10 de diciembre de 2013


UNA SEGUNDA OPORTUNIDAD

EL PROCURADOR INHABILITÓ A PETRO, Y "REVIVIÓ" LA DEMOCRACIA Y LA IZQUIERDA.

miguel angel herrera zgaib

"En nosotros está la generación de la paz, la posibilidad de paz, este pueblo no quiere la guerra ni la violencia... Ay, Uribe, como si se pudiera burlar al pueblo." Gustavo Petro, al ser destituido

En una decisión anunciada, sin precedentes, el procurador Alejandro Ordóñez, a quien sus detractores apodan Torquemada, para recordar la Inquisición Española, por su "prontuario" de quemar libros, y ser guardián de la moral heterosexual y el cristianismo de camándula y rezo clandestino.

Alejandro hizo el milagro de juntar pacíficamente a la democracia y la izquierda, cuando ambas quemaban los cartuchos de presentar una acción unificada en lo electoral, en la plaza de Bolívar, ayer 9 de diciembre.

 Constitución y Procuraduría: la destitución anunciada

"Siempre que se presente falta absoluta a más de 18 meses de la terminación del periodo, se elegirá alcalde para el tiempo que reste..." Art. 314, C. Nacional.

                                                    El alcalde destituido tuvo ayer un día inolvidable, Bajó al pavimento y subió a la tribuna para hacer la historia reciente de las exclusiones, los magnicidios, y las discriminaciones que pueblan la vida y la obra de los subalternos en Colombia. Reprimidos y detenidos por el bloque dominante que el bipartidismo nacido en la segunda mitad del siglo XIX, y sus frentes han logrado mantener "invictos".
A través de una serie de revoluciones "pasivas" y razzias sangrientas que conocemos como guerras civiles declaradas hasta 1903, y no declaradas luego, hasta febrero de 2002,, cuando el presidente Pastrana ordenó abrir fuego contra las Farc-ep acantonada en San Vicente del Caguán en una nueva frustrada negociación de paz..

La excepción es el corto pero emblemático  episodio de las Sociedades democráticas, que encumbró al general bolivariano José María Melo, los soldados y artesanos en un golpe de mano en Bogotá, del que hizo parte el panadero Ambrosio López, de la dinastía que con el correr de los años renunció a la revolución democrática, con la bancarrota de su nieto, el líder del MRL, Alfonso López Michelsen, quien dio marcha atrás al tímido ejercicio de su padre, quien empujó la llamada "revolución en marcha", 1934-1938.

El fallo de la Procuraduría consideró que el decreto expedido por el alcalde Petro "vulneraba los principios de libre empresa y competencia  e impuso una serie de restricciones y limitaciones a otras empresas, distintas a las del Distrito..." Con lo cual se enfrentaron en la liza jurídica dos interpretaciones, el bien común y el bien privado en el escenario de las privatizaciones neoliberales. 

Tal fue el destino de Bogotá, en las dos alcaldías del PDA, inclusive, que relegaba la ciudad social al triste expediente de la capital neo-liberal. Tal y como la concibieron los exalcaldes Castro, Mockus y Peñalosa, con el argumento que nada se podía hacer, y sometiendo a la insignificancia el principio de los presupuestos participativos, que no hacían parte del expediente de la cultura ciudadana, y los anfibios que animó el ex rector alcalde.

Un error político y una falla administrativa

"Se improvisó en la compra y alquiler de compactadores nuevos y usados con evidentes detrimentos del patrimonio público...(y) el Distrito volvió a contratar a los operadores privados..." Apartes del expediente instruido por  Juan Carlos Novoa, procurador delegado.

"...él sabía que sus decisiones eran irregulares, como lo habían advertido en forma oportuna varias entidades...la Superintendencia de Industria y Comercio, Servicios Públicos, la Procuraduría Delegada Preventiva  para la Función Pública, La Comisión de Regulación...la Contraloría Distrital y el Ministerio de Ambiente." Palabras del Procurado Alejandro Ordóñez

Ayer, 9 de diciembre, la revocatoria del mandato del alcalde, en que se empeñó el hijo del sobrino de Álvaro Gómez, recolectando firmas, llegó a feliz término por la vida de la destitución de Gustavo Petro, un exguerrillero del M-19, que hizo la dejación de armas, y contribuyó con la Alianza Democrática-M19, a forjar con el bipartidismo la Constitución de 1991, que tuvo nunca refrendo democrático.

Tres fueron las faltas de carácter disciplinario que encontró probadas el procurador y los funcionarios investigados, producto del giro intempestivo que el burgomaestre de Bogotá dio al tratamiento de las basuras, un negocio jugoso que hizo posible la elección de la mayoría de los alcaldes, y de no pocos senadores y representantes por la circunscripción de la Capital.

La triste historia de dos ciudades  y  una basura global 

                                           La basura,  comoquiera que es un negocio que produce alrededor de $500.000 millones anuales, y se valió por mucho tiempo del trabajo a destajo de los recicladores que a pie y en zorra, y con el concurso de rocinantes maltratados sirvieron a la acumulación "primitiva" de capital, se convirtió en sustancia litigiosa cuando el negocio se tecnificó a costillas de nosotros los usuarios.

Así las cosas los trabajadores nocturnos que recogían los desechos, quedaron sin empleo y en inferioridad de condiciones para competir. Fueron en tutela a la Corte Constitucional que falló a su favor, y el alcalde Petro se dispuso a incorporarlos. Pero, ellos y el alcalde enfrentaron los intereses económicos de cuatro firmas, que se lucran por años de la recolección y procesamiento de basuas, y que hasta hoy se resisten a devolver los equipos que los hicieron multimillonarios y corruptos.

Petro le entregó a la Empresa del Acueducto, a menos de dos semanas que terminaran los contratos con los operadores privads, el manejo de 6.500 toneladas de desechos no reciclabes. Se firmó un convenio con Aguas de Bogotá, para disolver el oligopolio multimillonario. Esta entidad, según la Contraloría Distrital era una empresa inviable en lo financiero. 

Sin embargo, la Uaesp la autorizó, cuando era conducida por el abogado Guillermo Asprilla, quien antes de ser funcionario defendía la causa de los habitantes localizados alrededor del relleno de Doña Juana, lugar donde en forma casi inveterada se agolpan las basuras que sin cesar producen los habitantes de Bogotá y otros municipios.

Hasta que esta bomba de tiempo se colmó; y Asprilla adelantó una causa exitosa, sin haber sustituido como corresponde el poder. Lo cual permitió a la misma Procuraduría destituirlo cuando se desempeñaba como secretario de Gobierno distrital. 

Esta fue la antesala de lo que esperaba a su compañero de lucha, y de dirección en el movimiento Progresistas, con el que Petro, sorpresivamente, ganó la alcaldía, cuando el bloque dominante, dividido en Bogotá, perdió la elección por tercera vez. Ahora, en el plano nacional este bloque también está dividido en torno al asunto de la paz y la guerra, mientras que la izquierda y la democracia tienen delante la posibilidad de ganar por primera vez una elección presidencial.

Una segunda oportunidad  con los pies sobre la tierra

                                                        Sin embargo, hoy por hoy, esas fuerzas, esa tercería alternativa se deshace en una verborrea inútil e insulsa, y en unas estúpidas adscripciones banderizas, que traicionan como nunca el interés estratégico de las multitudes, y las reivindicaciones de los subalternos que padecen hambre y miseria y desoyen sus pretextos politiqueros.

Incluso, el PDA, el excandidato Aurelio Suárez, ante la inminencia de la destitución en firme, anuncia que se presentará a competir por la alcaldía de Bogotá, junto a Francisco Santos, que acaricia un premio de consolación, arrodillado a los caprichos del Uribe Centro Democrático, y hasta un heredero de la estirpe Galán, dice que se dispone a competir en este estropicio monumental contra la desteñida democracia representativa, que acalla por dos siglos la emergencia del poder constituyente.

Ya es tiempo que la democracia en Colombia y en el mundo tenga una segunda oportunidad. Es tiempo de hacer lo que no se alcanzó en la asamblea constitucional que dio existencia a la Constitución de 1991. Esto es, levantar la Constituyente Social, que se quedó dormida en lo escrito en el Acuerdo de San Francisco de la Sombra.

Es el tiempo, por fin, de unir a Bogotá y La Habana, sin puente aéreo, con los lazos de una verdadera democracia, con un ejercicio ejemplar del poder constituyente, que no caiga en las trampas asesinas del 9 de abril de 1948, cuando la irrupción de las multitudes irredentas, ante el asesinato de Jorge E. Gaitán, fueron superiores a sus dirigentes. 

Cuando de pueblo se transformó en multitud consciente, y cientos fueron acribilladas en las calles de Bogotá, que ahora vuelve a levantarse, eso sí, pacíficamente para juntar por segunda vez izquierda y democracia, por encima de los errores de una dirigencia dispuesta a sacrificar una vez más la ocasión de ponerle término a la guerra social y hacer efectiva la igualdad real y efectiva que duerme  "el sueño de los justos" en el art. 13 de la Constitución de 1991, que no fue refrendada democráticamente. 

Hoy, a partir de las 4 de la tarde, veremos que tanto calado ha tenido el llamado del alcalde destituido, y qué tanto su soberbia ha aprendido para juntarse, ahora sí, las fuerzas de la UP, resucitada con la vibrante presencia moral de Aída Abella, el compromiso con la paz que da estatura a la figura herida en un atentado casi mortal de Antonio Navarro, y la reconsideración de la corruptela que cohonestó la dirigencia actual del PDA, y su candidata presidencial.  

A todos ellos han de sumarse, en respeto exigente a la pluralidad, los movimientos sociales y políticos para avanzar en procura de la democracia que es la causa actual del nuevo ciclo de las revoluciones proletarias, que no vió Marx, pero que sí intuyó y animó Antonio Gramsci en su lucha casi solitaria contra el fascismo, el nazismo, y el engendro del stalinismo.

 Los que ahogaron la libertad de los subalternos, y cegaron la vida de los disidentes, empezando con los pogrooms nazis, el asesinato del diputado Matteotti, el encarcelamiento de socialistas y comunistas, los juicios de Moscú, y los hornos crematorios, y los campos de concentración, en Siberia y los mismos Estados Unidos.

Ha sonado la hora de barrer la "basura capitalista", de la que hasta el propio papa Francisco ha hablado y condenado con la renovación de su magisterio que se reclama de los pobres de la tierra. Bogotá, La Habana, y el Vaticano parecen alinearse en una misma causa, ¿Será?

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VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera