FRANCIA VUELVE Y JUEGA, DESPUÉS DEL GUAYABO.

Miguel Angel Herrera Zgaib

Profesor asociado, C. Política, Unal.

Director del XII Seminario Internacional A. Gramsci.

Un nuevo rumbo subalterno

Una izquierda desteñida hasta la exageración por la contemporización con el "evangelio neoliberal" resulta coloca da en la cola de los partidos más opcionados.

Mucho menos entendió la importancia de hacer un giro oportuno, y unirse a Jean Luc Mélenchon, de 63 años, para salvar el pellejo, y sobre todo al electorado que le queda. El admirador de Fidel y Chávez no iba a pasar de la segunda vuelta, pero sí obtuvo un 19,2 %, parece de la votación, que por lo demás tuvo bastante abstención e indecisos hasta el último momento.

Ahora, el resultado es que quienes disputan la segunda vuelta son la derecha y la reacción, y esos socialistas a la "Hollande" tienen que pactar con la derecha neoliberal, porque de lo contrario gana Marie Le Pen, disfrazada de nacionalismo antieuropeo, al estilo del populista reaccionario que preside los Estados Unidos.

De España a Francia

En España, Podemos y la Izquierda Unidad jugaron primero por separado, hicieron cálculos equivocados frente al Partido Popular, y menospreciaron la defección del PSOE, que terminó sacando a su secretario, quien ahora está errante buscando el eslabón perdido de su política de centro.

Luego se unieron para prácticamente no disminuir en diputados, pero, eso sí, caer, en algo más de un millón de votos, que no se recuperaron en la fórmula tardía de Unidos Podemos. Al tiempo que al interior de Podemos se producía una clara diferenciación de tendencias entre Iglesias y Errejón, más dispuesto a ejercicios abiertos de centro izquierda.

El resultado fue la prolongación del PP, y la derechización abierta del PSOE, que ahora quiere consolidar la salida de Pedro Sánchez, para volver a los acuerdos de cogobierno con sus socios desde la transición inaugurada con la publicitada constitución de 1978, que se resiste a morir,a pesar que Podemos se proclame su sepulturero de primera línea.

La historia se repite como Farsa.

"Francia está en plena fermentación..." LIchtenberg.

En Francia, a la fecha, todo parece indicar que Emmanuel Macron, un joven de 39, ganará a la reacción antieuropea de Le Pen, Incluso ya hacen cuentas prematuras de un 62 % para el ganador, suponiendo que todos los demás se inclinarán por él, desde Francois Fillon, el derechista derrotado, quien anunció hoy mismo su apoyo.

La ciudadanía francesa, afectada por el estado de excepción que Hollande prolongó hasta el absurdo, sin ninguna eficacia, porque ad portas de la elección hubo tiroteo y un muerto en la ciudad luz, ahora da tumbos entre la derecha y la reacción.

La izquierda que vota podrá, eventualmente, conseguir arreglos con Macron, quien no puede darse por vencedor, pensando en los votos que le pueda arrastrar la derecha de Fillon, que es posible que tuerza el ala y caiga en las garras del águila reaccionaria, después de haber evitado que la izquierda fuera quien disputara esta elección en el ballotage.

Los socialistas que no alcanzarán al 8 porciento de la votación, prefirieron ponerle tranca a la aspiración de la izquierda y hacer, a la chita callando, la labor de hacer ganar a la derecha, o en el peor de los caos a la reacción.

En la semana comienza veremos con más claridad cómo se destapan las cargas. Y en qué medida los choques entre apoyos de los dos finalistas, le dan paso a los contendores definitivos con sus alianzas fundamentales.

En las cavas no habrá vino, a lo sumo vinagre, o algo peor, así como aparecen las cosas a la vista. Apenas empieza a recuperarse del guayabo antidemocrático.