POSVERDAD, CORRUPCIÓN Y
PRESIDENCIABLES (III)
miguel angel herrera zgaib.
Definiendo rivales en
2018
“…yo no creo que Germán Vargas sea ningún ganador porque es
la personificación de la patanería, del machismo, de la corrupción y de la
politiquería.” Claudia López, entrevista, ET, 15/01/2017, p.10.
Claudia hace esta afirmación, para identificar a uno de sus rivales
potenciales, porque Vargas Lleras no se ha retirado todavía de su cargo, y
sigue ordeñando la oportunidad de ser el administrador de las obras públicas,
primero de las casas de interés social y gratuitas, y ahora de las autopistas
4G, y otras obras civiles mayores, sin haber sido un ingeniero civil
López anticipa
el juicio, contrario a los que sostienen:”…hay gente que dice que esa es la
garantía de que ganará. Yo creo que esa es la garantía que perderá.”
Sin embargo, no pocos, al leer el
perfil que hizo López de su rival potencial, encuentran una definición del
ganador Donald Trump, quien enfrentó a otra mujer, la demócrata Hillary Rondam
Clinton.
Dos sistemas electorales
Claro está para Claudia quien interrumpió
estudios en Chicago, que a diferencia de la estadounidense, la democracia
representativa de Colombia elige directamente a los presidentes. La pseudo-democracia
estadounidense no, son los delegados estatales los electores, para mantener la
autonomía relativa de los estados que aceptaron constituir la federación que
reemplazó históricamente al fracasado modelo confederado.
Si esto se repitiera,
y ella fuera la candidata ganaría como ganó Hillary el voto popular, por más de
2.8 millones.
Ella divide en su
diagnóstico/pronóstico la competencia electoral del 2018 en dos campos
definitvos. En uno está preseleccionado Vargas Lleras, identificándolo como el
rival al vencer, lo que parece plausible, por los compromisos con el presidente
actual, y, sobre todo, por los instrumentos que éste puso en sus manos como
parte del neoclientelismo presidencial.
Este neoclientelismo existe
reforzado desde 1968, y su arquitecto fue Carlos Lleras Restrepo con el apoyo
intelectual de Jaime Vidal Perdomo. Juan Manuel Santos honra los “preacuerdos”
a que llegaron cuando se disolvió el uribismo en dos campos el Centro Democrático
y el Partido de la U,, para pasar a la segunda vuelta y ganarla. Aunque, otros
piensan que el “conejo” que sufrió el Uribismo pone en cuestión la confianza en
lo que Santos pactó.
(continua)
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