12 de enero de 2016

Historia de los Subalternos
Proyecto Cineclub Sin Fronteras y Revista CINEXCEPCIÓN

CIRO GUERRA, LA NACHO Y EL CINE DE AUTOR

miguel angel herrera zgaib
Director Grupo Presidencialismo y Participación, UNAL/COLCIENCIAS
maherreraz@unal.edu.co

Desde las iniciales décadas del siglo XX, el cine empezó su periplo de la mano de directores, empresarios aventureros en contacto con los públicos que enfrentaron el encanto, la fascinación y la sorpresa de las imágenes en movimiento haciendo trampa a la vista común.

Después de casi un siglo de esta odisea del celuloide, directores de Colombia empiezan a ganar posiciones entre los hacedores del cinema global. Ya hubo finalistas y ganadores de festivales y muestras internacionales. Esta vez el trabajo fílmico de Ciro Guerra, "El abrazo de la serpiente" compite en la lista por el oscar de mejor película extranjera.

Ciro es también alumno de la escuela de Cine y TV, que funciona en la Universidad Nacional, con una muy pobre dotación técnica, y con un puñado de talentos que dan prueba de compromiso, saber y tesón. El caso del cesarense Guerra es muestra elocuente.

Cine de autor

Como no tenemos una industria cinematográfica y estudios reconocidos como los que marcan la historia de potencias del cine, ser independiente resulta en apariencia fácil, porque los artistas tienen que tener alma de maromeros o trapecistas, para plasmar sus proyectos. El propio seleccionado tiene su nuevo proyecto en compañía de su esposa y productora Cristina Gallego, en espera de varios meses.

Guerra ya probó su singular visión y estilo narrativo en dos largometrajes: La sombra del caminante (2004) y los Viajes del Viento (2009), y un documental muy elogiado sobre Jairo Pinilla. A los 34 años, Ciro puede alcanzar la gloria de Hollywood este jueves, cuando los jurados se decidan entre un lujo de competidores.

Del listado de escogidos, con el egresado de la escuela de la Nacional están Giulio Ricciarelli, cuya película La Conspiración del silencio, se proyecta en nuestras salas; Jaco Van Dormael, El nuevo testamento; Paddy Breathnach con Viva, y Laszlo Nemes y su Son of Saul, que está entre las favoritas.

La selva como protagonista

"Necesitábamos intérpretes que encajaran en lo que queríamos..." Ciro Guerra.

El departamento del Vaupés es noticia en esta película, donde lo acompañan dos indígenas actores, Nilbio Torres, un Cubeo, y Antonio Bolívar, un Ocaina de La Chorrera. Junto a ellos están Brionne Davis (USA) y Jan Bijvoet (Bélgica). Esta tierra en disputa hoy por sus riquezas naturales, y donde concurren diversos proyectos económicos ilegales ya es parte de los 9 films preseleccionados el pasado 17 de diciembre.

La película en su estreno de mayo de 2015 no fue muy favorecida por el público colombiano, porque apenas llegó, dice Guerra, en la entrevista de Sofía Gómez, a 100.000 espectadores, y no ha sido posible que la reprogramen, a pesar de sus notables merecimientos. Francia es una ventana de nueva difusión, en cuyas salas la vieron 40.000, y vienen otros países en la lista.

Ciro y Cristina son los titanes de esta propuesta que empezó a armarse en la Universidad Nacional, en la escuela que tiene sus instalaciones en las vecindades del Coliseo Cubierto, un lugar que la mayoría de los estudiantes de la Ciudad Blanca reconocen porque allí se ofrecen fotocopias económicas.

La película que deseamos ver premiada recupera los relatos de Theodor Koch-Grunberg y Richard Evans Schultes en sus viajes por el Amazonas, y las condiciones brutales de los naturales sometidos por los colonialistas explotadores.

De todos modos el cine nacional vive, y estamos en presencia de una ola renovadora. Que celebramos desde las experiencias del Cineclub Sin Fronteras, la revista Cinexcepción, y el proyecto truncado de Cinentendimiento Político que con la orientación d Felipe Aljure y el respaldo académico de Ciencia Política bajo mi dirección funcionó durante 2 semestres, y fue abruptamente interrumpido por el nuevo director de la carrera hace 12 años.




11 de enero de 2016

LA "CHAPONERÍA" SE APODERÓ DE LA GRAN PRENSA

Miguel Angel Herrera Zgaib
Proyecto Historia de los Subalternos

"Ya no hay grandes figuras y los carteles han cometido todo tipo de delitos por lo que se hace más difícil su combate." Marco Cancino, director de Inteligencia Pública, Ciudad de México.

                                          Joaquín Guzmán Loera, mundialmente publicitado como el Chapo, por su reducida estatura, ganó la primera plana de los diarios colombianos de mayor circulación, El Tiempo y Espectador que le dieron a la misma foto distribuida por Efe/AFP, en camiseta sucia por su fallida huida por las alcantarillas y esposado, un sitial de privilegio, el pasado sábado 9 de enero de 2016.

El viernes, el presidente mexicano de capa caída por sus propios escándalos e "indelicadezas", luego de 181 días de errancia de su coterráneo, anunciaba desde la sede del poder: "Misión cumplida. Lo tenemos."

Peña Nieto y Guzmán Loera, guardadas las distancias son el resumen gráfico de lo que ha quedado de la revolución mexicana de 1910. El uno representa la pompa y falsa solemnidad del poder instituido, comoquiera, que su propio partido de vuelta, el PRI.

Así se denomina el PRI, Partido de la Revolución Institucional, indicando que la revolución que lo fue está muerta hace rato, desde cuando el presidente Lázaro Cárdenas hizo las últimas reformas de consideración, en el Bajío, y luego la cuenta fue regresiva.

Para el otro, el niño de orígenes campesinos, éstas no alcanzaron a su familia, y a millones de campesinos pobres que enajenaron sus ejidos, o perdieron la tierra que tenían en los campos de Sinaloa. Él había nacido 4 de abril de 1957, en el municipio de Badiraguato, crecido en una familia de agricultores.

Las esperanzas de salir de la pobreza eran mínimas, y Joaquín desertó de la escuela primaria cuando estaba en 6o. grado, siendo reclutado por su inteligencia natural por el clan de Miguel Ángel Gallardo, luego de pasar la prueba de cultivar amapola y marihuana como cualquier brasero mexicano de los que se quedaron a este lado del río Grande.

El "capo de tutti capi" mexicano, luego que se desbarajustaron los acuerdos que el PRI mantenía con las fuerzas legales e ilegales, a raíz de la casi derrota de Salinas de Gortari en las urnas, con la emergencia electoral de Cuauthemoc Cárdenas, que se resolvió con un gigantesco fraude, vino también la captura de Gallardo, un año después, en 1989.

En el tiempo intermedio, este subalterno de origen campesino, por una parte, se encargó de ampliar la red "gallarda" a Medellín y Barranquilla, luego de los encuentros circunstanciales de las mafias mexicana y colombiana en dos fronteras de la expansión narcotraficante, Miami y Guatemala.

Caído Félix Gallardo, al interior de su organización se proyectó el sinaloense Guzmán hasta ocupar la silla vacía. En él se juntaron dos calidades fundamentales para este tipo de delincuencia globalizada, talento capitalista y capacidad punitiva sin límites contra rivales y enemigos. Dos cualidades que se han recreado de un cierto modo en la serie The Bridge de la cadena Fox, y en la mexicana "Reina del Sur".

En las grandes ligas

El momento culminante en el ranking capitalista se da en el 2011, cuando la revista Forbes le da cabida por haber llegado El Chapo, según estos cálculos privados conservadores a sumar un billón de dólares, esto es, US 1.000 millones. Pero ya tenía los ojos y las alertas de los Estados Unidos puestas en su captura con jugosas recompensas.

Sin embargo, Don Joaquín, el subalterno convertido en rey maldito capitalista había ya tenido que ponerse a prueba en diversas capturas, la primera de todas en 1991, que se sepa, de la cual se libró sobornando y huyendo. En 1993 se salvó de morir a manos de sus rivales que le tendieron una celada, pero no dieron en el tiroteo con el carro que era.

En el mismo año perdió la vida el Cardena Posadas en Guadalajara, muerto por sicarios de sus grandes rivales en el mundo del crimen organizado, los manitos Arellano Félix. Hasta hoy se sostiene que estos a quien querían liquidar era al Chapo, pero se confundieron. Otros, sin embargo, siguen sosteniendo sin prueba suficiente que el prelado tenía negocios oscuros con la cadenas del crimen.

Por fin, en la cacería, por punta y punta, Joaquín Guzmán cayó en Guatemala, uno de sus lugares predilectos para el transporte de cocaína venida del sur. Fue a parar al penal Puente Grande (Jalisco), fugándose 8 años después, el 19 de enero de 2001.

El penúltimo round de este subalterno, hijo desgraciado de "Pedro Páramo" se dió enfrentando el quehacer del moralizador Felipe Calderón, quien se dispuso de nuevo a ponerlo entre rejas, en acuerdo cerrado con la DEA y la Fiscalía estadounidense. 

Pero Calderón se quedó con "los crespos hechos", y un reguero de muertos en el camino, como los que aparecen en la escenografía de las películas que disfrazaron y "popularizaron" tergiversando los verdaderos logros de la revolución mexicana que se fue agostando como la piel de zapa, hasta poner a la reacción a dizque gobernar el México bronco, con los dos gobiernos del PAN.

Guzmán volvió a caer el 22 de febrero de 2014, y 17 meses más tarde puso pies en polvorosa del penal del Altiplano, construyendo un laborioso túnel de 1,5 kms, que partía del sector de los baños colectivos; al estilo de los que aparecen en los escenarios del serial "The Bridge"

Fue en el Altiplano donde El Chapo apareció como figura política, recordando las célebres luchas contra el sistema carcelario, iniciadas con los ilustrados auspicios de Michel Foucault, en la década de los años 70. Desde la prisión de máxima seguridad, y junto a 140 reos protestó por las condiciones inhumanas del penal, que "ofrecía" comida engusanada y colchones cuasi destrozadas, donde los reos recibían las visitas conyugales, en particular, de la reina de belleza de Durango, su tercera esposa.(Ver  reporte que ofrece El Tiempo en su edición de 9/01/2016).

La tercera fuga ocurrió en julio de 2015, y en octubre se dio una reunión clandestina con el actor, estrella de Hollywood, Sean Penn, quien realizó una entrevista, que ahora se difunde con escándalo y expectativa. 

Una de las respuestas conocidas lo presenta como una figura pública "maldita", resumiendo el drama de la revolución mexicana, que los pobres siguen siendo pobres, y los campesinos han perdido toda esperanza.  

Entre quienes no se resignan está el Chapo, que "moja prensa" alrededor del mundo. Es un subalterno que logra notoriedad como delincuente de marca mayor, que ya tiene una prole numerosa, 10 hijos conocidos, y uno menos asesinado en Culiacán; y una madre, como la de Pablo Escobar, quien rechaza la lectura que hacen de sus hijos, a quienes, por supuesto ven y valoran con otros ojos.

En el futuro ya está claro que la sucesión de Guzmán se prepara a tiro limpio con dos nuevas líneas de criminales mexicanos con brazos en Latinoamérica y el mundo, Milenio y Jalisco Nueva Generación, y por supuesto, lo que queda del cartel de Sinaloa, con los herederos Guzmán. 

Aunque el Chapo de nuevo en el Altiplano, y en espera de que el presidente Peña Nieto se contradiga, tararea con su voz de chaparro mexicano: "pero sigo siendo el rey". El artista de las fugas consentidas, el topo de la otra historia, de las que no nos habló el barbudo de Tréveris.

8 de enero de 2016

Proyecto Constituyente Social y Paz Subalterna.

LA VERDAD DE LA GUERRA EN CIFRAS

Miguel Angel Herrera Zgaib

¿Cuál verdad?

La excandidata a la alcaldía, Clara López abre el año con una columna, "La cruda verdad" con el propósito de comentar el tópico de la justicia transicional que acaba de pasar por la mesa de negociación en La Habana; y que tanta urticaria poduce en buena parte del "establecimiento" colombiano. En efecto, su implementación plantea que los responsables de todos los orígenes tendrán que cumplir con su cuota de verdad y reparación.

En particular, de su escrito quiero llamar la atención sobre las cifras de la guerra, y lo poco heroico que resulta ser este ejercicio, desde que los campeones griegos y los caballeros andantes pasaron de moda, para darle paso, pura y brutalmente, a las masacres y a los genocidios contra los no combatientes, la población civil, que es lo propio de este tiempo.

Estas son las cifras

Las que manera sucinta acopia la abogada y economista Clara López, parte de una dinastía política, que en lo económico se derrumbó con la caída del Banco López, en los años 20 del siglo pasada, pero que se proyectó en lo político hasta el presente con esta sobrina del compañero jefe, Alfonsito López Michelsen, destacado constitucionalista y polemista burgués "progresista".

Reproduzcamos las cifras según registro de la Comisión de Memoria Histórica y sus 50 monografías, bajo la orientación autorizada del historiador, filósofo y abogado Gonzalo Sánchez:

1. Asesinatos de civiles: 177.307
2. Muertos en combate: 40.787
3. Secuestrados: 27.023
4. Desaparecidos:25.007
5. Vìctimas de minas: 10.189
6. Niños y adolescentes reclutados: 6.421

Por último, Clara nos recuerda que la mayoría de los secuestros son de las Farc, los desaparecimientos de la Fuerza Pública, y los homicidios y desplazamientos de los paramilitares.

De ser cierto lo consignado, más que probado en cifras está el desastre de esta última guerra colombiana, y la indicación especiosa de los responsables. Es urgente que las víctimas, el común de la gente, la ciudadanía, la población pase a la acción, actualice verdad y reparación sin atenuantes. Y potenciar enseguida lo que los especialistas llaman justicia transicional que es el modo más socorrido de pensar el tránsito de la guerra a la paz que solo pueden garantizarlo y potenciarlo, en últimas, los grupos y clases subalternas, no los guerreros, cuando todo esté acordado.

El último punto de la agenda tiene un nombre, Constituyente, no lo puede ser el referendo, el plebiscito, u otros sucedáneos. Dicha constituyente requiere una calificación adicional: Constituyente social para que no se repita, con el correr de los días, el infierno de la guerra contra los indefensos como es la macabra costumbre de la humanidad.

5 de enero de 2016



ARRANCA LA NUEVA ASAMBLEA NACIONAL

Miguel Ángel Herrera Zgaib

"Vamos también a ser diputados de quienes no votaron por nosotros, aquí no hay hegemonía." Henry Ramos, presidente de la Asamblea Nacional.

                                            Con la nueva mayoría asamblearia se invirtieron los papeles. La que antes era la oposición, ahora es el gobierno, al interior del poder legislativo venezolano. 

Por anticipado, con voto secreto, la MUD pre-seleccionó a Henry Ramos, quien obtuvo 62 de los 112 votos, seguido por Julio Borges, coordinador de Primero Justicia, el partido de Henrique Capriles, que apenas consiguió 49 votos.

Los abucheos de las barras y de los mismos diputados se turnan según quien sea el que se dirige a la audiencia, pero esto no podrá ocurrir día tras día. 

Dos bloques enfrentados

Hay dos bloques conformados: la MUD, y el Polo Patrótico. Corresponde observar a partir de ahora cuánto durará cada uno, a medida que avancen las sesiones y los problemas crezcan.

Es un hecho que a Diosdado lo sucederá Henry Ramos Allup, un adeco con "espuela y maña", quien, es además secretario de uno de los partidos supérstites a lo que fue el Acuerdo de Punto Fijo, que le dió paso al Chavismo, que ahora parece vivir su declive.

Al mismo tiempo que se instalaba la Asamblea Nacional de Venezuela con las nuevas mayorías, en otro lugar de Caracas se hacía lo propio con la Asamblea Popular, un organismo que es parte constituyente del quinto poder de la Constitución Bolivariana.

Antes, esta organización popular se había quedado como promesa en los escritorios de la burocracia bolivariana, y en el anecdotario de Chávez y de su sucesor. Ahora, parece, que por primera vez, se va a posibilitar el papel protagónico de los muchos, de forma autónoma, y no como fuerza de choque o masa de maniobra, en ninguna de las orillas enfrentadas hoy.

Empieza la acción parlamentaria

"La Unidad no va a la Asamblea nacional para convertirla en un ring de boxeo..." Henrique Capriles.

                                             El diputado Rodríguez, de saco y corbata roja, lanzó su "Catilinaria" contra la oposición al Chavismo, y lardeó con que ni una sola coma de la ley del trabajo podrá ser suprimida. Y que ellos junto al pueblo venezolano irán a las calles en caso que ello llegara a ocurrir.

Por lo pronto, es sabido, que ante el TSJ, avanzan cuatro demandas, otros dicen que cinco, para impugnar igual número de elecciones de diputados. Tales acciones de nulidad conllevan solicitudes de medidas cautelares, lo que implica al hacerse efectivas, la pérdida de la MUD de la mayoría especial que antes había obtenido.  Hoy, en la sesión inaugural tomaron, en efecto, posesión, 109 diputados, y se eligió la nueva directiva, con el rechazo de la diputación del Polo Patriótico.

Al respecto, los constitucionalistas de lado y lado, cruzan opiniones y epítetos al respecto. Cuando se vayan a ejercitar medidas que requieran 112 delegados que las favorezcan se resolverá el problema.

Por último, algunos analistas aventuran a caracterizar la situación venezolana actual como una de poder dual, en que coexisten en un equilibrio inestable dos fuerzas, sin que se acuda todavía a la suerte de las armas, porque las FF. AA, y su supremo comandante, Patrón, ha señalado con sus palabras, que ellas son las garantes del orden sin tentaciones banderizas o partidistas, son el fiel de la balanza política. 

Ellas son guardianes de la Constitución, mientras que analistas como Battaglini afirman que son el verdadero, definitivo poder desde la reforma que experimentaran con el dictador Juan Vicente Gómez, hace algo más de un siglo.

2 de enero de 2016

HISTORIA SUBALTERNA REGIONAL

NARIÑO, COMUNEROS Y SOCIALISTAS, 1872-1880. 

(PARTE IV)

Miguel Ángel Herrera Zgaib.

Proyecto Pensamiento de Ruptura. Marx-Gramsci, 1937-2017.

La Comuna se expande
“Ciertos sacerdotes de elevada jerarquía, de malos antecedentes, en verdad, pero revestidos de insignias miradas con respeto por la multitud, fueron los que tramaron una conspiración contra Veintimilla…” Marieta Veintimilla, Páginas del Ecuador.

“Defended a nuestro Dios combatiendo el ateísmo. Defended la sociedad ecuatoriana combatiendo la Internacional y la Comuna.” Juan Morillo, Historia del Ecuador, 1876-1880.

Para entonces se piensa en los artesanos de Quito y los intelectuales que apoyan a Juan Montalvo. Los comuneros ingresan a Ecuador. El presidente García Moreno ha sido asesinado, y existe una situación caótica.

Los conservadores y el clero ecuatoriano reaccionan con el presidente Borrero llamando a la “guerra santa” contra el general Veintimilla. Según ellos, el general levantado en armas es enemigo declarado deautoridad, familia, propiedad y religión. Es lo que comenta el historiador
colombiano Sergio Elías Ortiz, en el Boletín de Estudios Históricos (1936).

Se trata, claro está, de una invasión al Ecuador, sin el consentimiento, además, del estado colombiano. Y Guerrero, quien sigue al frente de la administración municipal de Pasto recibe las presiones internas. 

Para entonces se impulsaban en territorio colombiano acciones confiscatorias, las que afectaban a radicales que participaron del remate de bienes de manos muertas. Las milicias populares continúan en pie y activas. (p. 141)

El gobierno plebeyo intenta recuperar la educación laica aprovechando las instalaciones conventuales cerradas por más de un año. Los problemas de una reforma agraria y educativa bloqueadas conducen a una especie de sin salida. Es la oportunidad para que el gobierno central intervenga en Pasto, es diciembre de 1878.

El burgomaestre Guerrero es destituido, apresado y remitido a Bogotá. Murillo Toro le ofrece el exilio, en lugar de la cárcel sabanera. La experiencia del alcalde socialista está a punto de desvanecerse, y los jefes de la Comuna aún libres intentan sobreaguar. La precaria hegemonía construida en casi dos años vive el asedio ahora de los radicales liberales a lado y lado de las fronteras.

El resultado inmediato es el nombramiento de un nuevo jefe municipal que reemplazó al destituido Guerrero. Es el radical Félix Fernández de Córdoba que no logra parar a a los Communards en armas. Él solicita el concurso de los militares, a la vez que propicia la vuelta de los Filipenses para devolver sus propiedades. 

Es ya enero de 1879. Se hacen presentes en Pasto el general Otero y el coronel Ezequiel Hurtado. Con este apoyo hay dos campos a punto de chocar, comuneros y militares mandados por el gobierno radical.

La cruzada Anti-comunera

La cruzada anti-comunera no sólo tiene expresión militar sino también ideológica. La contrarrevolución en curso tiene la presencia de un trío evangelizador, dice el historiador consultado para esta crónica.

Ellos son Trabuco, es decir, Manuel Canuto Restrepo, y Ezequiel Moreno Díaz, tristemente célebre por su catequesis en los Llanos con los pueblos originarios, más Mario Valenzuela, quien se reclama experto en reprimir a comunistas y “especies” similares para este tiempo de reacción.

Mención especial tiene la “defensa” de la familia, y la intención de echar atrás las medidas favorables a la liberación femenina del yugo feudal que la Comuna de Pasto propició durante su ascenso y breve gobierno. Se cita por Jaramillo Giraldo al historiador José Rafel Sañudo al respecto, quien menciona como apoyo a la cruzada reaccionaria la teología del francés Bossuet.

Hay también soldaderas en lo que era la guardia popular comunera. Pero a ellas los reaccionarios las equipara con prostitutas, como pasará después en otro entorno, pero de manera exactamente contraria, durante la experiencia de la revolución mexicana. Porque su papel se celebra también luego en la música popular en la figura de las Adelitas.
Las que inmortalizarán las fotografías de Agustín Víctor Casasola (1874-1938), en cuyo archivo se documentan escenas memorables de la revolución mexicana, entre ellas, en la que aparecen Pancho Villa y Emiliano Zapata en el palacio presidencial de Ciudad de México.

Los listados de aquellas mujeres nariñenses, combatientes, las Gualumbas se leen por los curas en los púlpitos para obtener, demandar su escarnio público. Esto último está referido por el investigador Alberto Quijano Guerrero, al que también acudió Carlos Arturo Jaramillo Giraldo.

Esta lucha para liquidar a los comuneros que aún resisten, recuerda un poco a lo que ocurrió en Francia, en la represión a los triunfadores de la Comuna de París, que son aplastados por la acción conjunta de las fuerzas de Thiers, y los apoyos del ejército de ocupación alemán. 

Sobre lo que sucede en Pasto y en la frontera dan cuenta informaciones que se publican en el periódico El Pupo, que editado en Tulcán refiere las escaramuzas fronterizas.

Aquí, como resultado de la acción reaccionaria, mueren muchos cuadros socialistas y liberales de raigambre masónica. Es también una lucha entre símbolos, insiste nuestro autor en recrearla. 

Recordando el Barrio mítico de La Culebra, que remite a la simbología recuperada por Simón Bolívar en su Carta de Jamaica (1815), para contrastrarla con la imaginería de la Virgen Inmaculada que pisa la cabeza de la serpiente.

La debacle del radicalismo
La derrota de la experiencia de las Sociedades Democráticas y los intentos socialistas utópicos impulsados por la influencia subversiva de la Comuna parisina tendrá repercusiones en la historia posterior de Colombia. Pues se desencadenará luego una guerra civil más brutal, para responder a la imposición de la Constitución Centralista de 1886, precedida por un Concordato firmado entre los artífices de la Regeneración, Rafael Núñez y Miguel Antonio Caro, con el Vaticano (1885).

El avance de la “Regeneración” vendrá acompañado al filo del siglo, por la pérdida de Panamá, que es la presa que el gobierno conservador entrega al intervencionismo de Theodoro Roosevelt, a cambio del “apoyo” del tercero imperialista que disuadió con su marina de guerra al general Benjamín Herrera de continuar la guerra en Panamá.

Es el Istmo el último lugar para este desenlace catastrófico. Allí se concentran los ejércitos del general Benjamín Herrera que reciben el apoyo de las tropas liberales movilizadas por el General Eloy Alfaro desde el Ecuador, para recuperar el terreno perdido en Panamá, en lucha contra los conservadores del general Víctor Manuel Salazar.

Aquel dilema se resolvió primero  con la firma de la Paz de Neerlandia, entre liberales y conservadores, y luego a bordo del Wisconsin. Allí se sepulta, por un buen tiempo, la rebeldía plebeya, traicionada, por los militares liberales radicales, que se dispusieron a firmar un armisticio.

La pluma magistral del Gabo recupera en la ficción la figura del decrépito coronel Aureliano Buendía, que parece calcado de la trágica figura del general Rafael Uribe Uribe, quien, en efecto, firmó la paz en la Finca Neerlandia.

El coronel es un militar supérstite, errante de la Guerra de los mil días. Él el hilo rojo que simboliza el manifiesto político de “Cien años de soledad”, que se extiende dramáticamente hasta nuestros días de renovada, brutal violencia.
Esta guerra interrumpida, con un hiato de 45 años, es el resultado de un divorcio entre las multitudes y sus dirigentes. Es una traición de los intelectuales, doblegados éstos por las tentaciones de la reacción, y por sus creencias deístas. 

Engañados todos, entonces, por el apoyo manifiesto, voraz del centinela extranjero armado, el heraldo de la expansión capitalista sobre Suramérica, que el propio Bolívar fracasó en conjurar en la temprana Anfictionía de Panamá en 1826., con la que se opuso pírricamente a la Doctrina Monroe.

HISTORIA SUBALTERNA REGIONAL

NARIÑO: COMUNEROS  Y SOCIALISTAS, 1872-1880.

Miguel Ángel Herrera Zgaib.
Director Grupo Presidencialismo y Participación, UNal/Colciencias
Profesor Asociado, Ciencia Política, U. Nacional, Bogotá.



Preámbulo, presente y pasado

                                                                         El 1o. de enero de 2016, con la toma de posesión, casi insólita, de hijo y padre, Camilo y Cayo Romero, de la gobernación de Nariño, y la alcaldía de Ipiales,  repasemos las luchas subalternas que signan la historia de la ciudad de los Pastos desde el siglo XVIII, fijando la atención en una coyuntura significativa.

Pero, ahora, el énfasis quiero hacerlo, fruto de mi diálogo con Carlos Puyana, basándome en el historiador y ensayista Carlos Arturo Jaramillo Giraldo, para revisar su libro: “Utopías en reversa alterna. Alcalde Socialista en Pasto, 1872-1880”. Es un texto publicado con el auspicio de la Universidad de Nariño en 1996.

De Carlos Arturo, por sus apellidos, y nacimiento en Armenia, infiero un parentesco  con el político liberal anapista José Jaramillo Giraldo, y su hijo, el filósofo e historiador de la cultura, Rubén Jaramillo Vélez, quien  prepara una publicación de ensayos sobre la obra y la vida de Carlos Marx durante este año.

Jaramillo Giraldo estuvo interesado no sólo en la literatura, sino en el rastreo de la genealogía y proyecciones de las Sociedades Democráticas. Es lo que registra en buena parte del bolsilibro de 193 páginas, más anexos documentales, “El Pupo” y una semblanza sobre Armando Oviedo Zambrano, los que abarcan siete páginas más. Es ésta una modesta edición, por forma de presentación más no por su contenido, por lo que amerita una nueva edición.

El autor, profesor de literatura latinoamericana en la Universidad de Nariño desde 1979,  tiene un estilo en que destaca la concreción, cierta erudición, el entusiasmo por el psicoanálisis, y la tercera persona en lo narrativo. Él reconoce, además, la importancia del trabajo de Armando Oviedo Zambrano y el colectivo, Pasto Bandera Verde, estudiosos del hacerse y existir de la Comuna de Pasto.

Oviedo mismo es antropólogo, dedicado a la etnohistoria y la formación urbana temprana en Suramérica. Él mismo es autor  de una monografía sobre Ipiales (1966), El camino o la Serpiente (1985), los Movimientos Cívicos en Colombia (1986), Yacuanquer (1990), entre otras obras destacadas.

Historia oral: repúblicos y rebeldía plebeya

                                                          El escritor advierte que poca fuente escrita halló, por decir, casi ninguna, para su narración, por lo que recuperó la tradición oral, a manera de provocación para esfuerzos de búsqueda mayores. Igual, Carlos Arturo cita como informantes destacados a Alfonso Alexander (capitán Colombia), exsecretario privado del Gral Sandino, al pintor Carlos Tupaz Mejía; así como a ancianos, artesanos y personajes de cabildos quienes escucharon de sus abuelos los relatos que le refieren, aún temerosos de publicitar sus nombres.

En un relato entrecruzado, por menciones a la fundación de logias en el territorio de la Nueva Granada, que empieza en 1808, con la paradójica logia de Cartagena, “Las tres virtudes teologales”. Ella fue centro conspirativo de los criollos, la que a los pocos años, 1811, es seguida por otra, la logia “Lautaro” que integraron entre otros a Andrés Bello, Simón Bolívar, y José María Vergara y Vergara.

El otro hilo de su entramado es  la trayectoria plebeya, rebelde y levantisca, de Estanislao Merchancano, sus milicias invencibles, y Agualongo, al frente de gremios artesanales, y apoyos relativos de parcialidades de Yanaconas y Mindalaes, quienes tienen la interpelación escrita del vicepresidente Santander.

A ambos, el vicepresidente no dudó en llamarlos locos, delirantes, así: 

“…y que piensen UU, solos, metidos en un punto insignificante, hacernos perder nuestra libertad, es el colmo del delirio y de la locura.” (p. 62)

Luego Merchancano se retiró  a Pasto con el indulto de Obando, y fue eliminado con el concurso de aquel general, nos recuerda nuestro narrador. Quien, sobre el destino de Agualongo, hace una suerte de perfil psicoanalítico, para concluir  diciendo que “es un cruzado producto de la religiosidad. En su muerte, se fusiló la vigencia de la religión católica como práctica vivencial.” (p.69)

El analista considera que este episodio “abre la posibilidad de una nueva época. Un nuevo estilo en la creencia popular…La traición a un super-Yo social tiene un pago en la necesidad de llenar el vacío. Un silencio para la posibilidad de una nueva amnesia.” (p.71)

Luego pasamos a la presencia de Obando, después del fusilamiento de Agualongo, y antes con el asesinato de Estanislao Merchancano. Él, reorganiza “sus antiguas milicias de los artesanos y las tendencias lumpenizantes de las guerrillas del Patía.” (p. 75).

Este caudillo regional, de raigambre plebeya y mestiza, por lo demás: “enfrenta a los caudillos grancolombianos, incluido Bolívar…Es la pugna frente a la constitución de 1821, centralista de manera rígida.” Es una lucha que se extenderá entre los años 1826-1840.

El despliegue de los artesanos, aliados de Obando, aliados con los indígenas de la parcialidad de la Laguna, bajo la protección por él ofrecida a los resguardos, contrariando al mismo Bolívar que ordenó extinguirlos, se proyecta como presidente de la precaria república.

Hay acercamiento con las logias, a través de Santander, pero está la disputa entre simpatizantes de la escuela Yorkina y la Escocesa (jacobina). Aquí, en la Gran Colombia el conflicto es en torno al federalismo moderado de Nariño, y el centralismo de Santander, apunta el narrador Jaramillo Giraldo. (p. 79).

Sabido es que la lucha se resuelve en contra de Obando, después de la derrota de Huilquipamba, que celebran terratenientes, burócratas caucanos y santafereños, junto con el gobierno del Vaticano. Obando huye al Perú por la vía al Putumayo. 

Pero la lucha guerrilla se mantuvo en el sur. Hasta el tiempo del presidente José Hilario López, cuando se preparaba el retorno de Obando, quien regresa en 1852, y muestra simpatía  por el socialismo democrático que nunca se concreta.

La encrucijada de 1853

                                                          En 1853, en medio de las dubitaciones del general, Melo encauza las fuerzas populares y se lanza a la revuelta que Obando no respaldó; y renunció a la presidencia, rindiéndose a los poderes de la burguesía comercial y los terratenientes. Surge el partido conservador liderado por Mariano Ospina con la resistencia de Tomás Cipriano de Mosquera, quien propuso la federación, luego de la guerra de 1861. Se establece la Constitución de 1863, se obliga a renunciar a Mosquera, y se integra a los comerciantes bajo la figura de los Estados Soberanos.

En lo ideológico, vacío de acciones de reforma concreta, lo liberal exhibe la derrota de la dominación religiosa terrateniente, y en su lugar la libertad masónica. Aunque Manuel M. Madiedo esgrime en contraste el credo socialista conservador como “la única posibilidad de entendimiento entre los colombianos, a fin de que no vayan a seguir en la cruenta violencia…” (p. 110)

Se emplaza la disputa entre el Vaticano y el Estado, que tiene como personajes, primero, al obispo Elías Puyana, luego al vicario general Rafael Cabrera, y la disputa de los Felipenses que apoyan a Francisco de la Villota. Disputas en las que se destacaron el presbítero Burbano Maya y el padre Chicaiza, aliados de las fuerzas populares.

 El asunto se resuelve, a la postre, con el nombramiento por Roma del obispo Manuel Canuto Restrepo, dice Jaramillo Giraldo, que aterroriza  por su fanatismo, y su posesión se dilata hasta 1872.

Los Ecos  de la Comuna de París (1871)

                                                        El ejercicio doctrinario y de gobierno del obispo Canuto Restrepo, quien destituye al vicario Rafael Cabrera, se extralimita y solivianta los ánimos de la comuna, que se expresa en panfletos anónimos. En Pasto, la comuna se expresa a través de los entresijos de liberales y conservadores, que ignoran las necesidades y reclamos de las masas populares.

Así, ellos alimentan a la Comuna de Pasto que dirigen los hermanos Guerrero y Legarda, quienes simpatizan con el socialismo cristianizante, en que se cruzan los socialismos franceses y la versión cristiana del conservador Manuel M. Madiedo, apoyado en la tríada familia, propiedad y civilización cristiana, y autor de “La ciencia social o el socialismo filosófico,” que tiene un epílogo de Pedro Proudhon (1863).

Con los Guerrero estuvieron, dice Jaramillo Giraldo, el poeta Luis Felipe de la Rosa, el comerciante Bernardo de la Espriella, dueño del almacén El Artesano. Por esas fechas, en México, en el periódico El Socialista se publicaron los estatutos generales de la Primera Internacional Comunista, en los que intervinieron Bakhunin y Marx.

El barrio La Culebra es el más destacado en la organización de las sociedades democráticas, donde concurren artesanos y desterrados, que lo perdieron todo en las sucesivas guerras de lo señores.

El proceso de la rebelión

                                                          Arranca a mitad de 1872, y tiene a los carnavales de enero como catilizador previo, donde se hizo diversidad de alusiones a los acontecimientos revolucionarios de París del mismo año. Los sucesos se revuelven y refuerzan con las polémicas al interior del clero. Lo cual tiene repercusiones al interior de la Comuna.

Se está próximo a las elecciones, y los curas diocesanos están en franca oposición al obispo nombrado por Roma, y a su disciplina para perros y los abusos administrativos que comete. La dirección de los rebeldes la tiene el cura Chicaiza, y fundan una escuela taller para niñas.

Los conservadores son influyentes al interior de la comuna, y un cura de apellido Ruiz, trata de organizarlos, combinando clientelismo, presión militar y préstamos en efectivo, buscando quebrar el entusiasmo democrático, en particular en La Culebra, foco dizque de socialistas, comunistas, y, claro, defensores de la educación laica, no religiosa.

Las elecciones, mediante el voto indirecto, a la postre, favorecen la alianza entre liberales y radicales frente a los conservadores, y son apoyados por el Estado del Cauca. El obispo Canuto continúa su prédica disolvente entre fracciones de los Filipenses, en la que se mezclan terror, defensa de la familia, libertad de cultos  y reconocimiento, dicen, de los resguardos. 

De otro lado están liberales, comerciantes y socialistas democráticos, quienes se mueven entre remates a los bienes de manos muertas y la urgencia de una reforma agraria para los sin tierra que habitan despojados la Comuna.

Se agita la guerra popular contra los conservadores que amenazan con la insurrección, y los Communards  reciben apoyo del batallón Facatativá, que llega en febrero, enviado por el gobierno central de Bogotá. Es lo que narra nuestro autor guía, de los relatos reconstruidos a través de diversas historias orales. Las fuerzas conservadoras se rindan y se decreta un armisticio, que no lo recibió bien la mayoría.

Hay un ejercicio de deliberación masiva entre la población plebeya en armas, y para el año 1877, llegan hasta a forzar las puertas del convento filipense para apresar a los aliados del conservatismo inflitrados. Estos resultaron ser, según los comuneros, los presbíteros Chicaiza y Ruiz, que tenían ya reconocidas posiciones de liderazgo, y preparaban la destorcida, como la vivida con las capitulaciones firmadas por los Comuneros un siglo atrás con el arzobispo Caballero y Góngora.

Los dos prelados y los subalternos

                                                             Los dos prelados son desterrados al Ecuador, y allá viajan custodiados por tropas del gobierno, y se asentarán en Atuntaqui. En marzo de 1877 se produce el nombramiento de José María Guerrero, en Pasto, con mayoría en el concejo. Es, nos recuerda Jaramillo Giraldo, la primera real elección popular, con alianza de liberales revolucionarios y socialistas utópicos. Se juntan contra el anticlericalismo, y son apoyados por César Conto, que preside en el Cauca, quien tiene una propuesta socialista de corte anarquista.

El obispo Canuto excomulga al alcalde Guerrero, y su hermano, son denominados “guaguas negros”, que eran los luchadores políticos de la independencia, pero que ahora era denominación peyorativa y demoníaca. En respuesta circuló un volante, impreso el 30 de septiembre de 1877, publicado por la Imprenta de Agustín Ramírez, que encabeza:



“Nos, José Ma Guerrero, por la gracia del Gobierno, jefe de la municipalidad de Pasto, en nombre del pueblo y por autoridad de la ley,… declaramos excomulgado contagioso o público a don Manuel Canuto Restrepo, alias Trabuco, ex obispo de Pasto, reo prófugo, natural del porquerizo pueblo de Abejorral; lo declaramos separado del Gremio de la sociedad colombiana…” (p. 128)

Después de esta provocación se armaron las milicias populares, empleando los arsenales incautados a los conservadores. Se produjo el destierro, y luego las confiscaciones de bienes eclesiásticos. Se rematan sus bienes, y se piensa en el inicio de una revolución agraria.

A la dirección de la Comuna de Pasto pasan Pedro Marco de la Rosa, Zenón Figueredo y el coronel Tobías F. Montenegro, quien ha animado también la comuna de Ipiales. Hay triunfo militar en el sur, y se piensa también en el Ecuador, donde se espera el apoyo del gral Veintimilla, hasta pensar en la invasión liberal y comunera al vecino país hacia la zona de Imbabura contra los emigrados de Quito y Colombia. Es la extensión internacionalista de la Comuna de Pasto. ( p. 136)


Para entonces se piensa en los artesanos de Quito y los intelectuales que apoyan a Juan Montalvo. Los comuneros ingresan a Ecuador. El presidente García Moreno fue asesinado, y hay el llamado a la guerra santa contra el general Veintimilla. 

(Continúa)


VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera