20 de diciembre de 2014

MIRADOR DE LA JUSTICIA Y EL DERECHO

EN DEFENSA DE LA LIBERTAD
APOYO A LA DISIDENCIA ACTIVA DE MIGUEL ANGEL BELTRÁN.

Miguel Angel Herrera Zgaib


Solidaridad con la disidencia

                                                              Las guerras y paces de Colombia dan motivo para escribir más páginas que las que magistralmente garrapateó León Tolstoi en la inmortal "La guerra y la paz". Pero esta vez, próximos a otra navidad oscura, nos llega la noticia judicial del Tribunal Superior de Bogotá, que lo decidido en primera instancia en favor del profesor Beltrán cambió en la segunda, pues ha sido condenado por rebelión a 8 años de cárcel.

Esta vez, en El Tiempo, la noticia apenas ocupó una ínfima parte de una columna lateral, interior. Beltrán, si está en Colombia, o se encuentra fuera tomó partido por la paz, y en apoyo al antagonista subversivo mayor, y más antiguo, las Farc-ep. Defendió esa causa, con sus luces intelectuales en su patria, y también en el exterior.

Estaba en esa arriesgada, desafiante tarea en Ciudad de México, mientras cursaba estudios de posgrado y doctorales, según dicen los medios de inteligencia de los dos países. Uno de sus compañeros de estudio en Flacso, acredita la combinación de Beltrán en materia de estudio y de militancia con la causa de la paz, que en las condiciones de nuestro país significa tomar posición frente a la bestialidad de la guerra.

Miguel Angel Beltrán muestra una de las caras que definen a la Ciudad Blanca como lugar esencial para la libertad de pensamiento, como lugar emblemático para la verdadera autonomía, que no se ahorra esfuerzos para debatir, para la disidencia, para el desacuerdo, y la escucha atenta, radical de todos los puntos de vista, los de los guerreristas, como el senador y expresidente Álvaro Uribe, los de sus antagonistas, y quienes no coinciden con unos y otros.

Rebelión  y autonomía

                                                            Está el partido, por supuesto, cómo no, la voz de los que aun acudiendo al expediente de las armas, reclaman igualdad social y democracia para los de abajo, para los oprimidos, los excluidos de la tierra; quienes  despiertan simpatía intelectual y moral en el pensamiento crítico, como lo representa el caso de Miguel quien, sin embargo, ahora tendrá que ir a la cárcel. Una vez más después de su secuestro en Ciudad de México por las fuerzas del orden.

Estamos también los que pensamos que el derecho a la rebelión, que está consagrado en la Carta de la ONU no es letra muerta; y que la guerra, en Colombia, es reconocida por el gobierno y el establecimiento. Igualmente cierto es que la insurgencia subalterna no está derrotada, por lo que la legitimidad de la guerra no es un atributo de cualquiera de las partes que la hacen.

Pasión por la verdad situada

                                                                       Tenemos pasión por la verdad situada, por el pensamiento de ruptura, por los riesgos que implica poner en entredicho "verdades de sacristía y conveniencia". Y, sobre todo, por la autonomía universitaria, la que animó las gargantas de los rebeldes intelectuales que se levantaron en Córdoba, en 1918 e hicieron oir sus demandas en América Latina, y luego en el resto del mundo.

Así las cosas, colega Miguel Ángel Beltrán, en la república de la libertad de pensamiento, de la coherencia de principios, de respeto a la vida y el pensamiento del otro tiene usted un saludo solidario, y compañía en la causa de la inteligencia, aunque tengamos diferencias en los discursos y las ideas, que prueban la inteligencia del género humano en su infinita diversidad, pasión y ardentía.

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VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera