11 de enero de 2016

LA "CHAPONERÍA" SE APODERÓ DE LA GRAN PRENSA

Miguel Angel Herrera Zgaib
Proyecto Historia de los Subalternos

"Ya no hay grandes figuras y los carteles han cometido todo tipo de delitos por lo que se hace más difícil su combate." Marco Cancino, director de Inteligencia Pública, Ciudad de México.

                                          Joaquín Guzmán Loera, mundialmente publicitado como el Chapo, por su reducida estatura, ganó la primera plana de los diarios colombianos de mayor circulación, El Tiempo y Espectador que le dieron a la misma foto distribuida por Efe/AFP, en camiseta sucia por su fallida huida por las alcantarillas y esposado, un sitial de privilegio, el pasado sábado 9 de enero de 2016.

El viernes, el presidente mexicano de capa caída por sus propios escándalos e "indelicadezas", luego de 181 días de errancia de su coterráneo, anunciaba desde la sede del poder: "Misión cumplida. Lo tenemos."

Peña Nieto y Guzmán Loera, guardadas las distancias son el resumen gráfico de lo que ha quedado de la revolución mexicana de 1910. El uno representa la pompa y falsa solemnidad del poder instituido, comoquiera, que su propio partido de vuelta, el PRI.

Así se denomina el PRI, Partido de la Revolución Institucional, indicando que la revolución que lo fue está muerta hace rato, desde cuando el presidente Lázaro Cárdenas hizo las últimas reformas de consideración, en el Bajío, y luego la cuenta fue regresiva.

Para el otro, el niño de orígenes campesinos, éstas no alcanzaron a su familia, y a millones de campesinos pobres que enajenaron sus ejidos, o perdieron la tierra que tenían en los campos de Sinaloa. Él había nacido 4 de abril de 1957, en el municipio de Badiraguato, crecido en una familia de agricultores.

Las esperanzas de salir de la pobreza eran mínimas, y Joaquín desertó de la escuela primaria cuando estaba en 6o. grado, siendo reclutado por su inteligencia natural por el clan de Miguel Ángel Gallardo, luego de pasar la prueba de cultivar amapola y marihuana como cualquier brasero mexicano de los que se quedaron a este lado del río Grande.

El "capo de tutti capi" mexicano, luego que se desbarajustaron los acuerdos que el PRI mantenía con las fuerzas legales e ilegales, a raíz de la casi derrota de Salinas de Gortari en las urnas, con la emergencia electoral de Cuauthemoc Cárdenas, que se resolvió con un gigantesco fraude, vino también la captura de Gallardo, un año después, en 1989.

En el tiempo intermedio, este subalterno de origen campesino, por una parte, se encargó de ampliar la red "gallarda" a Medellín y Barranquilla, luego de los encuentros circunstanciales de las mafias mexicana y colombiana en dos fronteras de la expansión narcotraficante, Miami y Guatemala.

Caído Félix Gallardo, al interior de su organización se proyectó el sinaloense Guzmán hasta ocupar la silla vacía. En él se juntaron dos calidades fundamentales para este tipo de delincuencia globalizada, talento capitalista y capacidad punitiva sin límites contra rivales y enemigos. Dos cualidades que se han recreado de un cierto modo en la serie The Bridge de la cadena Fox, y en la mexicana "Reina del Sur".

En las grandes ligas

El momento culminante en el ranking capitalista se da en el 2011, cuando la revista Forbes le da cabida por haber llegado El Chapo, según estos cálculos privados conservadores a sumar un billón de dólares, esto es, US 1.000 millones. Pero ya tenía los ojos y las alertas de los Estados Unidos puestas en su captura con jugosas recompensas.

Sin embargo, Don Joaquín, el subalterno convertido en rey maldito capitalista había ya tenido que ponerse a prueba en diversas capturas, la primera de todas en 1991, que se sepa, de la cual se libró sobornando y huyendo. En 1993 se salvó de morir a manos de sus rivales que le tendieron una celada, pero no dieron en el tiroteo con el carro que era.

En el mismo año perdió la vida el Cardena Posadas en Guadalajara, muerto por sicarios de sus grandes rivales en el mundo del crimen organizado, los manitos Arellano Félix. Hasta hoy se sostiene que estos a quien querían liquidar era al Chapo, pero se confundieron. Otros, sin embargo, siguen sosteniendo sin prueba suficiente que el prelado tenía negocios oscuros con la cadenas del crimen.

Por fin, en la cacería, por punta y punta, Joaquín Guzmán cayó en Guatemala, uno de sus lugares predilectos para el transporte de cocaína venida del sur. Fue a parar al penal Puente Grande (Jalisco), fugándose 8 años después, el 19 de enero de 2001.

El penúltimo round de este subalterno, hijo desgraciado de "Pedro Páramo" se dió enfrentando el quehacer del moralizador Felipe Calderón, quien se dispuso de nuevo a ponerlo entre rejas, en acuerdo cerrado con la DEA y la Fiscalía estadounidense. 

Pero Calderón se quedó con "los crespos hechos", y un reguero de muertos en el camino, como los que aparecen en la escenografía de las películas que disfrazaron y "popularizaron" tergiversando los verdaderos logros de la revolución mexicana que se fue agostando como la piel de zapa, hasta poner a la reacción a dizque gobernar el México bronco, con los dos gobiernos del PAN.

Guzmán volvió a caer el 22 de febrero de 2014, y 17 meses más tarde puso pies en polvorosa del penal del Altiplano, construyendo un laborioso túnel de 1,5 kms, que partía del sector de los baños colectivos; al estilo de los que aparecen en los escenarios del serial "The Bridge"

Fue en el Altiplano donde El Chapo apareció como figura política, recordando las célebres luchas contra el sistema carcelario, iniciadas con los ilustrados auspicios de Michel Foucault, en la década de los años 70. Desde la prisión de máxima seguridad, y junto a 140 reos protestó por las condiciones inhumanas del penal, que "ofrecía" comida engusanada y colchones cuasi destrozadas, donde los reos recibían las visitas conyugales, en particular, de la reina de belleza de Durango, su tercera esposa.(Ver  reporte que ofrece El Tiempo en su edición de 9/01/2016).

La tercera fuga ocurrió en julio de 2015, y en octubre se dio una reunión clandestina con el actor, estrella de Hollywood, Sean Penn, quien realizó una entrevista, que ahora se difunde con escándalo y expectativa. 

Una de las respuestas conocidas lo presenta como una figura pública "maldita", resumiendo el drama de la revolución mexicana, que los pobres siguen siendo pobres, y los campesinos han perdido toda esperanza.  

Entre quienes no se resignan está el Chapo, que "moja prensa" alrededor del mundo. Es un subalterno que logra notoriedad como delincuente de marca mayor, que ya tiene una prole numerosa, 10 hijos conocidos, y uno menos asesinado en Culiacán; y una madre, como la de Pablo Escobar, quien rechaza la lectura que hacen de sus hijos, a quienes, por supuesto ven y valoran con otros ojos.

En el futuro ya está claro que la sucesión de Guzmán se prepara a tiro limpio con dos nuevas líneas de criminales mexicanos con brazos en Latinoamérica y el mundo, Milenio y Jalisco Nueva Generación, y por supuesto, lo que queda del cartel de Sinaloa, con los herederos Guzmán. 

Aunque el Chapo de nuevo en el Altiplano, y en espera de que el presidente Peña Nieto se contradiga, tararea con su voz de chaparro mexicano: "pero sigo siendo el rey". El artista de las fugas consentidas, el topo de la otra historia, de las que no nos habló el barbudo de Tréveris.

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