LA OTRA "GUERRA" Y LA POTENCIA DE LOS SUBALTERNOS
Miguel Angel Herrera Zgaib
Director Grupo Presidencialismo y participación. UNal/Colciencias/Unijus
Profesor Asociado, Ciencia Política. Catedrático U. Javeriana. Bogotá.
"El fútbol es la dinámica de lo impensable". Fernando Villada
A las 2 pm., con almas, tripas y corazones estarán millones de colombianos divididos por una guerra entre herman@s separados por la distribución y expropiación de la riqueza social, y la descomposición y festín de lo común, anhelando pasar a los cuartos de final, de un torneo suramericano lleno de estrellas caídas y ascenso.
El rival es el equipo de Perú, en esta guerra por otros medios, de la inteligencia, el vigor físico, la habilidad singular, y el concurso de un colectivo, cualidades todas, que también reclaman aún la presencia de un director de orquesta que afine las disonancias, y le de paso a la armonía en un piano hecho de césped y dos arcos con malla.
Se enfrentan dos modos de entender el fútbol, que orientan dos hermanos gemelos de diferentes edades, Pékerman y Gareca, en un país donde el neoliberalismo fue impuesto a las malas, por un dictadorcito que jamás se arrepintió ni conmovió; y se juega en un tiempo en que la nueva gobernante, Michelle Bachelet no es capaz todavía de sepultar la barbarie con memoria, y limpiar la memoria de los muertos.
Colombia y Perú, a su manera, siguen presos del neoliberalismo que tanto ha defendido Milton Friedman, cultor de la moneda como cura eficaz para los males coyunturales del capitalismo. Aquí todavía tienen "éxito", es lo que dicen, sus discípulos, la clique intelectual que acompaña a dos gobernantes, Ollanta Humala y Juan Manuel Santos, que no se comparan por procedencias sociales.
Ollanta pretendía ser de izquierda y con el correr de los días fue desnudando su alma e intenciones, incluida la idea "no santa" de dejar a su esposa como presidenta, contagiado por la moda argentina de los Kirchner. Juan Ma, quiere seguir insistiendo en la "tercera vía", que saboreó en Londres, cuando su estadía la pagaba el gremio de los cafeteros. Y trató de premiar por interpuesta persona al Tony Blair, el paje de la reina octogenaria.
Pero, hoy es fútbol, amigos
Dicho y recordado lo anterior, los 24 hombres, incluidos sus directores nos harán suspirar, vibrar, soñar, olvidar, y al final gozar y sufrir delante de los rectángulos que capturan las imágenes de las jugadas inolvidables, y los radiorreceptores que nos permiten imaginar más libremente lo que no vemos.
Y para quienes estarán de cuerpo presente, descubrir que de pronto son algo más que una masa sacudida a punta de genialidades, goles que se hacen o jugadas que pasan raspando, o rebotan en los palos, o en la humanidad providencial del equipo asediado.
Sí, es una guerra, con árbitro internacional, y con el escándalo de la Fifa que también se lucró con los derechos de transmisión de este suramericano inolvidable.
Nosotros esperamos que los tres pulmones de Carlos Sánchez le den armado desde abajo al combinado colombiano, y que los delanteros hagan los goles, con la batuta concertada de Teófilo Gutiérrez, el muchacho díscolo y malcriado por la vida, como el Neymar que quedó fuera el partido pasado, después de agredir y ser agredido.
No pocos quieren que el Tigre Falcao saque las uñas y arañe el esquivo gol, para que en Santa Marta desde su papá en adelante se olviden que escasea el agua por años al pie de unos de los paisajes marinos más cautivantes. Los tagangueros quieren también soñar un mundo mejor.
En Ibagué, los que vieron crecer a James en deporte, y balbucear al hablar, esperan que rompa la red con esos cañonazos que lo hicieron célebre en el mundo, y en la imperial Iberia, que ahora se prueba con "Podemos".
Colombia necesita curarse del espanto de la pérdida anterior ante Perú, un equipo legendario por su glorioso pasado de grandes jugadores, espigados, gambeteadores, raudos en procura de la red enemiga, y desarmados de instrumentos letales, pero dispuestos a parar más de un corazón de sus compañeros de la lejana Gran Colombia. Entendemos que Pizarro y Guerrero tendrán que ser cuidados al milímetro, porque cualquier puede "asesinar" a Ospina de cerca o de lejos.
La cinemática del fútbol
Desde aquí recuerdo a mi amigo peruano, Vïctor Segura, quien estará "viendo" otra película. Yo pienso con el deseo, a módicas cuotas. O se produce un empate al final, o Colombia arranca con un gol tempranero, y el partido nos favorece con un marcador 2-1.
No creo que haya una derrama de goles como lo hizo Chile, cuya gente monta en cólera con su presidenta, que le marcó 5 a Bolivia, que le reclama en otra cancha una salida al mar, que le fue arrebatada en una guerra diferente, esa que deja cicatrices y que una socialista como Michele que sufrió torturas, podría restañar.
Hagamos mientras tanto sonar las campanas, y pidamos un minuto de silencio por los muertos, torturados y desaparecidos en el estadio nacional de Santiago. Hoy tendremos a los "campeones" de esta guerra "sin cuartel" que pasarán a los cuartos de final.
Queremos, deseamos que Colombia haga parte de ese grupo, para resarcir en parte, lo que no ocurrió en el mundial de fútbol. Ya ajustamos las cuentas con el gol de Yepes, y se trata de llegar a la final con juego de conjunto y corazón.
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