UN DOBLE PRONÓSTICO, Y DOS (E)LECCIONES
miguel angel herrera zgaib
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Empecemos por el fútbol. Hoy, es posible que Grecia y Colombia empaten 1-1, o que si hay goles en el primer tiempo, Colombia logre obtener un triunfo 2-1.
En cualquier caso, mucho tendrá que ver con lo que haga el armador inspirado que conquiste la hegemonía, auto-organizando a los restantes 10 compañeros, en un escenario estratégico para quebrar a la más sólida defensa europea, cuando los griegos están ayunos de volantes y delanteros creativos suficientemente probados.
En cambio, la defensa colombiana es frágil, aunque tiene arqueros de altura y recursos notables en la zona en que el grito o el silencio juguetean en la garganta de los aficionados.
Cerremos con la política. Mañana, a las 5 de la tarde, como en el poema del inmortal romancero, Federico García Lorca, el registador Carlos Ariel Sánchez haciendo realidad una de las pocas promesas que en Colombia se cumplen, esto es, dará los resultados del preconteo sin que le falten mesas por escrutar.
Para entonces, sabremos, uno, si la votación se incrementó, cuando menos en 1 millón de votos, bajando la abstención de la primera vuelta; dos, si las lealtades prometidas por los adherentes de los candidatos derrotados han hecho caso a lo sugerido por sus liderazgos; tres, si la paz o la guerra, como en las anteriores cuatro presidencias es el asunto fundamental que preocupa a los colombianos que creen en la representación política como fórmula de resolver los conflictos.
Luego, a prepararse para acabar con la desigualdad social y los privilegios ancestrales; cuatro, si la no participación de los abstencionistas, y la activa de los que votan en blanco, o anulan su voto, supera el 50 por ciento, y deja abierta a cualquiera de los ganadores la ventana del control y la prudencia en el triunfo que obtengan.
Pero, ¿quién ganará? No sabemos que le han dicho los encuestadores privados a los candidatos en la contienda, pero, si la tendencia advertida en las 5 encuestas conocidas ha capturado el alma variopinta de la nación, y la voluntad que la expresa, ganará la alternativa de paz con el respaldo de los cacaos del gran capital financiero, y el apoyo ancilar de una izquierda que fue inconsecuente en el tratamiento diferencial y claro de la alternativa de una paz democrática, y que ahora tiene que ser un socio de segunda en su obtención, pero clave para que la reacción guerrera con su cadena de errores y bestialidad no triunfe.
En cifras, pienso que el triunfo de Santos, de mantenerse el volumen de la votación anterior no superará los 200.000, y si hay un incremento de un millón alcanzará a una diferencia del medio millón de votos, y proporcional a tal incremento.
Fútbol y política se tocan, pero son trayectorias paralelas. Ambas son juegos de estrategia que apasionan, pero en el presente caso, en la política, los perfiles individuales de los "líderes políticos de ocasión" son personalidades de segunda, pero el "innovador relativo", apropiado para luchar por la hegemonía del bloque dominante sobre los subalternos no es el candidato del uribismo, sino el portaestandarte tardío de la tercera vía, el liberalismo socializante que coopta, en lo posible la marcha de la revolución democrática de los de abajo, sin los cuales su triunfo se tornará en amarga derrota.
En todo caso, tenemos que estar preparados con autonomía, para encarar cualquiera de los escenarios con un tercer imaginario, en apariencia minoritario, y sin clara representación, el imaginario de la paz democrática, cuyo contenido efectivo estará dado por el ejercicio multitudinario que se obtendrá en la dinámica de una constituyente social, que corrija las inconsecuencias del rumbo fijado en la Constitución de 1991, que, sin embargo, dejó la marca de una tarea a cumplir por los muchos de este país, "que la igualdad sea real y efectiva", más allá de ls vicisitudes del orden estatal.
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