18 de febrero de 2014

En el natalicio del nacimiento del expresidente López Michelsen

 EL LONGEVO  LÓPEZ, UN BUEN BURGUÉS 


                              "Para no agriar la fiesta, el baile de las ilusiones perdidas."


"Alfonso López fue encargado de la cátedra de Derecho Constitucional desde 1939 hasta 1943. Su sueldo fue de $60 pesos... Para el año 1958 su sueldo era ya de $108 pesos." Cita de Ignacio Mantilla, en el homenaje y foro de 18/02/2014,  rector Universidad Nacional.


                                      El 17 de febrero, en un programa de la emisora de la Universidad Nacional, a manera de tertulia, el historiador César Ayala, el constitucionalista Carlos Gaviria, Alfonso López Caballero, y el colega Marcos Romero, de Ciencia Política, y el expresidente Samper intervinieron.

Carlos Gaviria, evocando sus conversaciones con el mercurial López, se preciaba de escucharlo en reuniones de cierta intimidad recitar poemas, y conversar de temas diferentes a la política cotidiana.


El problema no resuelto de la hegemonía


"Desde el siglo XIX la formación intelectual era una tradición de los políticos colombianos...Alfonso López Michelsen era ilustrado". Cesar Ayala, historiador de la política, U. Nacional.


                                         En la conversación radial, Carlos adelantó la siguiente reflexión, "la formación intelectual se ha ido alejando de la política"; y trajo a cuento unos ejemplos: "Un político intelectual era Carlos Lleras...Pienso lo mismo de Álvaro Gómez...Al doctor López lo considero más bien un intelectual político..."


Pensándolo bien, aunque no lo haya leído en notas escritas por López Michelsen, para sus años mozos un ejemplo de intelectual liberal era Benedetto Croce. Vivió la experiencia italiana de la primera mitad del siglo XX, con cierto grado de "diletancia" intelectual erudita, sin restringirse de intervenir en política. Pero, a diferencia de López, se resistió a la tentación de ser presidente de Italia, aunque, si mal no recuerdo, ostentó el título de senador vitalicio.


Pero López M, fue más allá, quiso alcanzar la sombra de su padre, y pretendió ser reelegido, y como Carlos Lleras fracasaron en el intento. El primero fue la piedra en el zapato para darle el lugar al político de la milimetría clientelista, Julio César Turbay Ayala. 



El momento de la coacción

                                  Así, López reabrió la caja de Pandora. Él mismo, en su soberbia, la había destapado a sangre y fuego en los "insucesos" del paro cívico nacional de 1977. Con el debido cinismo, culpó a Bertha Hernández de Ospina, y al cachorro político de Ospinas y Cía,  Misael Pastrana. 

Quizás, entre otras cosas, porque la UTC, la central obrera teñida de azul y forjada por los jesuitas en los años 40, hizo parte del comando nacional de paro. Este fue el antecedente de lo que al final no fue, una Central Única de Trabajadores con pluralidad suficiente. Lo que quedó a la postre fue la CUT, que ha ido de tumbo en tumbo.


En pocas palabras, el liberal ilustrado, que estudió en Bruselas y París, bajo el cobijo de Pedro Latuf, sirio-libanés, un gran jugador de póker y caballos, multimillonario, con apartamento en la Ciudad Luz, recordó antes de entregar las banderas del MRL, que él era "un burgués".


 Exigido por la juventud del movimiento, cuyos líderes eran Álvaro Uribe y Luis Villar, entre otros, de la que hacía parte muchos jóvenes universitarios y el más preparado de los hermanos Vásquez Castaño, estudiante de derecho en la U. Libre, el intelectual transformado en político tuvo bajarse del tren de la "revolución liberal", que su padre, un reformista controversial de la generación del Centenario había echado a andar, junto a Laureano Gómez.


La hegemonía del dinero


                                            Como lo recordó Marco Romero, por otras razones, López Michelsen menospreció la reforma agraria, que hubiera sonrojado a otro López, al antioqueño Alejandro, quien a comienzos del siglo pasado escribió al respecto, en "Problemas nacionales", reclamando atención urgente por el atraso nacional en resolver el problema de la tierra. 


Al hacerlo parte de su ideario tardío, López traicionó el manifiesto original del MRL, como lo recordó César Ayala. Se colocó de espaldas al campesinado, y no tuvo interés suficiente para articular sus intereses a los de la burguesía, en una apuesta democrática, sino dejarlo a merced del despojo ilegal, la usura y la naturaleza, como ocurre hasta hoy.  

En pocas palabras, López Michelsen no fue tampoco capaz de ajustar cuentas con la generación del Centenario, y con esa falta crucial, ya sobrepasamos cien años más, y estamos ad portas, en el cuarto intento de negociar la paz con una parte del campesinado en armas, insurrecto contra la miseria y la exclusión. 

Algo tiene que ver en esto lo aprendido en su particular genealogía como sujeto. Los ancestros del joven López, juntaban al nieto de un banquero quebrado, entusiasta de la especulación con el tabaco, el café y otros productos agrícolas de exportación, con el heredero de la familia Pumarejo de la Costa, tan afecta a los efluvios señoriales de prosapia terrateniente, nuevos y viejos.

Por eso, pienso que no era gratuito que en sus iniciales pinitos, el abogado graduado en Santiago de Chile, se metiera en los líos de la trilladora Handel, de una parte, y de otra con el negocio de Bavaria, cuando la II guerra mundial estalló, y Colombia se unió a la causa de los aliados; y la familia Koeppel quedó  "ubicada" del otro lado, los enemigos, por sus ancestros alemanes, y fueron objeto de despojo y ávida rapiña.  

No se equivocaba el padre, el viejo López de señalar que a su hijo, por sobre todo, le gustaban los negocios. Repitiendo, sin darse cuenta, su mismo periplo. Afectado en parte por el sino de los López, quienes descubrieron que en un capitalismo como el colombiano, cotrahecho por la ausencia de la libre competencia, el mejor negocio era el capitalismo político. 

En cambio, la formación social colombiana tuvo el capitalismo impulsado por el comando sangriento de "junkers"  y banqueros. Es el mismo que se vuelve a estilar ahora, cuando el mejor heredero de López el joven, Álvaro Uribe Vélez, y Uribito trataron de llevar hasta el extremo el despojo del campesinado pobre y medio, con el "cuento de la modernización" estalinista.


Esa misma vocación no la perdió siendo ya un político activo. De modo visionario, después de su forzosaa estadía en México, López aprendió la importancia de invertir en medios de comunicación. Fue propietario de la cuarta parte de las acciones de Caracol, de la que fue cofundador con  Sanz de Santamaría, propietario de otro 25 por ciento. Hoy por hoy, Caracol Radio está en manos extranjeras. Es el grupo español Prisa quien le da la última palabra al cuasi monopolio de la palabra hablada, porque la otra cadena es propiedad del conservador Carlos Ardila Lulle.


Una lección familiar que se repite


                                       Los hijos de López "el joven", Felipe en particular, ha seguido la lección de preferir los negocios "pulpos", y en este caso, a través de otro medio, la prensa escrita, la célebre Semana. Esta, de formadora de opinión, sin pretensión de gran negocio, cuando al frente estaba otro Lleras, Alberto, el más aventajado alumno del viejo López, su nieto, Felipe la convirtió en un gran negocio noticioso, destapando, casi en solitario, escándalos, porque se hundió Cambio, y Alternativa en sus varios versiones tuvo dolorosa sepultura.



Para completar el juego familiar, ahora a Semana la dirige un heredero de otro clan, los Santos, con Alejandro, que con la ida "Cambio" saca provecho del gran festín del chisme fresco que se ventila en los mentideros de la oligarquía bogotana, en el Jockey Club de la noticia, a donde pueden entrar Antonio Caballero, los Santos, pero no los caddies, y mucho menos "los negros y cobrizos" todavía.


Porque, eso sí, nunca gente como Plinio Apuleyo Mendoza podrá pisar el "sancta sanctorum", el otro  Jockey;  quien claro, eso sí, le armó la empresa periodística Semana a Felipe. Tampoco hubo cabida para "negros" como "Forfeeliécer" Gaitán. Así lo llamaba el "humorista" Klim, en una columna de 1945  vuelta a publicar hace poco por El Malpensante. Porque para  ellos hubo hasta hoy "balota negra", como lo recordó Antonio, haciéndole un "torero" desplante a  Plinio, quien de ser rebelde y revolucionario en sus años mozos se despeñó hacia un reaccionarismo hirsuto, del que solo sobrevive su pluma aunque groseramente mercenaria.  


Unas de cal, otras de arena

                                                            Para ir concluyendo con estas breves semblanzas, lo que sí hizo López el joven fue abrir la ventanilla siniestra para captar la bonanza marimbera. También eliminó el impuesto al patrimonio, y le dió un portazo a la cuestión agraria, "el vagón de cola de la economía;"y  autorizó la represión mortal a los manifestantes del paro cívico que después de dos días dejó en las calles de las grandes ciudades un número de protestantes muertos cuyo conteo es inexacto, como lo sigue siendo el de los trabajadores en las Bananeras, en el "Bogotazo," y en los sucesos de la ocupación policial de la Universidad Nacional. 


López Michelsen dejó para otro día, hasta su fallecimiento,  el asunto de la "democracia restringida", que es un eufemismo para la dictadura de una burguesía enfeudada, que en lugar de hacerse hegemónica, impulsando los intereses de los de abajo, a contramano de la reacción, prefiere hasta hoy, explotar hasta el cansancio el trabajo nacional y festinarse los recursos naturales, siempre que se pueda. 

Ahí está el "ganoso" ejemplo del dos veces presidente, Álvaro Uribe Vélez, forjado en las toldas del "Poder Popular", el último eco de la herencia lopista, cuya cabeza visible hasta hoy sigue siendo el expresidente Ernesto Samper, por demás, su acompañante en la lucha por humanizar el conflicto armado colombiano con el cual López Michelsen le puso un honrado colofón a sus últimos años de intensa, mercurial, apasionada vida, donde nunca ocultó su admiración por Danton, de quien jamás envidió su destino trágico, sino su demanda de "audacia", en materia de política y de negocios.

Un dilema no resuelto en 2014: entre Weber y Gramsci.

"El mito nuestro es el de las mayorías, el nuevo mito es el de los turnos (en la política colombiana)." Alfonso López Michelsen, como polemista en el Congreso,


                                                                      Para esta burguesía enfeudada, oír de Antonio Gramsci, y del gran desafío de la hegemonía de los de abajo, que nunca se puede confundir con la burguesa defensa de la legitimidad, siquiera mentar la presencia activa de los grupos y clases subalternas, es una pesadilla que la acompaña y aterroriza desde 1848 en Europa, y en Colombia desde 1854. 

El golpe de estado de los artesanos, algunos campesinos en armas  y un sector del ejército, "las sociedades democráticas" que gobernaron por algo más de dos meses, fue aplastado por el proto-frente oligárquico, liberal y conservador que desterró al general bolivariano José María Melo, quien murió en México, y a un sinnúmero de artesanos que fueron a parar a las cárceles de Panamá, sujetos a las peores condiciones. 

Antonio Gramsci y su propuesta democrática, animada por las multitudes, después de la derrota de la revolución proletaria mundial, enfrentada al liberalismo  y al fascismo no tiene aquí buen recibo. Es lo que ocurrió en Colombia hasta ahora. Primero fue la Unir, después el Frente Unido. Luego corrió la misma suerte el Mrl, después naufragaron los entusiasmos populares que animaron electoralmente a la Anapo, y la UP. 

Ahora se reeditan los temores con las asechanzas directas contra la Marcha Patriótica, que ya contabiliza 30 asesinatos de sus líderes y militantes. Hasta los tímidos ensayos del movimiento Progresistas/M-19, al frente de la alcaldía de Bogotá son atacados por una Procuraduría reaccionaria y ultramontana que reparte mandobles a diestra y siniestra para condenar al ostracismo político a Piedad Córdoba, Gustavo Petro, y Guillermo Asprilla..

Tal y como ocurrió en la Chile del pos-plebiscito que perdió Pinochet, donde Gramsci fue la bruja a quemar en los altares del "gran capital," y hasta la Iglesia Católica reaccionaria se pronunció en su contra, y produjo su ordalía política. Está claro, que la hegemonía de la sociedad civil de los abajo no tiene cabida. 

Tampoco era ello posible para el buen burgués que fuera el señorito López, para quien el "Siervo sin tierra" no podía transpasar el espacio cerrado de la novela, tal y como lo hizo Eduardo Caballero Calderón, su pariente político. López Michelsen quedó enclaustrado en su propio relato entre ficción y fantasía. Él no dejó de ser otro "elegido". Qué le vamos a hacer !!!

No es deseable, soportable un gobierno de los grupos y clases subalternas, en Colombia antes y ahora. Estos ni siquiera llegaron a ser "pasajeros de la revolución," porque el liberalismo colombiano se hundió en el marasmo de la reacción, y ahogó en sangre a sus más audaces reformistas, Gaitán y Galán. 

El premio de consolación póstumo

"No era un hombre político, sino que se perfilaba un gran intelectual colombiano...un tipo especial." Palabras de César Ayala, en el homenaje del 18/02/2014, en la Universidad Nacional de Colombia.

Pero López Michelsen obtuvo un premio de consolación. Al igual que lo consiguió contribuyendo a la causa de Panamá, y de Omar Torrijos, al conseguir la reversión del Canal de Panamá, en poder de Estados Unidos desde 1903. López luchó en los últimos años de su vida, contra viento y marea, insistiendo en la aplicación del D.I.H, y en esa dirección impulsó  el Acuerdo Humanitario, con el apoyo de otro político caído en desgracia, Ernesto, manchado por las trapisondas del proceso 8000. 

Para hacer lo que hizo, López tuvo que corregir su conducta complaciente con el nefasto proceder en materia internacional de Colombia, en cabeza del embajador Héctor Charry Samper, quien resultó defensor de la causa de la dictadura de Pinochet; sometido al imperativo del respice polum, ante el cual se esfumaron las mejores intenciones del autor de "Los sueños de Luciano Pulgar".

Haberlo escuchado hubiera impedido las desgracias humanitarias del gobierno de Álvaro Uribe Vélez, como bien lo recuerda el prólogo de Ernesto Samper a un libro que recoge los escritos y columnas del expresidente homenajeado en la U. Nacional, en el acto Paz y D.I.H, hoy  18 de febrero de 2014.

1 comentario:

Anónimo dijo...

El relato del presidente burgués nos repite las palabras de Jesús, que más fácil es que pase un camello por el ojo de una aguja que un rico entre al reino de los cielos, y que sólo a Dios le es posible ello. Y cuando se da el milagro de Dios nos encontramos ante un santo, que abandona sus bienes, toma su cruz y se dedica a evangelizar, alejado de la cosa pública, que es eminentemente material por lo que es inminente tentación que hace caer almas con nobles intenciones como las prímígenas del erudito constitucionalista quien hecho presidente optó por los groseros pero lucrativos negocios en contradicción de su interés de ayudar las masas necesitadas; cuya hegemonía, parece ser, sólo es posible en una existencia no humana.
Es una lectura amena, sencilla y pedagógica. Gracias.

VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera