24 de diciembre de 2014

PRAXIS POLÍTICA

MANUEL SACRISTÁN A PROPÓSITO DE ANTONIO GRAMSCI


MIGUEL ANGEL HERRERA ZGAIB

"No quiero hacer ni de mártir ni de héroe. Creo que soy sencillamente un hombre medio, que tiene sus convicciones propias y no las vende por nada del mundo." Antonio Gramsci.

Breve  sinopsis

                                                       Manuel, nacido en 1925  y fallecido en 1985, es una figura controversial, singular en el panorama de la izquierda española. Ahora, en los tiempos de "Podemos", puede ser punto de inspiración y referencia para el profe Pablo Iglesias y los indignados que ahora, habiendo ganado sillas en el parlamento europeo, aspiran a ocupar la presidencia de una monarquía más venida a menos, donde la simpatía del nuevo rey  y Letizia, la plebeya periodista no parecen darle nuevos respiros vitales.

Manuel Sacristán hizo carrera como profesor de metodología de las ciencias sociales en la Universidad de Barcelona, la institución con más prestigio en la educación superior española de la posguerra civil. En ella fue también un militante comunista en el PSUC. Era aquel un espacio marcado por la fuerza de la militancia anarquista que se hundió con los comunistas en la hoguera de la guerra. Así que buena parte de la vida de Manuel sobrevivió en la clandestinidad. 

Luego al restablecerse la monarquía democrático constitucional, Sacristán Luzón dejó el partido comunista, a finales de los años 70, y empezó a buscar alternativas políticas en el pacifismo y la causa de la ecología, principalmente.

El Cuaderno  XI  en la Cárcel

"Hemos de impedir funcionar a este cerebro durante veinte años". Comentario del fiscal Michele Isgró.

                                         Uno de los últimos escritos de Sacristán fue publicado como parte del libro "Introducción al estudio de la filosofía"  de Antonio Gramsci, tarea que realizó editorial Crítica en 1985. Está consagrado al cuaderno XI, que la cuñada de Gramsci, Tatiana Schucht le puso el número XVIII, cuando los sacó de la cárcel hasta conseguir que todo el material fuera enviado a Moscú a través de la embajada rusa en Roma.

Él empieza por recordar detalles de la publicación de los Cuadernos, recordando que fueron escritos por Gramsci estando en la cárcel de Turi (cerca de Bari), cumpliendo una condena de 20 años, 4 meses  y 5 días de presidio, entre los años 1929 y 1933, y luego la parte final de sus notas cuando se encontraba en las clínicas de Formia y Roma, de los años 1933 a 1935, a dos de su muerte aquejado de múltiples dolencias.

Hubo al menos dos ediciones de los Cuadernos para el tiempo en que Sacristán escribe. La que estuvo a cargo de Felice Platone, que comenzó a aparecer en 1948, a cura última de Palmiro Togliatti.  Y la de 1975, la edición crítica a cargo de Valentino Gerratana, donde los cuadernos son presentados tal y como fueron garrapateados por Gramsci en el presidio fascista.

Dice Sacristán del Cuaderno undécimo, "este volumen va a ofrecer la gran ventaja de permitir la lectura seguida de un texto coordinado de Gramsci con la continuidad y la unidad con las que él lo concibió...es uno de los cuadernos menos retocados y corregidos por Gramsci." (Sacristán, 239).
(continuará)

20 de diciembre de 2014

MIRADOR DE LA JUSTICIA Y EL DERECHO

EN DEFENSA DE LA LIBERTAD
APOYO A LA DISIDENCIA ACTIVA DE MIGUEL ANGEL BELTRÁN.

Miguel Angel Herrera Zgaib


Solidaridad con la disidencia

                                                              Las guerras y paces de Colombia dan motivo para escribir más páginas que las que magistralmente garrapateó León Tolstoi en la inmortal "La guerra y la paz". Pero esta vez, próximos a otra navidad oscura, nos llega la noticia judicial del Tribunal Superior de Bogotá, que lo decidido en primera instancia en favor del profesor Beltrán cambió en la segunda, pues ha sido condenado por rebelión a 8 años de cárcel.

Esta vez, en El Tiempo, la noticia apenas ocupó una ínfima parte de una columna lateral, interior. Beltrán, si está en Colombia, o se encuentra fuera tomó partido por la paz, y en apoyo al antagonista subversivo mayor, y más antiguo, las Farc-ep. Defendió esa causa, con sus luces intelectuales en su patria, y también en el exterior.

Estaba en esa arriesgada, desafiante tarea en Ciudad de México, mientras cursaba estudios de posgrado y doctorales, según dicen los medios de inteligencia de los dos países. Uno de sus compañeros de estudio en Flacso, acredita la combinación de Beltrán en materia de estudio y de militancia con la causa de la paz, que en las condiciones de nuestro país significa tomar posición frente a la bestialidad de la guerra.

Miguel Angel Beltrán muestra una de las caras que definen a la Ciudad Blanca como lugar esencial para la libertad de pensamiento, como lugar emblemático para la verdadera autonomía, que no se ahorra esfuerzos para debatir, para la disidencia, para el desacuerdo, y la escucha atenta, radical de todos los puntos de vista, los de los guerreristas, como el senador y expresidente Álvaro Uribe, los de sus antagonistas, y quienes no coinciden con unos y otros.

Rebelión  y autonomía

                                                            Está el partido, por supuesto, cómo no, la voz de los que aun acudiendo al expediente de las armas, reclaman igualdad social y democracia para los de abajo, para los oprimidos, los excluidos de la tierra; quienes  despiertan simpatía intelectual y moral en el pensamiento crítico, como lo representa el caso de Miguel quien, sin embargo, ahora tendrá que ir a la cárcel. Una vez más después de su secuestro en Ciudad de México por las fuerzas del orden.

Estamos también los que pensamos que el derecho a la rebelión, que está consagrado en la Carta de la ONU no es letra muerta; y que la guerra, en Colombia, es reconocida por el gobierno y el establecimiento. Igualmente cierto es que la insurgencia subalterna no está derrotada, por lo que la legitimidad de la guerra no es un atributo de cualquiera de las partes que la hacen.

Pasión por la verdad situada

                                                                       Tenemos pasión por la verdad situada, por el pensamiento de ruptura, por los riesgos que implica poner en entredicho "verdades de sacristía y conveniencia". Y, sobre todo, por la autonomía universitaria, la que animó las gargantas de los rebeldes intelectuales que se levantaron en Córdoba, en 1918 e hicieron oir sus demandas en América Latina, y luego en el resto del mundo.

Así las cosas, colega Miguel Ángel Beltrán, en la república de la libertad de pensamiento, de la coherencia de principios, de respeto a la vida y el pensamiento del otro tiene usted un saludo solidario, y compañía en la causa de la inteligencia, aunque tengamos diferencias en los discursos y las ideas, que prueban la inteligencia del género humano en su infinita diversidad, pasión y ardentía.

19 de diciembre de 2014

A Contraluz: letras y política

LA MUERTE  Y LA OBRA DE VICENTE LEÑERO

Miguel Ángel Herrera Zgaib

                                                                    Cuando estaba en Ciudad de México, listo para asistir a la primera de las sesiones de la VI Cumbre de Comunicación Política supe que el día anterior, miércoles 3 de diciembre para más señas, ocurrió el fallecimiento del escritor, libretista de cine, periodista Vicente Leñero, quien venía luchando de manera desigual con la muerte, que en la civilización mesoamericana tiene un ritual diferente.

Leñero llevaba en su haber más de 80 años, en los cuales había forjado su vena de escritor y su temple moral, en una relación uno a uno. El periódico del cual saliera en la crisis de julio de 1976, Excelsior, le consagró varias páginas a su memoria, el suplemento "La vida que se queda." Allí había forjado una reputación a toda prueba, trabajando con Julio Scherer, el director a la sazón.

Los dos fueron a parar a una nueva y renovada empresa editorial que crea la revista Proceso, la que hasta hoy es casa de buen periodismo, crítica fundada, y talanquera moral a los desmanes de una revolución descolorida por los avatares de sus dirigentes burgueses, quienes prueban, a la postre, que la mexicana terminó por ser una revolución pasiva, para recordar a Gramsci, estudioso del fracaso de las revoluciones proletarias en Occidente. O una revolución interrumpida, como la llamó Adolfo Gilly, el ensayista y profesor mexicano-argentino, en su célebre libro escrito cuando estuvo preso en la cárcel de Lecumberri.

Vicente empezó su recorrido literario como cuentista, y fue ganando nombradía en el oficio. Observador agudo, en el horizonte cultivado por Mariano Azuela, Rodolfo Usigli, y Juan Rulfo, construyó su casa de habitación repleta de monstruos tiernos y despiadados, junto con el destino tragicómico de los subalternos de las barriadas mexicanas de la segunda posguerra. Pero, su gran laboratorio fueron las radionovelas que escribía para los espacios patrocinados por Palmolive, con notable éxito de audiencia.

A lo largo de su rica vida, intensa en bohemia y audacia letrada, estuvo acompañado por sus cuatro hijas. En particular, Mariana, que al final de las horas sentenció: "Ya había escrito lo que tenía que escribir, ya había dicho lo que tenía que decir. No quería ya hacer nada..." De las mujeres aprendió mucho, entrevistándolas, y quedaron notas que lo recuerdan, en sus reportajes a María Félix, y Dolores del Río, divas de la edad de oro del cine mexicano. Luego de la farándula pasó a dirigir la Revista de revistas en Excelsior, una publicación semanal que se convirtió en tribuna de grandes escritores, a lo largo de cuatro intensos años acompañado de Solares, Ibargüengoitía, Jose de la Colina, Eduardo Elizalde, entre otros.

Leñero nació en Guadalajara, tierra de promisión para la escritura y la literatura oral, el 9 de junio de 1933. Empezó su comercio fecundo con las letras escribiendo en la revista Claudia, junto a Gustavo Sainz y José Agustín, retratista implacable e impecable de la generación del 68, autor de Ciudades Desiertas.

El antecedente que puso a Vicente en contacto con estos narradores fue el premio recibido por el cuento La polvareda, premiado por Arreola  y Rulfo en 1958. El año, precisamente, de la gran huelga ferroviaria nacional, que mostró a las claras que la revolución mexicana se había atascado definitivamente.

(Continuará)

18 de diciembre de 2014

ATISBOS GLOCALES

CUBA, 54 AÑOS DESPUÉS.
LA TIERRA SE MUEVE

Miguel Angel Herrera  Zgaib


La historia de dos hermanos

"El aislamiento no ha funcionado. Es momento de un nuevo enfoque hacia Cuba. Todos somos americanos." Barack Obama.

"Hemos acordado el restablecimiento de las relaciones diplomáticas. Esto no quiere decir que lo principal se haya resuelto..." Raúl Castro

                                                                            Dos hermanos, Fidel y Raúl, cambian la ruta de otras historias legendarias pero trágicas de hermanos célebres. Bástenos recordar a Caín y Abel, antes Rómulo y Remo, y después José y sus hermanos, inmortalizada en la saga escrita por Thomas Mann.

La isla de Cuba, su revolución luchada y conquistada en 1959, la hizo la "oveja negra" en todo un continente dependiente de la voluntad extranjera. Pero, al mismo tiempo, le dio razón de ser a su enseña: Cuba, territorio libre en América, aunque su independencia hubiese sido puesta en entredicho con el crucial episodio de la crisis de los misiles, en tiempos de Kennedy, Kruschev, Castro y el Ché.

Con mediación vaticana

"(Francisco) se complace vivamente por la histórica decisión de los gobiernos de los Estados Unidos de América y de Cuba de establecer relaciones diplomáticas, con el fin de superar, por el interés de los respectivos ciudadanos, las dificultades que han marcado su historia reciente." Comunicado de la Secretaría de Estado del Vaticano. 

                                              Ayer, después de un año de incubación, en los salones de un estado milenario, El Vaticano, bajo el cobijo del primer papa latinoamericano, el jesuita Francisco, y con el auxilio del gobierno canadiense que no caminó la misma ruta de los Estados Unidos a lo largo de este medio siglo con el Estado cubano, hubo el desenlace querido por millones de seres.

Ocurrió a través de la llamada telefónica que unió a dos presidentes, Barack y Raúl, para anunciar a todos los rincones de la tierra que se reanudarán las relaciones diplomáticas entre los dos países, poniéndole término a una estupidez consentida, a través de un sinnúmero de excusas.

Este 17 de diciembre vino saludado por la liberación de espías de lado y lado. Uno, el estadounidense Alan Gross, "desmuelecado" y sonriente, antes condenado a 15 años de prisión, quien celebrará la navidad con su familia; y los tres cubanos de cinco, Gerardo Hernández, Ramón Labañino y Antonio Guerrero, quienes habían sido condenados por el gobierno estadounidense.

Por ellos se libró una campaña a través de todos los continentes. Dos ya estaban de regreso en la isla, por pena cumplida. Los tres fueron recibidos en La Habana como héroes, y mensajeros de una esperanza que empieza a realizarse para millones de isleños.

Un disidente en la familia

                                                         El mismo día del diálogo entre antagonistas glocales, un nieto del Ché, de vocación anarquista no reparaba razones para hacer la crítica pública al orden revolucionario, que se ha esforzado por establecer el socialismo a 90 millas de la Florida. Allí, buena parte de los cubanos del éxodo del Mariel, y de los que salieron cuando huyó Batista, y cuando se instauró una Cuba socialista, luego de la invasión de Bahía Cochinos, han deseado la caída del régimen.

Desde ayer, el mundo que conocimos, dejó de ser el mismo. Si lo anunciado se concreta, y el embargo deja de existir, son asuntos que a partir del año 2015, enfrentará a la mayoría del congreso estadounidense, en manos republicanas, con el presidente Barack Obama, quien enderezó la economía, y está dedicado a dar pasos significativos en política interna e internacional.

Otro anuncio sorprendente: tregua indefinida

"Hemos resuelto declarar un cese unilateral del fuego y de las hostilidades por tiempo indefinido, que debe transformarse en armisticio..." Comunicado de las Farc-ep, 

                                       Las reacciones no se han dejado esperar de lado y lado. La derecha y la izquierda ideológicas, porque no hubo ni habrá fin de las ideologías, como lo quería el remiso Daniel Bell, improvisan sus discursos y repiten letanías y lugares comunes. Pero, hay un cambio de rumbo.

Desde La Habana también, el mismo día, las Farc-ep han hecho un anuncio novedoso y crucial. Han dado la orden a su ejército de una tregua indefinida, a no ser que sean objeto de agresión por parte del ejército o la policía nacional. El anuncio se produce al cierre del ciclo 31 de las conversaciones.

Ya hace días que Timochenko habló de armisticio, una palabra que se corresponde con los escenarios de la guerra convencional. Antes, los partidarios de la paz, han reclamado primero, el acuerdo humanitario, y luego el cese bilateral del fuego. Ninguna de las dos fórmulas defendidas por la sociedad civil de los de abajo prosperó.

El presidente Santos y los negociadores del gobierno tienen ahora el balón en su campo. Nada dicen hasta ahora en reciprocidad inmediata. Pero si están las voces, al unísono, del procurador y el senador Uribe, quienes rechazan, "por sus pistolas", la decisión de la insurgencia subalterna. El país, las víctimas de la guerra, celebran la posibilidad que cesen los enfrentamientos letales y la cifra de inválidos en una guerra estúpida.

Los creyentes laicos y religiosos tienen nuevos temas para tratar en la novena de aguinaldos, sin tener que acudir a la pólvora, y al odio estéril. Estamos asistiendo a una inesperada natividad, sin reyes magos.

11 de diciembre de 2014


VI  CUMBRE MUNDIAL DE COMUNICACIÓN POLÍTICA
6  DE DICIEMBRE DE  2014, MEXICO DF.

PONENCIA

COMUNICACIÓN POLÍTICA SUBALTERNA Y GOBERNANZA GLOCAL
AUTOR:  MIGUEL   ÁNGEL HERRERA ZGAIB[1]

“Si se separa la teoría de la historia y de la política, la filosofía tiene que ser forzosamente metafísica, cuando la gran conquista de la historia del pensamiento moderno, representada por la filosofía de la praxis, es precisamente la historificación concreta de la filosofía y su identificación con la historia.”  Antonio Gramsci, en: La política y el estado moderno, p. 32.

 Presentación

                                                         De modo general, en esta como en las anteriores entregas de la VI Cumbre Mundial, dedicada a la comunicación política,  la inclinación principal del temario está cimentada y trazada por la práctica y los ejercicios de investigadores, consultores y asesores dedicados a las formas, instituciones y organizaciones que están determinadas por el paradigma de la representación política en el marco variopinto de las comunidades republicanas del mundo.

Estas comunidades no son ni han sido todavía democracias, a la manera como lo entendió y explicó Cornelius Castoriadis, en su ensayo ¿Qué es democracia?, que él relacionó directamente con el asunto de la autonomía de las colectividades humanas, en el acto de autogobernarse, en presente.[2]

Mientras tanto el paradigma tradicional de la democracia rebajada a los mínimos, circunscrita al gobierno de las elites está sujeto a una crisis orgánica de larga duración.

Es la democracia de los pocos, de los escogidos, de los gobernantes, tal como lo sostuvieron en momentos diferentes, Vilfredo Pareto, Gaetano Mosca, y que Robert Michels sintetizara en la “ley de hierro de la oligarquía”, colocando en el mismo saco a la social-democracia europea.

Este paradigma experimenta una larga agonía, cuyos trazos sintomáticos dibujó bien para comienzos de los años 70, la Comisión Trilateral que integraban los intelectuales del establecimiento capitalista tardío, liderados por Samuel P. Huntington, Michel Crozier y Jogi Watanuki, coautores del libro The Crisis of Democracy: Reporto n the Governability of  Democracies to the Trilateral Commission.[3] Ellos denunciaron alarmados la existencia de una crisis que caracterizaron como (in)gobernabilidad democrática, declarándole de manera abierta la guerra a la participación política, a la democracia de los de abajo.

Ellos exigían a la “democracia” representativa severas restricciones, entre otras, para precaver, argüían, el colapso fiscal del estado ampliado, cuya receta política era la que había recuperado antes al capitalismo en derrumbe del periodo entre guerras. 

El saber de la cultura política y la participación

                                                            Apenas si había pasado para entonces, cuando se diagnosticó la crisis de gobernabilidad, una década del célebre estudio The Civic Culture (1963) dirigido por dos comparatistas estadounidense, Sidney Verba y Gabriel Almond, donde se examinaba encuestado a más de 1.200 personas, el rumbo de la democracia representativa en cinco países, en el contexto en que se decantaban los resultados de la posguerra y el nuevo orden mundial bipolar.

Aquella muestra  estudió los comportamientos políticos, sus valores y procesos de socialización, de ciudadanos de Gran Bretaña, Estados Unidos, Alemania, Italia y México, medidos por el rasero de la participación de entonces, donde, por supuesto, quedaban invisibles las minorías, y sin duda las mayores de todas: las mujeres y los trabajadores de estos países.[4]

Aquí conviene recordar también la distinción que trazó bien James Madison, en  su escrito X, publicado en El Federalista, cuando él participaba de la invención colectiva de la República americana, y de la interpelación a un sujeto singular, de suyo racista, We, The People. Tal y como aparece nombrado  en la Declaración de Independencia escrita por Thomas Jefferson.

Es una declaración que es y ha sido objeto de variados estudios; en particular quiero recordar ahora apenas dos, el realizado por Bruce Ackerman, un constitucionalista liberal radical; y el escrito de Michael Hardt, un filósofo radical de la política contemporánea, que acompaña con su ensayo la edición de la Declaración hecha por la editorial Verso en fecha reciente. 

Michael Hardt alcanzó la celebridad escribiendo y publicando conjuntamente con Antonio Negri,  la trilogía Imperio, en la cual dieron cuenta de la constitución política del presente, y rastrearon la emergencia de un sujeto político potencial, democrático, la multitud, y descubrieron la importancia del rescate y reconstrucción de lo común, disolviendo en él la separación privado/público impuesta por el moderno orden estatal burgués.

Así se encarna en el recurrente acto de elegir y ser elegido la denominada  democracia representativa, para distinguirla de la democracia a secas, que es otra cosa, y cuyo antecedente último, su invención misma, se remonta a la antigüedad griega. Tal y como lo documenta, inclusive, el politólogo liberal Giovanni Sartori en su libro  Política, lógica y método de las ciencias sociales.

El  cambio de paradigma

                                                              El profesor Giovanni Sartori, galardonado con el permio príncipe de Asturias a las ciencias sociales en este milenio, es ajeno a cualquier inclinación izquierdizante. Él  traza una diferencia entre la democracia “moderna” y la antigua, pero, eso sí, hace mutis por el foro con respecto a lo que acerca de la democracia escribió Baruch Spinoza en el siglo XVII.
El filósofo holandés extendió la exclusiva democracia de los antiguos atenienses a todos los ciudadanos, individuos libres e iguales de las repúblicas holandesas, con dudas manifiestas de Spinoza acerca de la conveniencia de incluir a las mujeres en los actos de gobierno;  así quedó registrado en lo que alcanzó a escribir para su libro inconcluso El Tratado Político durante la primera mitad del siglo XVII.

Dicha diferencia, la que marca la participación colectiva con poder decisorio, es una  que permite distinguir al liberalismo de la democracia, como lo expresa  también Antonio Negri, en Spinoza Subversivo, y antes en otro magnífico libro escrito en la cárcel, Spinoza la anomalía salvaje. Ensayos sobre el poder y la potencia.

Tal diferencia  la reconoce también para el siglo XX otro prestigioso estudioso, el politólogo estadounidense Robert Dahl, autor de Who Governs? (¿Quién gobierna?), así como de la Poliarquía, y un escrito titulado La igualdad política que son apropiados para esta reflexión.

Él tampoco confunde la representación política con la democracia como lo que es: aquella práctica política que se realiza entre iguales, quienes deliberan y deciden los asuntos colectivos; siendo sus extremos fundamentales a decidir y acordar la paz y la guerra, puesto que son estas acciones políticas las mantienen o transforman sustancialmente las relaciones humanas local y globalmente.

Ahora bien, desde la perspectiva de la Filosofía de la praxis, que es el nombre que le asigna Antonio Gramsci al saber transformador, al pensamiento de ruptura inaugurado por Carlos Marx, agudo observador y analista de la democracia en el siglo XIX, queda claro que ésta exige  autonomía como punto de partida y resultado, para que el trabajo liberado aboque la producción de las propias normas, sin entregar en cabeza de otros, por brillantes y sesudos que sean, tales decisiones.

Conseguir tal cometido, según Gramsci, en las condiciones históricas de Occidente, exige valiéndose de una metáfora militar, librar de manera incansable una guerra de posiciones democrática en el seno de la sociedad civil que con la sociedad política constituyen las superestructuras complejas de una nueva forma estatal que se consolida en la posguerra europea, y a la que Antonio Gramsci denomina estado integral, o estado ampliado.

Establecido lo anterior, es necesario señalar que el nuevo paradigma democrático, explorado por Gramsci en la experiencia de los primeros pasos socialistas, conlleva la autonomía política como núcleo, y ella está unida, de modo indisoluble, al poder constituyente, la potencia que instituye que es atributo tanto del orden local y ahora, más claramente, del global animados por la emergencia de la multitud ciudadana.

No hay para el nuevo pensamiento democrático y la praxis que reclama, el embeleco de un poder constituyente derivado que coloca en cabeza de la rama legislativa del poder público la función constituyente, conculcandósela a las multitudes.  Lo anterior se complementa con la institucionalización de esa potencia, esto es, la limitación del constituyente originario que no puede poner más en práctica la capacidad de auto-regularse, de revolucionar lo existente sin tener que acudir a guerras o auto-destrucción forzosamente.

De lo común a la comunicación política

“Lo que me parecía urgente, a comienzos de los años ochenta, era someter el léxico político moderno a la misma destrucción-deconstrucción que Heidegger había reservado a los conceptos fundamentales de la tradición filosófica. La convicción implícita…era la de que todos los términos de la política han asumido o están desde el principio marcados por una inevitable inflexión metafísica…” Roberto Esposito, en: Comunidad, inmunidad y biopolítica (2009), p. 10.

“Si queremos superar la espiral de exclusiones que se alza frente a nosotros, a largo plazo la el desafío será la construcción de alternativas socio-culturales, políticas y comunicacionales no contaminadas por la lógica de  un <> que exacerba el hecho de descartar un goce por otro más rutilante…Tendremos así la oportunidad de ver, aunque sea en medio de inevitables tensiones y contradicciones, el verdadero sentido de la diversidad, es decir, la gran cantidad de mundos que el mundo contiene.” Denis de Moraes (2007), “La tiranía de lo fugaz: mercantilización cultural y saturación mediática”, en: La sociedad mediatizada, p. 37.

                                                                       En relación a lo común y la comunicación, es elocuente lo escrito por quien fuera profesor de la Universidad de Padua, Antonio Negri, un activo intelectual militante durante las luchas revolucionarias en Italia y Europa de los años 60 y 70, durante su encierro preventivo. Me refiero aquí, al libro El poder constituyente. Alternativas de la modernidad, donde se hace un agudo, rico examen de la relación entre política y derecho.

Allí, él hace la crítica con detalle del constitucionalismo liberal, moderno y contemporáneo, sin derivar de ello ninguna pretensión anarquizante, y menos un rechazo de plano a las instituciones, pero sí a su fetichización bajo las formas de la soberanía, el estado, la nación o el  pueblo, que son nociones y prácticas históricas,  que las acompaña ninguna disposición de eternidad. Antonio Negri cita en su defensa la obra de Spinoza, y, entre otras cosas, define a la democracia como procedimiento, como gobierno absoluto.

 En seguida juntemos los dos epígrafes, el de Gramsci y el de Esposito, dos italianos, entre cuyos escritos median algo más de ochenta años. Lo quiero hacer para señalar que de lo que aquí quiero tratar es de la pertinencia de ejercitarnos en la exploración, el descubrimiento de un pensamiento de ruptura en materia política.

Este pensamiento tiene como plataforma de lanzamiento una noción radical de democracia, entendida como autogobierno absoluto de los muchos, de las multitudes en el complejo ámbito glocal, porque incorpora en la definición la expresión usada  por el sociólogo y periodista, Ulrich Beck, el tan citado autor de La sociedad del riesgo, y quien nos habla también de una modernidad reflexiva que hace pareja con el Spät kapitalismus estudiado entre otros por Ernst Mandel, Jürgen Habermas, y Fredric Jameson, en sus dimensiones económica, política y cultural, respectivamente.

Sociedad de riesgo y modo de la comunicación

                                                           Dicho lo anterior, quiero dejar sentado que lo que Beck llama sociedad de riesgo, no es más que la realidad socio-política que resulta de la inocultable presencia de la democracia exigida como atributo por los muchos. Tal revolución en las costumbres políticas se traduce en una carga de incertidumbre relativa, en particular, para los defensores a ultranza de la sociedad de mercado capitalista.

 En dar respuesta a lo nuevo, Beck es acompañado también por otro prestigioso sociólogo británico, Anthony Giddens, el autor de la “Tercera Vía”,  un camino que en Colombia se ensaya en forma extemporánea, puesto que es la propuesta que injertada con la paz, define el horizonte filosófico social de la prosperidad democrática defendida por Juan Manuel Santos, el presidente reelecto.

Pienso que, de una cierta manera, es la misma política que implementa, sin hacerle mucha publicidad a sus orígenes hechizos, el presidente Enrique Peña Nieto; y que tiene el padrinazgo intelectual del excanciller mexicano, Jorge E. Castañeda, un destacado coequipero de viaje con el actual presidente de los colombianos hace un cuarto de siglo casi.

Ahora bien, La Tercera Vía es una forma de gobernabilidad autoritaria. Ella produce donde se implementa el estallido de la violencia incubada en las instituciones del estado como en la sociedad civil, forjadas bajo el modelo restrictivo de la representación; y genera, por el contrario, no solo la resistencia de los gobernados sino la demanda multitudinaria de parte de estos de una efectiva democracia.

Tal exigencia hoy inaplazable, supone de hecho, darle a la retórica de los derechos humanos un sostén real, esto es, existencia a la igualdad social para la población local y global. El desmonte urgente de los privilegios que existen desde los tiempos coloniales, y que la revolución mexicano ensayó abolir en su periodo radical, pero que después del gobierno del general Lázaro Cárdenas, no experimentó nada diferente a retroceder.

Darle contenido efectivo a la gobernanza glocal actual exige  una redistribución de la riqueza social en aras de conseguir la productividad no alienada del trabajo que está sometido históricamente a la forma  fuerza de trabajo que lo disciplina y controla, al servicio del capital individual o social, tal y como lo conocemos en nuestros países.

La disposición democrática plena hace posible, de una parte, que se establezca por fin, las premisas de una comunidad política subalterna, esto es, de multitudes. Pero, claro, ella  tiene sus particularidades en cada país. En Colombia transita por un doble camino, complementario a fuerza, el de la insurgencia subalterna, armada, y el de la resistencia y desobediencia demandada por las minorías, los movimientos sociales y políticos desarmados.

El caso de México: de Chiapas  a Ayotzinapa

                                                  A su turno, en este aparte de la ponencia, permítanme un breve ejercicio ilustrativo de política comparada, para analizar el actual caso de México, porque nos descubre una doble implosión social. Primero, la que ocurrió en Chiapas (1994), con las demandas de autonomía, de autogobierno de los pueblos lacandones; y luego, ahora, la que se desencadena  ante el sacrificio de los 43 normalistas de Ayotzinapa, donde la defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales, se toma las calles, ciudades y poblados de todo México.

Este 6 de diciembre, en la vecindad de la sede de la VI Cumbre Mundial, por el paseo de la Reforma, con dirección al Monumento a la Revolución, desfilan miles de campesinos reclamando consignas y reivindicaciones que tienen la edad de la revolución de 1910.
Tal es la respuesta indignada que ha puesto en remojo las barbas de los partidos tanto en el gobierno como en la oposición. Y ad portas de una nueva movilización nacional se tradujo ya en una inusitada movilización de recursos para cambiar la realidad miserable por años del estado de Guerrero.

Hoy, precisamente, en las calles de esta ciudad, de génesis Mexica, afuera de este recinto, contingentes de campesinos venidos de toda la república posrevolucionaria nos ofrecen una lección de comunicación política de multitudes. Ellos quieren recordar la entrada de los ejércitos de los insurgentes subalternos liderados por Pancho Villa y Emiliano Zapata, en su triunfante marcha proveniente del sur y del norte.

Tomándose literalmente la ciudad, las multitudes en rebeldía abrieron otra modalidad de comunicación política, cuya disruptiva presencia quedó grabada en el archivo fotográfico de Cassasola, donde queda plasmada la doble presencia de la representación y la participación política, que aquella gesta revolucionaria no fue capaz de desatar eficazmente. 

Es  simbólica del nuevo tiempo de la comunicación política, aplazada por tantos años, la escena en que Doroteo Arango se acomoda en la antes vacía silla presidencial, después de la salida de los ejércitos constitucionalistas y su presidente. Y cómo a su lado sonriente, en gesto irónico, descreído está Zapata, cuyo ejemplo revive en las luchas de los de abajo, de nuevo, en 1994, en respuesta al despojo agrario, sufrido por indígenas y campesinos.

La novedad de la comunicación política subalterna

“Pienso que este aspecto filosófico del pensamiento de Gramsci, que hace de la praxis humana su categoría central, resiste en cuanto a su validez la acción corrosiva del tiempo, cualesquiera que hayan sido las vicisitudes de la praxis en la historia real.” Adolfo Sánchez Vásquez (1997), “Para leer a Gramsci en el siglo XXI,” p. 102.

                                                                 La comunicación política subalterna que aquí reivindico se inaugura con las primeras revoluciones de 1905 y 1910. Ella es el resultado de la presencia de lo común y los comunes, y con su salida de la pasividad la consolidación de un pensamiento de ruptura que había hecho sus primeras incursiones, a lo largo del siglo XIX, que fue el gran laboratorio inicial de la Filosofía de la praxis.

Este nuevo saber de la condición humana fue cultivado de modo principal por Carlos Marx, movido por las acciones revolucionarias que dan cierre a la primera mitad del siglo XIX, dándole término al ciclo de las revoluciones burguesas, y apertura a una nueva época, la de la emancipación y liberación del trabajo asalariado.

No son, por supuesto, los subalternos, los mismos individuos que animaron las comunas italianas y españolas de los siglos XIII al XVI, cuando fueron aplastados los comuneros de Castilla en Villalar, por los ejércitos de Carlos V, que convirtieron a la vida urbana medioeval floreciente en una imagen espectral, en una suerte de paisaje de tierra arrasada. Es este un paisaje parecido al que recreó T.S. Elliot en su poema de comienzos del siglo XX, y la novela de Robert Musil, El hombre sin atributos.

Pero no basta con citar, a Colombia y México en esta destorcida democrática. Están también los Estados Unidos, golpeados por la violencia racial, y la discriminación a las minorías hispanas.  Dos acontecimientos han marcado este despertar de las multitudes, después de los abusos cometido con ocasión del fraude electoral de 2000, perpetrado en el Estado de la Florida, que dio como ganador a George W. Bush, triunfo que fue aceptado, en complicidad,por su rival, el demócrata Al Gore.

Lo paradójico de esta primavera democrática es que ocurre con las muertes de dos ciudadanos negros, uno en Ferguson (Missouri), en el profundo sur, donde la respuesta fue violenta y la represión de la Guardia nacional mayor; y el otro, en el rosario de las 13 colonias, en la mismísima ciudad de New York, en el Borough de Staten Island, donde murió por asfixia inducida un vendedor ilegal de cigarrillos, es de lo que sindicaba el piquete de policías que se convirtió en sus verdugos.

La respuesta inicial, indignada, se tomó la autopista occidental y la bloqueó por un buen número de horas, y hubo también protestas en Harlem, y en Staten Island. La gente reclama la acción del gobierno, y el respeto a la vida y a los demás derechos, al  tiempo en que la medida ejecutiva tomada por el presidente Obama para impedir momentáneamente la expulsión de más de 4 millones de indocumentados, residentes en su país, la mitad son mexicanos, ha sido combatida.
 De inmediato  las mayorías legislativas en poder del partido republicano, que incluso amenaza con procesar al propio presidente por intento de desconocer la constitución y las leyes de los Estados Unidos, descubren a una nación dividida, donde la democracia no parece darle cabida a la presencia activa de los muchos tampoco.

Estos miles, que pueden convertirse en millones, como en la primavera norteamericana de los derechos civiles hace más de medio siglo, tienen que tomarse la  calle, y ensayar como multitud, también, otro tipo de comunicación política, la que aquí denomino Comunicación Política Subalterna. Es esta comunicación la única que hace posible una forma de gobernanza democrática glocal, porque está probado que no es un esfuerzo que pueda adelantarse con éxito en un solo país, sino que requiere el concurso de los muchos, a través de las redes sociales, como ya se ensayó con eficacia en el levantamiento zapatista de 1994.

El año  2015, tiempo de gobernanza democrática

                                                     El año 2015 se muestra como el escenario en el que estas reivindicaciones que multiplican e innovan en materia de gobernabilidad, impulsando una relación gobernantes/gobernados diferente, una gobernanza democrática, puesto que asume el papel activo de los antes gobernados, quienes también son actores de primera línea en las políticas de lo común, que deja a un lado, la fórmula divisoria y engañosa de las políticas públicas,

 Ya no es suficiente con que la población cumpla el papel de ser consultada, sin más, sin poder decidir sobre los asuntos que la afectan colectivamente; y sin tener injerencia en el destino inteligente de los recursos, de la riqueza colectiva, que sigue siendo la plaga de los gobiernos corruptos de la representación política.

Es el advenimiento de un tiempo nuevo, y parece que a los mexicanos de hoy, movilizados por una causa más que justa necesaria y urgente, les corresponde izar el estandarte de la democracia sin adjetivos, esto es la que exige como premisa efectiva la igualdad social, y el castigo a los responsables de todos los abusos cometidos, antes y ahora, de los que los desaparecidos son la abominable punta del iceberg, de la impunidad que permite y prohija el modelo de la representación política, que no es otra cosa que el placebo de la democracia real anunciada por Spinoza, y aplazada tantas veces.
Se trata de darle paso a la mayoría de edad democrática que requerimos con urgencia como alternativa glocal, esto es, a la verdadera comunicación política, a la creación en común, de lo común que disuelve la separación entre lo privado y lo público.





[1] Profesor asociado, exdirector del departamento de ciencia política, Unijus, Universidad Nacional de Colombia. Bogotá. Catedrático maestría de estudios políticos, Universidad Javeriana. Bogotá. Colombia. Ex rector Universidad Libre. Director Grupo de investigación PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN. Autor libros: Participación y representación política en Occidente,  y Antonio Gramsci y la Crisis de Hegemonía. La refundación de la ciencia política. Email: maherreraz@hotmail.com, presid.y.partic@gmail.com.

[2] Dice Castoriadis: “…constatamos que la democracia actual es cualquier cosa salvo una democracia, ya que la esfera pública/pública es, de hecho, una esfera privada, y constituye la propiedad de la oligarquía política y no del cuerpo político”. Ver Castoriadis, Cornelius (2006). “Qué es democracia”, en: Las figuras de lo pensable. FCE. Buenos Aires, p. 153.
[3] Huntington Samuel et al (1975). The Crisis of Democracy. New York University Press. New York.
[4] Tales deficiencias quedaron claras en el volumen que revisó el trabajo mencionado, publicado en 1980. La contribución de Carole Pateman, feminista y defensora de la democracia participativa es relevante al respecto.

EN MÉXICO Y COLOMBIA YA NOS CANSAMOS
LA CONDENA AL GOBIERNO DE COLOMBIA

Miguel Angel Herrera  Zgaib

                                                    Ayer se conoció la condena proferida por la máxima instancia interamericana en materia de derechos humanos. Confirma la responsabilidad del Estado  en la muerte de las personas de la cafetería, los llamados "desaparecidos" del Palacio de Justicia. Reafirma la responsabilidad específica de Luis Alfonso Plazas Vega, y también de su superior el general Arias Cabrales. 

Le da credibilidad al testimonio del militar I. Villamizar, quien participó en el desplazamiento de tropas del ejército nacional que se movilizaron desde Villavicencio para intervenir en la retoma del Palacio de Justicia. Este testigo había sido desmentido por sus superiores militares, quienes incluso negaron que tal movilización hubiera ocurrido nunca.

La Corte Interamericana exige a la justicia nacional que esclarezca de manera plena lo acontecido con los 10 desaparecidos, con los tres muertos y torturados: la guerrillera Irma, el trabajador de la cafetería del Palacio, y el magistrado auxiliar del Consejo de Estado, Carlos Horacio Urán.

El  Caso Urán, una prueba incontestable

                                    En días pasados, en un programa de la televisión mexicana, la viuda del magistrado Urán, Ana María Bidegain, estudiosa de las religiones y las migraciones, quien fuera docente y directora del Centro de Estudios Sociales de Ciencias Humanas de la U. Nacional, comentó cómo fueron bloqueados los ejercicios de esclarecimiento de la tortura y ejecución del magistrado; y cómo ella obtuvo los documentos de identificación de su marido, los cuales aparecieron perforados por lo que debió ser un tiro de gracia, cuando él estaba en poder de las autoridades militares. 

Dicho documento se encontró en una inspección a la Escuela de Caballería, en el fatídico lugar que fuera el Cantón Norte, y cómo llegó a su poder el casette que comprueba la salida con vida de Urán del infierno que fue después el Palacio de Justicia.

No a la impunidad castrense

                                                Con esta sentencia ejemplar de la Corte Interamericana, se esclarece uno de los episodios más oscuros de la historia nacional del último cuarto de siglo, a la vez que se prueba la validez de la justicia administrada por el Tribunal Superior de Bogotá, a pesar de las insidias de gacetilleros, las intrigas de Procuraduría, los falsos señalamientos de Acore, y la complicidad intelectual de vocerías del Centro Democrático, antes y después de la sentencia  . 

Pareciera que será posible, por fin, encontrar el lugar de los cadáveres de los civiles asesinados por unidades de inteligencia del ejército nacional, que deshonran el honor de los guerreros al convertirse en torturadores, asesinos y cómplices de sus propios ciudadanos. 

Los crímenes de lesa humanidad no prescriben

                                                   Hasta hoy tales sepulturas son mantenidas en secreto con la pretensión fallida hoy, de mantener crímenes tan abominables en  la impunidad. Es  tiempo que se castigue a los superiores responsables de tal bestialidad inexcusable desde cualquier perspectiva. Incluyendo al propio expresidente Belisario Betancur, quien prohijó y cobijó tal conducta criminal, y sus ministros, quienes no tomaron distancia de esta decisión; más bien, ellos soportaron impávidos, casi sin excepción, la progresión de la bestialidad que el magistrado Reyes, presidente de la Corte, solicitó que fuera detenida ipso facto, sin encontrar respuesta.

Esta sentencia se anticipa al pronunciamiento pendiente de la CSJ de Colombia, del que sectores de la reacción política, y familiares del entonces mayor, hoy coronel Plazas Vegas, especulan que habrá una sentencia absolutoria del militar, quien se hizo famoso con su cínica expresión de defender la "democracia, maestro".

De Ayotzinapa al Palacio de Justicia

"La Corte Interamericana de Derechos Humanos condenó al Estado mexicano, en noviembre  de 2009, por graves violaciones a los derechos humanos en el paradigmático caso de Rosendo Padilla Pacheco." Carlos A. Flores, Las dos caras de México, en Revista Siempre, no. 3206, p. 69. 

                                            Si tal pronóstico, el fallo absolutorio de la Corte Suprema de Justicia prosperara en Programa Del Magisterio Colombianoa, le corresponderá a la propia ciudadanía  emular con las movilizaciones mexicanas contra el impune sacrificio de los 43 estudiantes en Ayotzinapa, asesinados con el concurso de la policía local, el narcotráfico y las autoridades locales, estatales y nacionales.

El antecedente más cercano para México fue el caso de Rosendo Padilla Pacheco, que el Estado y las autoridades mexicanas no tuvieron en cuenta para actualizar el contenido del artículo 215-A del Código Penal Federal, cuya redaccióna actual hace posible la impunidad en la desaparición forzada, como lo recuerda el articulista Carlos A. Flores. 

Ya nos cansamos

No se puede permitir más bestialidad por parte de las autoridades en ningún lugar de América Latina y del mundo; y por quienes no respetan la vida humana, y mienten y justifican con pasmosa "naturalidad" sus crímenes, antes y ahora. 

Tampoco parece viable que el presidencialismo mexicano y colombiano se mantenga tal y como existen, donde el llamado equilibrio de poderes, antes y después de las reformas se inclina en favor de ejecutivos todopoderosos. Quizás el grito reivindicativo de los jóvenes mexicanos volcados en las calles a raíz de los crímenes de Ayotzinapa, "Ya me cansé" que se difundía por twitter, ahora tengamos que conjugarlo en plural, de sur a norte del continente.

En Colombia como en México, no bastará con las reparaciones materiales que pagaremos todos los contribuyentes, ni con la exigencia de pedir perdón públicamente a los familiares de las víctimas ordenado por la Corte Interamericana a todas las autoridades de Colombia. 

Preparemos la movilización

                                                        El respeto a los derechos fundamentales no puede ser más un "as de burlas" para nadie. Deberán seguir produciéndose sentencias condenatorias, y la divulgación por la Comisión de Memoria histórica de tales atrocidades para escarmiento de los asesinos, y educación política de la población ultrajada por tales conductas.

Es tiempo de preparar una gran movilización, en reclamo por el esclarecimiento definitivo, y la fijación de responsabilidades por los crímenes cometidos contra la población civil de Colombia, durante los dos gobiernos del expresidente Álvaro Uribe Vélez, los llamados "falsos positivos" que multiplican las 43 víctimas de Ayotzinapa por 70 veces como mínimo, a las que se suman ya, después de 29 años de impunidad manifiesta, las víctimas del Palacio de Justicia.

4 de diciembre de 2014

CRÓNICAS AL PIE DEL VOLCÁN

EL PRIMER DÍA DE LA CUMBRE DE COMUNICACIÓN POLÍTICA:
COLOMBIA FUE TEMA CENTRAL  EN CIUDAD DE MÉXICO.

Miguel Angel Herrera Zgaib

                                       Estoy participando de la denominada Cumbre Mundial que dura 3 días. La sede es el Hotel Hilton, a un costado de la avenida de la Reforma que emula con los Campos Elíseos, cuando París era la capital cultural e intelectual de la tierra. 

Hoy, jueves, fue el primero en las conferencias inaugurales de la mañana, intervino J.J. Rendón y al tiempo que hablaba del totalitarismo venezolano, y elogiaba la causa de Leopoldo  y de la oposición, recordó que hacía 14 años que vestía de negro en protesta contra el régimen de Chavismo, que quiere que caiga pronto, para lo cual, según él, cuenta con el involuntario apoyo del presidente Nicolás Maduro.

Pero, por fin, excusándose de este ejercicio abiertamente político se glorió del triunfo electoral consecutivo que ha obtenido siendo el consultor de cabecera del partido de la U, antes y después del liderazgo de Álvaro Uribe Vélez. Insistió en que Santos se había jugado por una causa "impopular, la de la paz, pero eso es lo propio de los dirigentes. Insistió que el rival, Zuluaga, era el presidente del P de la U, cuando el asesoró el triunfo anterior.

Pasó el video de "Zurriaga y Juampa". Lo cual produjo uno de los pocos momentos de hilaridad, una vez que la tía de 85 años, cerró diciendo que "su sobrina coma mierda". Fue un punto colorido de la serie de conferencias magistrales que se extendieron hasta el almuerzo mexicano que ocurre, por lo general, a eso de las 3 pm. Todos estábamos, para que negarlo, con apetito voraz.

Rendón comentó que cuando empezaron las presiones, tenía 7 días para estar en Colombia, a riesgo de ser sancionado; y continuó dirigiendo la estrategia de campaña desde Miami. Y ganó, y dio un listado de mercado que ha de ayudar para estas tareas de asesor campañas y lidiar con eficacia en el "marketing político" que es mercancía de primera necesidad en el "jardín marchito" de las democracias representativas.

El español asesor de Juampa ! 

Después le tocó el turno a otro asesor de Santos, quien se centró también en la pasada campaña presidencial. Antonio Sola tituló su conferencia "Ganó la Paz. Colombia 2014". El trabajó el dilema paz o guerra, y cómo se preparó el triunfo para la segunda vuelta. 

Para contribuir a ello, se hicieron spots que buscaron asociar paz y desarrollo, y ligarlos con resultados. Haciendo en los spots la contabilidad de minas y revólveres .38, con dineros destinados a tener logros, según el expositor, en materia de justicia social. Además de insistir Santos, en lo logrado en materia de guerra contra las Farc.

Antonio Sola estaba feliz de lo conseguido con su amigo Juan Manuel, y recordó que hubo otros asesores, entre ellos dos estadounidenses. Vimos varios de los trabajos para esta campaña.

En los dos casos, ninguna mención hubo para los de abajo, para los gobernados, y menos para las fuerzas de la izquierda, en particular para el apoyo brindado por Clara López al triunfo de Santos, y de Petro, mucho antes. 

Pero, claro, lo notorio fue que no eran colombianos los conferencistas magistrales. Y tampoco había la oportunidad de debatir, o discutir en el espacio de las conferencias mismas, y en silencio asentir o disentir.

Estas conferencias magistrales se realizan en un salón con capacidad para albergar a algo así como 1.000 personas, y estaba casi lleno desde las 10 am. hasta las 3 pm. Después como en el Centro de Conferencias Gonzalo Jiménez de Quesada en Bogotá, el gran salón se partió en cuatro salones, donde se desarrolló la segunda y tercera tanda de conferencistas que siguió hasta las 8 pm.

Los cálculos oficiales señalan que han más de 2.000 asistentes. Mañana a las 9 am. seguirá la nueva jornada.

VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera