7 de marzo de 2017

VYGOTSKI  Y SPINOZA (PARTE II)

Fue en la Universidad Popular donde el talento y genialidad de Lev Semionovicht encontraron un cauce propicio. Se dedicó de modo principal a la filosofía y literatura, dicen sus más connotados biógrafos, y así lo recuerda Angel Rivière en su trabajo. ( p. 15)

Aunque la estructura de su pensamiento se forjó en el campo de la semiología, que tenía como un cultor principal a Alexander Potebnya, un lingüista, autor del libro Pensamiento y lenguaje que Vygotski leyó con suma atención y cuidado, y donde la psicología recibía una atención especial.

Lev emuló con su maestro titulando a su primerísima obra, Pensamiento y habla, aunque se haya traducido como Pensamiento y lenguaje, con los errores que conlleva, si recordamos las conferencias de Ferdinand de Saussure, donde él distinguió entre lengua y habla, y se dedicó al estudio de la primera.

A Vygotski le preocupaban en su indagación principal, por una parte, "los mecanismos psicológicos de la creación literaria" (Rivière, 1988, 15), y, de otra, la semiología enfilada al entendimiento de los símbolos, signos e imágenes poéticas.

Este último tópico lo acerca mucho al padre del pragmatismo, el estadounidense Charles S. Peierce, pero no hay referencias que conociera para entonces de sus trabajos. Esta problemático lo introdujo con más brío en el conocimiento de la filosofía, y en particular, a retomar su pasión por Baruch Spinoza, a quien leía desde los estudios del bachillerato. Su interés estaba en precisar los mecanismos propios de la producción estética.

SPINOZA Y "PSICOLOGÍA DEL ARTE"

En la obra de Vygotski, "Psicología del arte" (1925), inicia con una cita de Spinoza, que empataba con sus escritos de secundaria. Había una afinidad entre los dos pensadores. Al final de su breve existencia, como lo fue también la de Baruch, Lev Semionovitch escribió un artículo relevante: "La teoría de las pasiones de Spinoza a la luz de la Psiconeurología contemporánea".

Él pensaba en el hombre como un instrumento del pensamiento de la naturaleza, el pensamiento no separado del cuerpo, como en la filosofía cartesiana que Vygotski había criticado. En suma, el pensamiento era "acción del cuerpo organizado, como función propia del ser material en su más alta expresión." (Rivière, 16)

Algunos señalan que en tal afinidad radica el pensamiento dialéctico de Vygotski, recordando la famosa crítica de Marx a Feuerbach, que hizo explícta en sus Thesen Über Feuerbach. Al respecto, no sobra recordar la Tesis V, que dice: "Feuerbach, no satisfecho con el pensamiento abstracto, quiere la intuición (die Anschauung); pero no toma la sensibilidad como actividad humano sensible práctica (praktische)." (Marx, Thesen, 1981, p. 81)

El pensamiento tenía una función universal y no deducible "...de la estructura estática y espacial de la materia"(Rivière, 16). Al modo como Descartes lo ubicaba como res cogitans, diferente de la res extensa, la materia con su espacialidad. Spinoza había hecho la crítica, en las Cartas, y en particular, en su obra la Reforma del entendimiento. En Vygotski hay una propuesta de dialéctica materialista que guarda su parecido con la metafísica materialista, no dual, de Spinoza. Tal y como la definió Antonio Negri en su libro escrito en la cárcel, Spinoza. La Anomalía Salvaje. Ensayos sobre el Poder y la Potencia.

El laboratorio de la Literatura

Ayudó a Vygotsky la lectura en aquel tiempo de los Cuadernos Filosóficos de Lenin, donde hubo una relectura de la Lógica de Hegel, en clave materialista, apoyándose también en una revisión de las Tesis sobre Feuerbach de las que poco se ha hablado.

Las Tesis habían sido publicadas por Federico Engels en 1892, como un apéndice a su ensayo de divulgación  Ludwig Feuerbach y el fin de la filosofía clásica alemana. De ese  modo, las Tesis fueron conocidas por los marxistas rusos. Después a través del Instituto Marx y Engels, dirigido por Riazanov, quien fuera contertulio del círculo de Vygotski.

La diálectica le sirvió al psicólogo Vygotski, como un método, sin escolasticismo o dogmatismo, y mucho menos como culto a una ideología establecida, conservadora del régimen soviético al comando de Stalin. Fue un pensador por sí mismo, en toda la línea. De acuerdo con otro biógrafo, Kozulin, trató a Marx "como un teórico, del mismo modo como podía tratar a Hegel, Freud y Durkheim, sin prejuicios."

El primer laboratorio fueron sus estudios de literatura, que lo conectaron en cierto modo con el formalismo ruso, pero lo llevaron más allá, aunque se sepa muy poco, a los trabajos de Mijail Bajtin, otro pensador por cuenta propio, fastidioso, peligroso ante el orden stalinista bajo el comando de los comisarios del pueblo, como el tristemente célebre Zdanov.

En sus estudios literarios, tuvo un interlocutor en el traductor al ruso de Lope de Vega, Vladimir Uzin, quien de suyo era un audidacta, políglota como la madre de Lev Semionovitch. En Gomel las tertulias literarias fortalecieron sus herramientas analíticas, su uso singular la dialéctica en trajin con la obra poética de Tyuchev, Alexander Blok y Heinrich Heine, y en la novela con su ilustrado conocimiento de Dostoievski y León Tolstoi, aunque volcó de modo preferencial sus talentos por el teatro que lo conectó vivamente con la psicología humana, leyendo a Shakespeare, Gogol y Puskhin, entre otros.

(continua)

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