TRAGEDIA NACIONAL: LA LÓGICA DEL
PLOMO
Miguel Angel Herrera Zgaib
“La guerrilla estará pensando en
acciones de retaliación. Pero es justamente esa espiral de violencia, odio,
venganza y retaliación la que nos ha conducido a 50 años de guerra.” J. M.
Santos.
“No estaba en nuestra perspectiva la
suspensión de la determinación del cese al fuego unilateral e indefinido
proclamado el 20 de diciembre de 2014 como un gesto humanitario y de
desescalamiento del conflicto…” Iván Márquez.
Cuando
se inicia una nueva ronda de conversaciones, la 37 en torno a la paz, el día jueves pasado, hay una incursión área
nocturna sobre un campamento del frente 29 de las Farc- Ep, en Guapi, vereda de
San Agustín, Cauca; y del bombardeo resultan 26 guerrilleros muertos, una mujer y un niño heridos, de acuerdo a los
primeros reportes castrenses.
Todo ello viene
acompasado con fatídicas celebraciones oficiales del liberal Juan Manuel
Santos, que deshonran la fe que dicen es la de la mayoría de la entelequia
llamada pueblo colombiano, según sea la conveniencia.
Esta iniciativa que no
va más, procuraba que el gobierno, y el bloque en el poder que lo respalda
tuviera una correspondencia. A lo máximo que llegó el presidente Santos fue a
ordenar la suspensión de los bombardeos sobre los objetivos en el campo de las
fuerzas insurgentes subalternas.
Pero, tal restricción
la levantó luego que murieron 11
militares en territorio caucano, en un asalto guerrillero al paraje en el que
se encontraban acantonados, bajo el comando de un sargento, porque no había un
oficial cuando se produjo dicha acción.
Las condiciones en que
ocurrió ese ataque, las Farc-ep rechazan las versiones oficiales, y pobladores
plantearon también en su momento que no era así como ellos recordaban lo
ocurrido. Más aún, que algunos habían reclamado que la cancha del
poli-deportivo, no era un sitio adecuado para que acamparan en una zona
atravesada por las coordenadas de la guerra.
Después, vino la
pérdida de las piernas de un militar profesional, un cabo, en Arauca, cuando
según se dijo que pisó una mina. Además se atribuyó que sus piernas habían sido
izadas en una cerca, y que de tal conducta era responsable el Eln. Estos han
negado cualquier acción o responsabilidad en tal episodio de la guerra hasta la
fecha.
La ruptura
“El cese unilateral de
las Farc era una caricatura que en la práctica no se estaba cumpliendo.”
Alejandro Ordóñez.
“Solo los amigos de la
guerra y del baño de sangre se regocijan con la suspensión del alto al fuego de
las Farc.” Iván Cepeda.
Con todos estos
acontecimientos luctuosos como antecedente, más las tensiones derivadas de la
solución a lo que cada antagonistas aspira a obtener en el asunto de la
justicia transicional, y cuando se despide un ministro de defensa, y es
reemplazado por un dirigente industrial, ambos con el beneplácito
estadounidense, el presidente vuelve a manera de “oráculo” a señalar que el
pueblo colombiano está fatigado con la espera por la paz.
De hecho, la expresión
pueblo es una abstracción, que tiene de ancho y de largo, como también la
opinión pública, para endilgarse cualquiera el ser el portavoz de “la voz de
dios”. Menos en este país, donde la libertad de expresión, el ejercicio de
periodista es también un oficio mortal, sobre todo en lugares distintos a la
capital.
Pero, no vamos a hacer
una reflexión sobre las porosidades de esos dos entes abstractos, sino a ir
directo al asunto, que este viernes vuelve a ponerse de presente, como si se
tuvieran dudas acerca de por qué están sentados a la mesa de negociaciones
gobierno e insurgencia subalterna.
La verdad efectiva de
la cosa, para incrédulos, y testarudos de cualquier parte, obedece a que las
Farc-ep no fueron liquidadas en las campañas militares que arrancan con el Plan
Colombia como ejercicio estratégico y que recibió diversos nombres durante los
dos gobiernos del ex Álvaro Uribe Vélez.
Otro hubiese sido el
cantar, si la seguridad democrática, en tanto liquidación de la guerrilla
hubiera triunfado, pero no fue así. Después de su repliegue, las Farc-ep
volvieron a desarrollar operaciones comando, en pequeña escala en ascenso,
hasta el punto que la fundación Valencia- Ávila registraron tales cambios en
las propias barbas del primer presidente reelecto.
Lo que quiere decir,
que al no ser liquidada militarmente, la insurgencia, el segundo de Álvaro, su
ministro de defensa, se hizo elegir con el cometido y el convencimiento, como
la autorización de su aliado principal, de hacer la paz con su contrincante, su
enemigo de clase. Y en esas estamos por algo más de dos años.
Pero, todo parece
indicar, que tal libreto ahora se borra con la aventura que hasta la paz se
puede tirar por la borda, y que la acción implacable, aérea, podrá al fin de
rodillas a su antagonista. Porque, ahora, se rehusa a convertirse ambos en
adversarios. Para lo cual, lo más sensato es hacer efecto un cese bilateral al
fuego.
No. Ahora se regresa a
la aritmética y a la geometría de la guerra fratricida. Y se pretende hablar de
héroes, cuando lo que en verdad tenemos delante son escenas tragicómicas que
consumen millonadas que debieran, urge darles otro destino.
la vuelta a la noria
Regresa Colombia a la
“triste” épica del oeste americano, a dirimir el conflicto a tiros, bombas, minas,
y demás. “Hasta que San Juan agache el dedo”. O de pronto, el “bueno” de
Francisco, quien quiere recuperar la hegemonía del catolicismo romano sobre
amplios sectores de la sociedad civil en nuestro territorio, y en el vasto
traspatio religioso que es América Latina.
Y está claro, las Farc-ep están dispuestas a
darse plomo, en condiciones de una guerra asimétrica, donde están sujetas a los
riesgos del bombardeo sistemático a costillas de los contribuyentes
colombianos, y de la inteligencia y la vigilancia estadounidense de sus
movimientos, por una parte; y el presidente Santos, su flamante mindefensa Luis
Carlos Villegas, a seguir poniendo carne de cañón joven, los soldados
profesionales para pavimentar con sus cuerpos y extremidades los intereses de
la propiedad privada capitalista.
Lo piensan, lo calculan
en razón de las elecciones regionales del mes de octubre próximo; para disputar
sin tapujos el presidente y su partido de la U, el primer lugar en
“popularidad” enfrentando a los señores de la guerra, con el Centro Democrático
como su eje.
Pero, tanto unos como
otros hacen la guerra desde las
oficinas, el congreso, o sus casas de habitación, sin arriesgar su pellejo,
porque mantienen una vigilancia pagada por los contribuyentes, por si algún loco,
o enemigo se dispone a atentar contra sus vidas.
Colofón Vital
“Todos somos
responsables de alguna manera.” Antanas Mockus
Podemos anticipar qué resultará de la terminación del cese al fuego: más
muertos, más tragedias familiares, más daños irreparables para los colombianos
más humildes y necesitados. Entonces, es tiempo de adelantar acciones
multitudinarias que fuercen a que se haga efectivo un cese bilateral al fuego.
Urgew que haya una representación estable y permanente de la sociedad civil en la
mesa de negociaciones hasta la implementación de los acuerdos a que se llegue.
Y que se proceda a escuchar por parte de todo el país las narrativas de los
doce estudiosos del conflicto colombiano, para que todos sopesemos su retórica,
sus argumentos y los hechos que la sustentan.
Para que nos
preparemos, una vez se decrete y pacte el cese bilateral al fuego con la
veeduría de la propia ciudadanía nos dispongamos a que se termine la agenda, y
a que se prepare su refrendo por vía del constituyente, sin atenuantes ni
talanqueras ni sofismas de ninguna especie. Estamos en vigilia combativa por la
vida y, a contramano, de la muerte. Provenga de donde proviniese. Ya hemos
tenido demasiada estupidez e incapacidad juntas a lo largo de este cruento e
inútil medio siglo en materia de convivencia y madurez social, política y
económica.
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