19 de abril de 2013


HIPOCRESÍA OLIGÁRQUICA,  PRESIDENCIALISMO  Y ELECCIONES


Miguel Angel Herrera Zgaib.

Profesor Asociado, Ciencia Política, Unal.

Director Grupo PyP.
presid.y.partic@gmail.com



La ley del embudo
                                  El expresidente Andrés Pastrana reclama a Santos, y a su canciller, que se haya hecho reconocimiento del triunfo del presidente Nicolás Maduro, ante el hecho que hay un reclamo de recontar el total de los votos. Según él, la estabilidad regional está en peligro de prosperar la proclamación hecha por la mayoría de los rectores del Consejo Nacional Electoral.


La auditoría ciudadana reclamada, y aceptada por los dos candidatos, al día siguiente tuvo otro tratamiento, porque Maduro no lo aceptó. Las cifras que ofrece el conteo oficial al público son cifras globales, y no discriminadas, es lo que alegan.



Hoy se discute en Colombia  la legitimidad de la elección en Venezuela, pero, la hipocresía de la oligarquía nacional, y la que gobierna a España, es no aplicar este mismo criterio, de ser cierto, en la elección estadounidense, por ejemplo, del año 2000. Entonces se disputó el resultado electoral que eligió a George W. Bush.

Allí  no se aceptó el conteo voto a voto en el estado de la Florida, donde se realizó el alegado fraude. La Corte Suprema de Justicia avaló el no conteo, y quedó pendiente el reclamo de fraude. Nada dijeron Andrés Pastrana y cía. No hubo ninguna exigencia, y menos una acción moral o política para aquella elección trucada.


Igual pasó con el caso de México, desde el tiempo de la elección de Carlos Salinas de Gortari. Hubo reclamo por fraude del perdedor, Cuauthémoc Cárdenas,  hijo de Lázaro Cárdenas, en la elección de 1988. Luego se repitió contra el candidato del PRD, Andrés López Obrador enfrentado a Felipe Calderón.

En México se auditó el 51/54 por ciento de los votos, y no aceptaron más. En el caso de la elección de Salinas de Gortari, no ocurrió esto. Pero, la oligarquía gobernante en Estados Unidos, Colombia, y en España también se calló, y tampoco dijo Andrés Pastrana y su hermano Juan Carlos, airado ante el recorderis de lo que pasó en la elección de su padre Misael contra Rojas Pinilla, el 19 de abril de 1970.

La Ley Venezolana y la historia colombiana 


"La comparación es cobarde. Una puñalada trapera. No me parece válida." Reacción de Juan Carlos Pastrana a los comentarios y observación hecha por Felipe Zuleta en Blu Radio, Colombia.


                                         A contrario de lo que pasa en la actual Constitución de Colombia, que se autoproclama democrática, la de Venezuela permite  el auditaje del 54 por ciento de los votos emitidos, y lo realizó de oficio en esta oportunidad, con la presencia de la veeduría internacional.  Para que, en cambio, ocurra  un reconteo del 100 por ciento, que es distinto de la auditoría, ello tiene que ser demandado formalmente.


Lo que en  efecto pasó el día miércoles 17 de abril, es que Henrique Capriles y el MUD solicitaron  ante el Consejo nacional electoral, CNE, que se realice el auditaje del 46 por ciento restante de los votos emitidos. Lo cual ya fue aceptado por el CNE, y tardará 30 días en conocerse el resultado. 

Ahora, en su reclamo al gobierno nacional, escrito y verbal, el  expresidente Andrés Pastrana perdió la memoria de cómo resultó elegido su padre, Misael, quien ganó la elección por 64.000 votos, sobre el “incumbente” de entonces, el general Gustavo Rojas Pinilla. La protesta popular fue reprimida con el toque de queda decretado a las 7 pm., por el entonces presidente Carlos Lleras Restrepo.


Años después se dieron los testimonios del gobernador de Nariño, y del tigrillo Noriega, quien fuera el ministro de gobierno, cuando hubo tal “chocorazo”, el fraude reclamado. El decir popular es que el embuchado ocurrió en el Departamento de Nariño que hizo posible el triunfo del candidato del Frente Nacional. Será la ciudadanía del sur, la que lo avale cualquier día. Pero lo que nadie olvida aquel 19 de abril es la ida de la luz, y la suspensión intempestiva del conteo, que solo se reanudó en todo Colombia alrededor de las 10 de la noche.

En esta comparación subsiste una diferencia numérica entre la elección de Colombia y la actual de Venezuela está en la siguiente proporción. Aquí el supuesto fraude se expresó en 64.000 votos, mientras que en Venezuela la diferencia en votación entre Maduro (7.575.506) y Capriles (7.302.641)  fue de 272.865.


Conviene recordar que hasta el día de hoy se sigue insistiendo en que la elección de Pastrana fue válida, pero no había representación paritaria de Anapo en el Consejo Electoral de Colombia, ni cosa que se le parezca. La mayoría la tenían liberales y conservadores, quienes eran los dueños del Frente Nacional que excluía a tercera fuerzas por sanción plebiscitaria.
Peor aún, aquel arreglo político había hecho nugatoria la democracia liberal en el país hasta la promulgación de la Constitución de 1991, y casi todos tan campantes, incluido el expresidente al que le cabía el país en la cabeza, que lo que en verdad rechazaba con el MRL era la alternación partidista, porque coartaba la libre competencia bipartidista. 


La protesta,  las irregularidades alegadas y la solución 


“Hemos acordado en el marco de lo permitido en la norma electoral, ampliar la auditoría de la verificación ciudadana en su fase dos que se inició el día de hoy (jueves 18.04.13) para realizar la auditoría sobre el 46 por ciento de las cajas de resguardo que no fueron auditadas el día de la elección.” Tibysay Lucena, presidente del CNE, Venezuela.


“La embajada de Estados Unidos es la que ha financiado los hechos de violencia… ¿Qué tiene usted que estar hablando de Venezuela? Nosotros hemos decidido ser libres y vamos a ser libres e independientes, con ustedes o sin ustedes…” Expresiones de las autoridades gobernantes en Venezuela.


                                 En Venezuela, Colombia, y en cualquier lugar del mundo tiene que existir una auditoría de votos,  cuando menos del 52 o 53 por ciento, atendiendo a lo que las estadísticas señalan. De modo regular, en términos de tendencia  ello garantiza una prueba realista de que no hubo fraude.
En las condiciones de Venezuela por acuerdo entre la oposición y las fuerzas de  gobierno el auditaje cubre el 54 por ciento de la votación, hecho sobre puestos de votación escogidos en forma aleatoria con la presencia de testigos de las diversas candidaturas, y con la presencia de la ciudadanía que quiera asistir a presencia este tipo de “conteo”.


Colombia no aplica esta fórmula, y lo que sí ocurre es que en caso de impugnación de elecciones se realiza un reconteo de los votos, que aquí es todavía manual y con el cotejamiento de lo consignado en las respectivas actas de votación que son firmadas por los jurados de las mesas respectivas.
Los partidarios de Capriles conocían de antemano dicho trámite, y asistieron al auditaje y lo avalaron en su momento. Sin embargo, Capriles hizo el llamado a la protesta callejera y al cacerolazo, reclamando un fraude electoral a favor de su contendiente. El resultado está contabilizado a la fecha, hubo ya 8 muertos, y cuando menos 61 personas heridas.
La última persona falleció el 17 de abril, Rosiris Reyes, militante del PSUV, herida de bala por la espalda. Ella fue atacada cuando defendía el Centro de Diagnóstico Integral (CDI) de La Limonera, en el municipio de Baruta, Estado Miranda, donde el gobernador elegido fue Henrique Capriles, y donde el MUD es la mayoría. Allí murieron también Luis E. García, José Luis Ponce del PSUV.
Hasta la fecha el MUD no reportó la muerte de ninguno de sus simpatizantes o militantes, y tampoco ha dicho que alguno de los demás fallecidos, Ender Bastardo, el niño Rey David Chacín, Henry Rangel , asesinado en su propia casa, en el estado Táchira, el indígena wayúu José A. Hernández , o el policía Keller Guevara, lo fuera.
En cambio, el ministro de comunicaciones, Ernesto Villegas, acompañado del canciller Elías Jaua, sí desmintieron públicamente a  Capriles, cuando denunció fraude en el Municipio de Carache, Estado Trujillo, en el puesto de votación del Liceo Saldivia. Sostenía que el acta de votación acreditaba 712 votos, superiores a lo permitido según el respectivo listado. Aparecían según la denuncia 712 votos contabilizados, y lo autorizado era 530.
La verdad probada por los funcionarios del gobierno señaló que la denuncia omitía que  las mesas de votación eran dos y no una; sumadas tenían la capacidad, respectivamente de 530 y 536 votos, así que el total  de votos depositados era de 712 votos, repartidos entre ambas mesas con capacidad de 1066 votos posibles.
No es un nuevo escrutinio
“La impugnación se da luego de la proclamación del candidato electo”. Tybisay Lucena
“Esta lucha fue de ustedes y no ha terminado”. Henrique Capriles.
“Ustedes fascistas odian y odian, llenaron de violencia el país (y) ahora dicen Yo No Fui…” Nicolás Maduro.
                                                           El jueves 18 de abril, en reunión extraordinaria convocada por el presidente Ollanta Humala quien preside temporalmente a Unasur, concurrieron 20 jefes de Estado, y todos dieron aprobación a la elección del presidente Nicolás Maduro, de conformidad con los trámites establecidos y cumplidos por la ley electoral de Venezuela.
Se ha dicho, igualmente, que hubo voces de los presidentes de Chile, Colombia y Perú en el sentido de señalar la conveniencia de hacer el auditaje, que no el reconteo, de los restantes votos, y condenar los actos de violencia ocurridos.
Enterado Henrique Capriles, con anterioridad al pronunciamiento de los presidentes reunidos en Lima, que el CNE hará la auditoría del 46 por ciento restante, hizo pública su aceptación. Y hoy viernes se realiza la posesión oficial del presidente Nicolás Maduro. A la cual concurre el propio presidente Juan Manuel Santos, en lugar del vicepresidente, acompañado de la canciller.
El pretexto era que Santos tenía que ir a la sesión de clausura de la reunión de alcaldes reunida en Cartagena, donde los ministros del interior y de vivienda, el día anterior fueron objeto de abucheos, reclamos y censura de sus actuaciones por los burgomaestres asistentes.
Antes, la cuenta twitter de Maduro fue hackeada 48 horas, y se adujo que el bloqueo se hizo desde Bogotá. Se realizó el saboteo del sistema eléctrico en los estados de Vargas, Miranda  y Aragua. Se cortó la luz como pasó en la elección presidencial colombiana de 1970.
Ahora bien, si la oposición hecho el auditaje acordado sobre el 46 por ciento restante no acepta el resultado, podrá realizar entonces una impugnación ante la sala electoral del Tribunal Supremo de Justicia, para que se produzca el reconteo de la totalidad de los votos. Ello podrá  hacerlo a partir de la proclamación del candidato electo.
Lecciones para todos
                                         Después de la tragedia vivida en Venezuela, encendida por una oposición que no confió en el uso de los mecanismos institucionales frente al resultado adverso obtenido, está en cuestión la confiabilidad del uso de medios electrónicos en la elecciones, y el uso de la  auditoría regular sobre le 54 por ciento de los votos.


Colombia acaba de vivir la experiencia de aplicar el voto electrónico en la elección atípica del Huila, donde hubo un solo candidato enfrentado al voto en blanco, para reemplazar a la gobernadora removida. Triunfó Camilo Iriarte, pero, en cambio, hubo una abstención del 72 por ciento, a que se suman los 79.000, y tantos votos en blanco.  
Cualquiera podría preguntarse, ¿cuál es la legitimidad de esta elección?. Peor aún, a diferencia de Venezuela, Las minorías votantes han sido la constante en las elecciones colombianas, incluyendo la elección de delegados para la asamblea constituyente, 1990-1991, como se recordará.
En el caso actual de Venezuela, esta vez, votó algo menos del 79 por ciento de la ciudadanía. En comparación con nosotros, o con Estados Unidos, o España, cuál es el orden político legítimo, el de Colombia o el de Venezuela. De ahí que, para las democracias liberales, y las que no lo son siquiera, la fórmula de la legitimidad legal racional teorizada por Max Weber haya sido hasta nuestros días la opción más socorrida y acatada.

Violencia y revolución informática

                                              Sin embargo, estamos en presencia de la cuarta revolución técnica, la informática. En materia de confiabilidad electrónica, hay, parece, la disputa en torno a la manipulación de los programas de computación, y se alega tercamente también que no hay posibilidad de prueba de su validez. Y de paso se pone en entredicho la estadística que da sustento y rigor a los auditajes regulares.


Pero, ¿qué decir, y concluir, entonces de la información contenida en los discos duros, memorias capturadas y empleadas en contra de las Farc-ep, las Auc, y los congresistas para-políticos, y los inversionistas ladrones? Es ella confiable, ¿con cadena de custodia, y todo lo dicho, incluidos?

Es muy importante que al respecto respondan los expertos, empezando por el Registrador Nacional del estado civil, para hacer claridad de una vez por todas, en la utilización confiable de las cifras electorales en Huila y en las elecciones por venir.


En ningún caso, hay razón para el uso de la violencia, de parte del partido gobernante, ni tampoco de la oposición, para resolver la exigencia de verdad en el proceso electoral venezolano.
Ahora es, como efecto no querido,  la oportunidad para que Venezuela muestre que, en efecto, avanzamos con ellos  hacia la necesaria construcción de una democracia real en América Latina. Por lo pronto, el resultado definitivo del auditaje queda en suspenso, pero no la elección presidencial proclamada el viernes 19 de abril, 203 años después de la independencia de Venezuela del poder colonial español.
Se ha producido la ratificación por del presidente elegido del auditaje, y seguramente no se opondrá, en el caso que se presentara una impugnación del resultado general de la elección, por Capriles y el MUD. Se trata de  respetar la palabra empeñada, cuando pronunció su discurso de victoria, y darle inicio a un nuevo gobierno, que sin duda no es el de Cdte Chávez.

Responder a los desafíos nuevos, tomando lo útil del legado chavista, y mostrando sus condiciones de estadista, y lo aprendido en su función de canciller de la república bolivariana de Venezuela, es lo que sigue para el nuevo presidente, sin tener que vivir la suerte de Nicolás de Maquiavelo, segundo secretario de la cancillería de Florencia, quien derrotado, se dispuso a escribir las lecciones aprehendidas contenidas en De Principatibus. De hoy a entonces apenas pasaron 500 años, y nos siguen ofreciendo lecciones.
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