DEBACLE DEL PODER JUDICIAL EN COLOMBIA
¿LA CORTE DE LOS MILAGROS?
Después de 3 semanas seguidas, se destapan las alcantarillas de los bajos fondos que intercomunican a los magistrados de la Corte Constitucional con lo que fue el régimen para-presidencial, un nido de la para-política que agoniza pero no muere aún, como decía Antonio Gramsci hablando de la crisis de un bloque histórico determinado.
Se ha descubierto, primero, por la prensa, y luego por las autoridades, cómo existen conexiones oscuras, de Jorge I. Pretelt, y de exmagistrados litigantes ante las cortes, con los negociados del petróleo en Casanare.
Además, aparecen en escena los paramilitares que mandaron en Casanare están los que han despojado en Córdoba a un sinnúmero de campesinos, y entre otros, a los propietarios de tres fincas, que por triangulación, mediante la esposa del presidente milagroso de la actual Corte Constitucional, lo convirtió en propietario de esas tierras.
Por lo pronto, nuestra facultad de Derecho y Ciencia Política, en la Universidad Nacional de Bogotá, y en concreto el departamento de derecho y sus vinculados y adscritos nada dicen, nada dicen. Tampoco reaccionan tomando posición frente a esta agonía infecciosa, contagiosa de la justicia nacional. Ni siquiera hay un foro, un ademán de emergencia, que nos ponga a contravía de la corrupción.
¿Hasta cuándo?
No hemos visto, por lo pronto, y por fortuna, que egresados de la Nacho mojen prensa como protagonistas de esta verdadera "Corte de los milagros", que ha difuminado en el mercado de favores y fortunas, lo que de bueno ha ofrecido a un país atravesado por la incumplida promesa de la igualdad real y efectiva.
Por el contrario, el quehacer de Pretelt y sus asociados, así como la deferencia de sus colegas en el tribunal de las libertades, horada y mermea con sus miasmas el primer paràgrafo del artículo 13. Esta trinchera parecía en algún sentido resguardada, después de haber "autorizado" la primera reelección de la cabeza del régimen para presidencial, y rectificado su rumbo equivocado al haber impedido la segunda.
Es necesaria la movilización general, de todos los modos posibles, contra esta nueva, abierta, descarada afrenta a las libertades de los colombianos, que no a la justicia, que duerme el brutal sueño de "los justos" desde que bloqueó la participación ciudadano, poniéndole talanqueras en el Congreso, y luego con la aprobación de la reelección por una vez, y hasta ahora.
Pese a que muchos beneficiarios actuales o potenciales, porque están en turno de ser promovidos a esos estrados, se descosan en alabanzas que tienen apoyos en actuaciones pretéritas, con excepción de impedir el descaro de la segunda reelección, que fue la despedida triunfal del magistrado Humberto Sierra Porto, quien nos representa en la Corte Interamericana con sede en Washington.
¿Y los aprendices de abogado y jurista?
La intelectualidad que se forja y que convive en la Nacional tiene que tocar a somatén; sin dejarse distraer por los esperpentos de una procuraduría afectada de sordera, y una comisión de acusaciones maniatada por corruptos partidistas de toda laya.
Vuelve a ser la hora de la sociedad civil de abajo, para limpiar, con cordura y firmeza al "establo de augías". Así las cosas, la universidad es atalaya y reserva de las mejores y más plurales energías de la nación, ¿o lo era?
Es urgente que se convoque a un congreso extraordinario de todas las facultades de derecho, sin excepción, para fijar correctivos y pautas de todo orden a nuestra administración de justicia, y al deshonroso ejercicio de la profesión de litigante, tratadista, o jurista de cualquier campo de este saber técnico. Es un plazo y una condición que se cumplieron hace rato, antes que la causa se pierda definitivamente, o repose en anaqueles repletos de causas no resueltas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario