22 de enero de 2014

¿LA PLAZA DE BOLÍVAR NO EXISTE?
¿LA DEMOCRACIA NO EXISTE EN BOGOTÁ, Y EN COLOMBIA?

                                                                       Con tales afirmaciones, y no a manera de pregunta el alcalde Gustavo Petro, hoy en la plaza de Bolívar, que ha sido "limpiada" de los ciudadanos en rebeldía, persuade a quienes juntan en su causa la defensa de la raquítica democracia sitiada por los sepultureros a sueldo de la promesa de la Constitución social que está enunciada, anunciada en el orden creado en 1991.

Hoy, miércoles 22 de enero, es una fecha crucial, que además está enlutada por la partida de un luchador social, un revolucionario, forjado en las canteras irreverentes, indómitas de la Universidad Nacional que todos queremos, Guillermo Asprilla Coronado, a quien también se ha referido con elocuencia y sentimiento, Gustavo.

A Guillermo también lo he conocido, y en vida, hemos debatido y compartido el significado y el sentido de la democracia, y su reclamo de democracia directa. Con el cual Guillermo se jugó en el campo de la política, en tiempos de guerra y de precarísima paz social.

Cuando tuvo su ejercicio profesional como constitucionalista, y como impulsor de una política social contraria al mercantilismo desbordado y asesino en materia de basuras  y salud. Con ellas ha formado a más de una generación, y, en particular, a Inti, su hijo y coequipero, a quien no conozco, pero sí escuché ayer en el especial del Canal Capital.

La democracia existe, florece, no se rinde

                                                                 Sin duda, quienes aprecian la democracia, y la entienden prácticamente, como ejercicio constituyente, como potencia creadora, no podemos dejar que la causa que representa Gustavo Petro, de combatir el monopolio y el oligopolio capitalistas sobre las basuras y desechos lo saquen de la alcaldía, y reviertan el proceso todavía tímido pero significado de estar con la causa de los muchos. De avanzar con vigor en la abolición de los privilegios, en procura de la igualdad social, sin demagogia, ni tapujos.

Tampoco se le puede dar rienda suelta al  Procurador que pretende respaldar en el ejercicio de  sus facultades inconstitucionales, que mezclan poder disciplinario y poder político, que borra los límites de la división de poderes. Es urgente ponerlo en su lugar, académico, desentrañando su enredo ideológico, que confunde autoritarismo con democracia, y fe ciega con verdad socialmente construida.

También hay que reclamar de una instancia internacional como la Comisión Interamericana que no le de largas al asuntos bajo su conocimiento, y que se pronuncie que se atreva a ser consecuente con la defensa de la democracia que se pregona en los textos.

Es la hora de la Constituyente Social y la democracia

"Respetuosos, pacíficos, dignos pero no pendejos". Palabras de Gustavo Petro, alcalde de Bogotá, 22 de enero de 2014.

                                                                           Es la hora que la Convención Americana, su artículo 23, muestre toda su valía. Se ordene las medidas cautelares y se disponga a resolver de fondo esta falacia jurídica, este entuerto autoritario que hace cada vez más lejana la posibilidad de aclimatar una paz decente, y duradera en una sociedad que la reclama con urgencia. 

Le toca ahora a Bogotá toda, en la calle, proponer la Bogotá social que hace posible que la Bogotá Humana no sea, ni pueda ser flor de un día, que se marchita porque se quiere callar a uno de sus jardineros. Nos toca a todos ser guardianes celoso del ambiente.

La Plaza de Bolívar recuperada, territorio de la democracia ha de vernos concurrir por miles para ensayar el urgente ejercicio constituyente que dote de herramientas al discurso de 1991, en lo que tiene de reclamo de participación e igualdad social. La democracia existe, florece, no se rinde.

Sin duda, quienes aprecian la democracia, y la entienden prácticamente, como ejercicio constituyente, como potencia creadora, no podemos dejar que la causa que representa Gustavo Petro, de combatir el monopolio y el oligopolio capitalistas sobre las basuras y desechos lo saquen de la alcaldía, y reviertan el proceso todavía tímido pero significado de estar con la causa de los muchos. De avanzar con vigor en la abolición de los privilegios, en procura de la igualdad social, sin demagogia, ni tapujos.

Tampoco se le puede dar rienda suelta al  Procurador que pretende respaldar en el ejercicio de  sus facultades inconstitucionales, que mezclan poder disciplinario y poder político, que borra los límites de la división de poderes. Es urgente ponerlo en su lugar, académico, desentrañando su enredo ideológico, que confunde autoritarismo con democracia, y fe ciega con verdad socialmente construida.

También hay que reclamar de una instancia internacional como la Comisión Interamericana que no le de largas al asuntos bajo su conocimiento, y que se pronuncie que se atreva a ser consecuente con la defensa de la democracia que se pregona en los textos.

Es la hora que la Convención Americana, su artículo 23, muestre toda su valía. Se ordene las medidas cautelares y se disponga a resolver de fondo esta falacia jurídica, este entuerto autoritario que hace cada vez más lejana la posibilidad de aclimatar una paz decente, y duradera en una sociedad que la reclama con urgencia. 

Le toca ahora a Bogotá toda, en la calle, proponer la Bogotá social que hace posible que la Bogotá Humana no sea, ni pueda ser flor de un día, que se marchita porque se quiere callar a uno de sus jardineros. Nos toca a todos ser guardianes celoso del ambiente.


La Plaza de Bolívar recuperada, territorio de la democracia ha de vernos concurrir por miles para ensayar el urgente ejercicio constituyente que dote de herramientas al discurso de 1991, en lo que tiene de reclamo de participación e igualdad social.

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VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera