NEGRI EN LA "OTRA VUELTA DE TUERKA"
Pablo Iglesias no es solo el más destacado dirigente de "Podemos", sino también un conductor de un programa televisivo diferente, al cual invita figuras relevantes de la izquierda española e internacional, para debater las grandes causas de la hora, y la urgente renovación del pensamiento de la izquierda radical.
Esta vez después de haber tenido un diálogo con su gran amigo, y compañero de lucha, Juan Carlos Monedero, la cita la tuvo con Toni Negri, para conversar de su vida y trayectoria política, y calibrar, descubrir con él algunas claves del presente en Europa, y en parte, en América Latina.
Iniciación de un subalterno: pasión y comunismo
Como es propio del formato del programa, Negri estuvo recordando su trayectoria de niño, y de joven. Recordó como empezó militando en una Acción Católica de izquierda, donde llegó a ser dirigente nacional de sus juventudes, bajo la influencia cercana de los curas obreros. Fue expulsado de ella, con otros en 1952.
De ahí se fue a militar al partido Socialista, que era el que controlaba la Federación Padovana, y con él conoció a Renato Panzieri, y colaboró en la experiencia renovadora de los Quaderni Rossi.
Se hizo comunista siguiendo a un amor juvenil que lo llevó a Israel, participando en un Kibutz, orientado por el Mapai, que eera el partido israelí de izquierda, y que en 1968 se fusionó con otros dos, y le dieron existencia al partido Laborista actual. Entonces Negri conoció en el kibutz a un matemático comunista egipcio, Suzi, quien lo orientó en esa materia, pero sin hacerse marxista.
Con el Partido Socialista de Italia, su ala radical, que orientaba Panzieri, maduró el autonomismo operaio en el entendimiento del quehacer obrero italiano, cuando el fordismo se extendió como la verdolaga. Estos y otros intelectuales desafectos al compromiso histórico, le dieron forma a la acción extraparlamentaria, y con ella a un discurso obrero no burocrático que los alejó del PCI, y de la tutela de Palmiro Togliatti y la Unión Soviética.
Entonces, en colectivo, Toni redescubrió la democracia obrera, que tenía sus antecedentes más lejanos en la Turín de los años 15, 19 y 20, del siglo pasado, cuando se proyectó la dirección de L`Ordine Nuovo donde se destacaron Gramsci, Bordiga, Togliatti y Tasca. En lo fundamental en los 60 se consiguió la comprensión del ensanchamiento social de la explotación, que permitió entender el paso del obrero masa, propio del fordismo, al obrero social, una categoría inventada por su gran amigo comunista, Mario Tronti, quien hoy por hoy, tomó otro rumbo, apoyando el hacer político del primer ministro Renzi en Italia.
El aprendizaje en los 60 y 70
Así las cosas, entre los 60 y 70, Negri animó y participó de la experiencia de la autonomía de base, en dos formaciones diferentes, a partir de la autogestión sindical; y con ello buscaban, a través de la dinámica de los contra-poderes, abrir la Constitución italiana de posguerra, que proclamó el trabajo como centro de la misma, pero con desarrollo insignificante en la realidad.
Luego se produjo la derrota, pero, a la pregunta de Iglesias, problematiza la noción de precariado, que normalmente está circunscrita al neoliberalismo, y Negri recuerda que los obreros estaban hartos de la dominación fordista, a lo que el obrero masa respondía con una suerte de éxodo de la fábrica, con el sabotaje, y recuerda, en particular, la película "La clase obrera va al paraíso".
Negri insiste en la exteriorización del trabajo que lo lleva más allá de la industria regida por el fordismo, que hace presente el valor social del trabajo, y que le da vigencia a la lucha por la renta básica, que es una manera de confrontar el capitalismo, a través de una institucionalidad construida desde abajo.
(Continúa)
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