida de las Américas, en una superficie de 14,178,81 metros cuadrados, de los que habrá construídos 10.798 m2. En ese lugar se juntarán hoy, Gonzalo, Gustavo, y Juampa, para colocar la primera piedra.

Pero, Gonzalo y nuestra Facultad parecen haber perdido la memoria, de una iniciativa que hace algo más de 40 años consistía en construir el Museo de las luchas sociales, o algo así, que incluía un ciclorama que abarcaba representaciones, fotos, y demás, que ahora sobrevive arruinándose su construcción al pie del monumento que es la casa de Jorge E. Gaitán, y que está bajo el cuidado de la Universidad y de la Facultad de Derecho y Ciencia Política.

Ni pío esta vez

                                                 Ni una palabra escucho esta vez, de un escenario y una iniciativa polémica que lideraba la hija de Jorge Eliécer, Gloria Gaitán, a quien se acusó de diferentes formas de no arrancar y culminar aquel proyecto, e igual se conocieron las acciones judiciales contra ella, su defensa, y el resultado hasta hoy, la postración, el enterramiento visible de esa obra convertida, en un cierto modo, en escombrera y parqueadero.

El Centro Nacional de Memoria no puede ser "desmemoriado", y mucho menos con respecto a la historia viva de la Facultad de Derecho y Ciencia Política, cuando además de Gonzalo, hoy, tenemos a los distinguidos profesores Alejo Vargas, y Carlos Medina encabezando el Centro de Pensamiento, y desempeñándose en funciones de investigación, el primero, en la vicedecanatura.

Hoy debía ser, y no lo fue, la oportunidad no solo para recuperar los vagones que se deshacían ante nuestros ojos en una de las casas reconstruidas, y donde funcionan un conjunto de oficinas de extensión, librería, Unijus, consultorio jurídico. 

Se trata de recuperar el espacio construido al frente, que iba a ser la sede del centro de estudios históricos y memoria de las luchas sociales, que ahora parece quedar condenado definitivamente al olvido, y a la refrescante presencia del verdor de hierbas y malezas, ratones y otros animales que son los testigos mudos de otro desatino hundido en la desidia y el abandono irresponsable e insultante. 

El museo de las luchas sociales es un recuerdo que desafía, pero que no empaña la jornada por la otra paz, la paz de los subalternos.  Ni víctimas ni victimarios, sino ejercicio democrático pleno, recuperación y reinvención de lo común, como lo recordamos en la ya lejana marcha del 4 de febrero de 2008, cuando caminamos a contra-corriente de otra movilización, esa sí, convocada por el ex Älvaro Uribe, y sus conmilitones, y los partidarios de entonces.

Aquellos reclamaban victoria para la seguridad democrática, y muerte y condena a las Farc-ep. Esto es, reclamaban en las calles la continuidad de la guerra entre colombianos, para sacrificar a más, y más riqueza social, en el bestial altar de la guerra.

Fue en otro febrero, el 7. en la garganta de Jorge E. Gaitán, con su Oración que reclamó por la paz de Colombia, más allá de los partidos, invocando al país nacional, que no político, que hoy, encabezan los gobernantes de turno, quienes acompañarán a los marchantes saliendo del monumento a los caídos. 

Hoy requerimos las voces de todos, y la acción autónoma de los de abajo, y que se rinda cuenta de lo que pasará, definitivamente, con el espacio casi perdido del área aledaña a la Casa Gaitán que pareciera dormir "el sueño de los justos". ¿Hasta cuándo?

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VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera