MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB
Director Grupo Presidencialismo y participación. Universidad Nacional de Colombia
Hace unos dos años tuvimos la visita de Gianni Vattimo (V), el filósofo italiano del llamado pensamiento débil, que pocas veces se precisa en qué radica tal afirmación. Pero esta vez la ocasión la ofrece el libro que escribió con el español Santiago Zabala (Z), su aventajado discípulo e interlocutor. El título es precisamente "Comunismo hermenéutico de Heidegger a Marx", publicado por Herder, Barcelona, 2012.
En España, la lidia más cercana con la hermenéutica en el tiempo tiene que ver con los estudios y el magisterio de Andrés Ortiz-Osés, quien se ha desempeñado por una buena cantidad de años en la Universidad de Navarra. Los tres coincidieron de hecho en la escritura de un libro "El sentido de la existencia", y en su interés manifiesto por las religiones y las prácticas religiosas con sostén en la valoración cristiana.
En lo particular, esta reflexión introductoria no va a dar cuenta de todo el libro, sino con aspectos que tocan con el asunto del comunismo y la filosofía, en particular, el debate con la metafísica, en que los dos autores siguen los pasos caminados por Martin Heidegger, como se sabe también un pensador de raigambre católica. Y luego de Heidegger, crítico de la metafísica occidental, de Platón para adelante, V y Z se centran en su trato con el pensamiento deconstruccionista de Jacques Derrida, para deslindar campos con el realismo sostenido y practicado por la corriente de la que es vocero y paladín, el estadounidense John Searle.
Diálogos y Ciencia
Esto dice nuestros convidados a propósito de los diálogos platónicos:
Los diálogos, al igual que la ciencia, constituyen el preludio de la sumisión a la verdad...lo que es lo mismo, a la violencia, ya que Platón...sigue sirviendo a la existencia de una sociedad de dominación preservada por esos mismos diálogos... (39)
Aquí, por supuesto, ellos confrontan lo escrito por Platón sobre el esclavo y la caverna. Vattimo y Zabala contextualizan la condición de la esclavitud en la que se accede a la verdad, sin que la sumisión se rompa en la realidad material de la Grecia real y la recreada en el diálogo.
En adición, V y Z señalan que el esclavo "ilustrado" experimenta "las peligrosas consecuencias...porque ya no puede ver en la oscuridad, sino que, además, quieren matarlo al pedirles que le sigan. Temen el viaje, es decir, la verdad porque implica cierta violencia que podría no merecer la pena." (39,40)
Más adelante, ello citan a la República, así:
Y, tras ver (los filósofos) el bien en sí, sirviéndose de este como paradigma, organizar (kosmein) durante el resto de sus vidas el Estado...gobernando por el bien del Estado, considerado esto no como algo elegante sino necesario. (Rep. 540 a-b)
Al respecto, no sobra indicar, con respecto a la última de todas las citas, que conviene primero revisar la traducción de la República (en verdad "Politeia"), y la mención que se hace al "estado", porque no hubo ni el vocablo, ni tampoco tal realidad en Grecia antigua. Es posible, para ser más exactos, que se esté mencionando, en cambio, la expresión polis, o politeia. Ninguna de las cuales es equiparable al término estado.
De otra parte, yendo al contenido, en la argumentación se combinan dos asuntos, de una parte, la verdad, el problema de la verdad y los riesgos que conlleva; y de otra, por supuesto, al uso de la verdad, y cómo opera en favor de, o en contra de los poderes establecidos.
El preludio de algo, no es lo mismo, que en efecto, por naturaleza lo sea. Dicho de otro modo, la verdad situada, no tiene por qué ser preludio de sumisión, o no. No estamos aquí, forzosamente, derivando que la verdad nos hará libres.
Lo que entre otros, Gramsci, plantea, es la siguiente aseveración:
"La verdad siempre es revolucionaria". Sentencia que en la modernidad/posmodernidad presente no parecen compartir V y Z. En esa medida, su pensamiento débil se hace conservador más de lo que quisieran de entrada admitir.
Para el caso colombiano, Estanislao Zuleta se enfrentaba con la afirmación opuesta, "la libertad nos hará verdaderos". Dicho de otra forma, es a partir de la condición humana de libre se abre el acceso a la verdad. En este caso, por supuesto, añadiría, libres de la alienación, y más puntual, en ruptura con la alienación propia, histórica, de la relación capitalista.
(Continua)
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