Miguel Angel Herrera Zgaib
El episodio de las chuzadas y la propaganda negra revela qué quiere decir "Centro Democrático", y de qué modo le hace la segunda voz al coro del partido de la U.
En este caso hubo una operación de regla de tres, a cielo abierto, con tormenta y todo: Oscar Iván Zuluaga, Luis Alfonso Hoyos y Fernando Londoño, quien notificó ayer su renuncia a seguir siendo editorialista de El Tiempo, que había dicho que no lo sacaría para no convertirlo en estandarte de un reclamo por la libertad de prensa.
Estos tres "filibusteros" tienen en común a un "director espiritual", aunque Hoyos, el chico milagro de Pensilvania (Caldas) reclame ese puesto en lugar de Uribe Vélez. No hay duda, que la política nacional sigue caminando por las sendas de la para-política, y que la paz democrática, para ellos es una pesadilla, y un "cáncer" por extirpar.
El episodio de concurrir Hoyos y el mercenario del ciberespacio, Andrés Fernando Sepúlveda, a hablar con Rodrigo Pardo, para poner en conocimiento una supuesta acción de las Farc-ep, y el silencio de Rodrigo hasta ayer, revelan el grado de complicidad y complacencia que el establecimiento tiene con estas conductas.
Pero con Sepúlveda han bailado todos, incluido el mismísimo ex-presidente Uribe, y su exministro Juan Manuel. Para colmo de males, Sepúlveda era un recomendado de J.J. Rendón, la betê noir, que salió protegido del país apenas despuntó el escándalo que no termina. Uribe ya se ha negado tres veces a presentar pruebas ante la Fiscalía, e insiste que las entrega en la diligencia ante el Procurador, quien sí le ofrece las garantías que la Fiscalía le niega.
Pero con Sepúlveda han bailado todos, incluido el mismísimo ex-presidente Uribe, y su exministro Juan Manuel. Para colmo de males, Sepúlveda era un recomendado de J.J. Rendón, la betê noir, que salió protegido del país apenas despuntó el escándalo que no termina. Uribe ya se ha negado tres veces a presentar pruebas ante la Fiscalía, e insiste que las entrega en la diligencia ante el Procurador, quien sí le ofrece las garantías que la Fiscalía le niega.
La exacerbación del régimen para-presidencial que no se demonta, porque Santos es criatura del mismo, exhibe, a raíz de la "pelea entre comadres", todas sus deformidades, y es la hora de darle la estocada democrática al drágon de la autocracia que tanta miseria y muerte ha producido durante la última década. Pero la izquierda para estar en "hibernación" en una especie de museo a lo madame Toussaut.
La lucha de los campesinos y los estudiantes, para hablar de las más actuales encienden la luz del descontento en el laberinto de la izquierda y la democracia. No requerimos de un general para salir del laberinto, sino de una movilización general, deliberando y actuando. Solanas diría que "es la hora de los hornos", y no la que aúpa "la fe del carbonero".
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