INTERLOCUCIÓN CON ANTONIO MADARIAGA, CAJA DE HERRAMIENTAS.

¿EL QUE ESCRUTA, ELIGE?

MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB

Antonio Madariaga escribe sobre "APERTURA DEMOCRÁTICA Y PAZ", y, en efecto, al cerrar su reflexión establece cómo en el proyecto de Acto legislativo 012 de 2017, que corresponde al trámite de la reforma política, cuyo compromiso se pactó en el punto 2, del Acuerdo Final para la terminación del conflicto y la construcción de una paz sostenible y duradera, sin decirlo, que no se rompe con la lapidaria sentencia de Camilo Torres Restrepo.

Camilo, en su última gira política, antes que decidiera irse con la guerrilla del Eln, denunciaba en los mítines llamando a la abstención. ante las multitudes que concurrían a las plazas a escucharlo, y eran golpeadas y heridas por las fuerzas armadas y de policía, que "el que escruta, elige".

Pues, bien, Antonio Madariaga registra las dos versiones que definen quiénes constituirá el Consejo Electoral que en Colombia reemplazará al Consejo Nacional Electoral actual, en el cual, al menos había una representación, un magistrado disidente del binomio bipartidista, Armando Novoa, bloqueadas sus iniciativas las más de las veces.

Ahora, los nueves consejeros tiene un origen partidista excluyente de prosperar el trámite de la reforma en curso. Así será: 3 serán escogidos por los presidentes de las altas cortes, ni siquiera sus salas plenas; 3 por el presidente de la república, y 3 por el congreso. En la primera versión, que fue modificada por la ya citada, 6 consejeros eran escogidos por los presidentes de las cortes, y 3 por el presidente.

Antonio concluye con toda razón, "así se borra lo bueno de la ponencia." De otra parte, la injerencia del presidente Santos en la crisis venezolana, reclamando respeto a la democracia (liberal), tiene los visos de una tragicomedia, porque aquí, en su propia casa, cohonesta esta maroma de preservar el bipartidismo, cuando dizque se quiere construir una paz sostenible y duradera, ayuna de democracia.

De ahí que la insurgencia subalterna de las Farc-ep, como el Eln y la disidencia del Epl, junto con los subalternos sociales les corresponda exigir, reclamar desde ya el establecimiento de una paz democrática, en lugar de expedirle carta de ciudadanía ficticia a este remedo de democracia electoral, según los "dictados" de la paz neoliberal, propuesta por el binomio Santos/Jaramillo.

Las elecciones de 2018 serán el banco de pruebas, de cuál de las paces prospera: la neoliberal, la reaccionaria, o la democrática, en la que solo tienen el interés las inmensas mayorías del país, que animan las reivindicaciones de los grupos y clases subalternas de Colombia.

A lo largo de más de medio siglo de resistencias en todo tipo de formas, éstas siguen, con los medios a su alcance, insistiendo en darle contenido concreto al art 13 de la Constitución de 1991, "que la igualdad sea real y efectiva".

Para llenar de contenido, después de 27 años, al Estado social de derecho. Tarea fundamental que se le olvidó a los políticos y tratadistas, a la inmensa mayoría de los juristas que operan el aparato judicial a todos los niveles, de igual modo que lo hicieron con el estatuto de la oposición, art. 112, y con la reglamentación de la participación.

En particular, conviene recordar la contemplada en el art 111, "el derecho a utilizar los medios de comunicación social del estado en todo tiempo, conforme a la ley, así como lo correspondiente al segundo parágrafo del art. 103, que se refiere a la participación de las asociaciones profesionales , cívicas, benéficas o de utilidad común no gubernamentales.

Tales son los baldones más protuberantes de la reforma política bipartidista que se tramita en el Congreso, a espaldas de las necesidades y luchas de la multitud ciudadana. En resumen, a Antonio y a Caja de Herramientas no le falta la razón. En el proyecto de acto legislativo en curso, lo que se escribe con la mano se borra cínicamente con el codo. Mientras se habla de lo que pasa en el vecindario.