Perspectiva Subalterna
HOY, PARADA DE PAÍS EN CATALUÑA.
¿MAÑANA, QUÉ?
miguel angel herrera zgaib
profesor asociado, c.política, unal.
Ex rector Universidad Libre de Colombia
Ex rector Universidad Libre de Colombia
Después de lo que pasó ayer, con ocasión del ejercicio constituyente desarrollado por el gobierno de Cataluña, en contra de lo dispuesto por el Tribunal Constitucional y el ejecutivo español, de una monarquía supérstite, que no rima bien con la conjugación que sea una república, hoy, Carles Puigdemont ha llamado a una parada general y Barcelona ha respondido. También pidió la mediación de la UE, que se ha mantenido al margen.
Algunos intentan llamar a la parada una huelga general, mientras el jefe de gobierno español, Mariano Rajoy a su vez, niega que haya habido un referendum, o cosa parecida; obtiene el apoyo del Consejo Europeo de Juncker, al tiempo que llama a una mediación nacional de sus aliados, Ciudadanos, que pide la aplicación del art. 155, y el PSOE de Pedro Sánchez, quien a su turno rechazó la violencia del domingo, para responder a la nueva situación.
Junto con lo anterior está el llamado de atención perentorio del organismo competente de la ONU, reclamando explicaciones por la violencia ejercida por la policía y la guardia nacional contra la población que salió a votar pacíficamente.
Los resultados de un referendo "ilegal"
Los resultados electorales presentados por las autoridades catalanas contabilizan 2.262.424, y señalan que el 90,09 por ciento fue por el sí, esto es, 2.020.144, y hubo también un 7,87 por ciento por el no, esto es, 176.565.
Por supuesto que la autoridad electoral nacional le quita toda validez a los resultados, pero, sin duda, la gente en la calle, y votando, como lo hizo en la gran mayoría de los puestos dispuestos, es más elocuente que cualquier alegato legal o constitucional.
Podemos y su secretario, Pablo Iglesias reclaman la renuncia de Rajoy, como responsable de la violencia ejercida sobre más 900 lesionados, de todas las edades, quienes no estaban preparados para resistir o imaginar tal agresión como posible.
Tampoco estaban los catalanes preparados para evitar la destrucción varias construcciones, donde la policía nacional entró a la fuerza para retirar urnas, e impedir el acceso de votantes, arrebatándoles las papeletas.
Es un trágico síntoma
Que la democracia española es, en verdad, un frágil gobierno, ilegítimo para miles de catalanes; eso sí, con recursos represivos a la mano, en una sociedad donde hay una separación entre los cultores del antiguo régimen franquista, y quienes reclaman una verdadera democracia, después de la pactada "a trochas y mochas" en 1978, bajo la doble batuta de Suárez y el rey Juan Carlos.
Es fundamental lo que decida el PSOE, porque está claro que el PP y Ciudadanos son la reacción, y aliados desde el comienzo. Albert Rivera ofreció una declaración que lo corrobora, " lo de ayer no era más que una coartada, una escenografía perfecta para poder declarar esta semana que viene la independencia unilateral..."
Rajoy antes había dicho, fijando la línea, que el referendo es "una escenificación ...un ataque premeditado y consciente, al que el Estado ha reaccionado con firmeza y serenidad."
En contrapunto con lo hecho en Cataluña, la agrupación de izquierdas Unidos-Podemos ha propuesto un Referendo Pactado, a partir de una confluencia producida en las deliberaciones de Zaragoza.
Dejando claro que estas agrupaciones, que exceptuan al PP y a Ciudadanos, no quieren la partida de Cataluña, sino un ejercicio pleno de democracia representativa, similar a lo que se hizo tanto en Escocia como en Quebec.
La verdad, y, ¿qué nos indica?
Rajoy y el PP se equivocaron de cabo a rabo, al emplear la violencia contra la población civil. No tenía por qué emplear la fuerza brutal del Estado, y anticiparse a los resultados de las votaciones. Incluso pudieron haber sancionado a "los rebeldes e insurrectos", sin tener que acudir a las balas de goma y al garrote físico.
La tentación de Rajoy y sus aliados de insistir en la validez del paradigma de la dominación legítima de Max Weber, para pretender que la dominación contra los gobernados se puede emplear impunemente, partiendo del presupuesto contrafáctico que estos creen en la legitimidad legal racional, ha quedado desvirtuado en la calle.
Hasta dónde llegue esta "insurrección", este ejercicio constituyente en la legendaria Cataluña, rebelde antes de la construcción de la España de la reconquista, es la prueba de que Europa y sus estados nación, que empezaron a nacer en 1648 ha empezado a cambiar.
Ya no hay remedios violentos para impedirlo. Hay, por lo pronto, a ojos vista, un tránsito de la democracia representativa a la decisión colectiva de los asuntos comunes, donde el 43 por ciento de quienes votaron no es suficiente, pero sí sintomático, de que las cosas están cambiando en España para bien; y es necesario saber qué piensa el 57 por ciento de los catalanes que se abstuvieron de concurrir a las urnas.
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