PROYECTO FÚTBOL, POLÍTICA E IDEOLOGÍA

UNA FINAL Y UN TORNEO MEDIOCRES

                                           Ya estamos a minutos, y parece que a penales, del final de un suramericano más. Jugado en un estadio que es lugar de recuerdos de una dictadura, cuyas huellas institucionales se mantienen hasta estos días.

Los rivales de esta final pertenecen a dos países que fueron objeto de las crueldades, desapariciones y asesinatos de la operación Cóndor, que juntó a cuerpos secretos de los regímenes de facto, para perseguir de frontera a frontera a la izquierda radical, armada o no, y a las fuerzas democráticas que quisieron reinventar el mundo.

Fútbol, terror y privilegios

Chilenos y argentinos, los jóvenes del 2015, quizás no sepan o no quieran saber lo que fueron aquellos largos años de persecución a cualquier luchador social. 

En las tribunas del Estado nacional, en la Santiago pujante de estos días hay un rojo subido, la fanaticada de la selección de Chile que viene a presionar porque su equipo consiga en la cancha una satisfacción, que cada vez se le niega a las mayorías de una educación pública a todos los niveles. 

Buena parte de los que allí están sentados se encuentran también endeudados pagando, o aspirando a pagar los créditos suscritos por ellos mismos o sus hijos. Esa conjugación de adrenalina y aguante está a punto de estallar en júbilo, o en tristeza, cuando el ganador sea el rival. Después saldrán a la calle, cabizbajos, alebrestados, o cazando "broncas" para desahogar el mal resultado.

Estrellas opacas y la lógica del penalti

                                                             Hoy, Lio Messi, el brillante armador que fue ante Paraguay no funcionó más. Lo cuidan los chilenos, y Argentina volvió a ser una inútil colección de estrellas cansadas, por los partidos y kilómetros recorridos. En Europa quedó lo mejor, para divertir a burgueses y proletarios dispuestos a consumir fútbol en lugar de drogas, para equilibrar el aburrimiento, y la recesión que se mantiene, en unos países más que en otros.

En unos minutos, después del suplemento que enseguida se juega, la mediocridad se zanjará desde los 12 pasos. Puede ganar cualquiera de los dos. Ambos equipos propinaron una goleada a otro contrincante. Quiero que gane Argentina; y podría serlo si mejoraron la puntería los que frente a Colombia fallaron del cuarto en adelante.

Chile no resolvió sus partidos por penalties. Pero esta vez tendrá que probarse, con frialdad y precisión. Hace más de 10 años que una final de Suramericano no cerraba con empate. Aquella vez Argentina perdió con Brasil, cuando botó un penalti.  ¿Repetirá su mala suerte?

Un suplemento de infarto

                                                     Pero, enseguida a ver las incidencias del suplemento. Excusan mi anticipo. No parece que haya ningún cambio táctico, por lo que es difícil que la mediocridad ambiente se supere. Entonces los cerrojos definen la suerte de Alexis Sánchez, y de Lio Messi, dejándolos en imposibilidad de anotar.

Argentina acudirá a Higuaín e insistirá en el "torito" Tévez. Pueda que le suene la flauta. Como en Grecia esperamos que el domingo, el otro toro, sea amarrado por el referendo.  Y los griegos ganen su partido frente al dominio desalmado del lucro capitalista.

Pero, en las calles de Chile siguen también pendientes las causas de la educación y la salud. Estas urgencias no se pueden resolver con fútbol como receta momentánea. Tienen otro cauce y otros protagonistas. La igualdad social no resiste la estratificación de las tribunas, y la jerarquización de las emociones y los gestos.