LOS INTRÍGULIS DE LA PAZ ASIMÉTRICA
Miguel Angel
Herrera Zgaib
Grupo
Presidencialismo y participación
“La sangrante palabra, enemigo, toca puertas.”
Verso del poeta veenzolano Eugenio Montejo, 1938-2008.
Haciendo historia
“Sin paz no hay nada.” José Eusebio Caro, fundador del partido Conservador de Colombia.
En la noche de la semana que termina, el ex parlamentario y
constituyente, Álvaro Leyva, hijo de Jorge, un presidenciable díscolo al
arranque del Frente Nacional, fue entrevistado por el periodista Hassan Nassar,
un neocon, quien consiguió que su correligionario hiciera ciertas confesiones
que recuerdan o descubren episodios poco divulgados del accidentado periplo del
actual presidente en la encrucijada dos pasiones: repetir en el cargo ejecutivo, y/o darle peso específico a la paz
con las Farc-ep sin más.
Leyva insistió que antes de viajar a darle consejos a las
Farc-ep actuales, lo hizo con Raúl Reyes, y mucho antes con Jacobo Arenas. Y con cierta displicencia oligárquica,
recordó su experticia en estas materias, para recordar como contribuyó a hacer
la paz con el Epl, con el Quintín Lame, y ni modo, dijo, que su semblante
pudieran identificarlo como militante de aquella guerrilla indígena, como sí lo
intenta hace un buen tiempo hacerlo parte de los clandestinos soportes o
auxiliares de las Farc.
Álvaro está a la espera, para empezar, que Juan Manuel le
pase al teléfono, en reciprocidad por aquella vez en que él le prestó el suyo
para hablar con Raúl Reyes, cuando Juanma, “una persona muy especial” anduvo de
“conspiretas”. Pues con la presencia de Leyva, en dos oportunidades conversó en
vida del “rematado” Reyes, a quien contribuyó a cazar en la zona selvática de
Angostura, Ecuador. Es lo que Leyva contó al periodista Nassar, en su programa
360, de la cadena Cable Noticias, cuyos dueños son venezolanos en el “exilio”.
También estuvo el presidente conversando con Carlos Castaño,
teniendo como anfitrión a Víctor Carranza, muerto este año, sin ninguna causa
que prosperara en su contra, y acompañado también por Leyva, que después de
estas “non gratas” coincidencias parecen dos hermanos de la misma estirpe del
Frente nacional, dispuestos a ganarse la lotería de la paz por su inteligencia,
su astucia, y su falta de escrúpulos.
Como resultado de estos encuentros, Juanma iba a ser objeto
de incriminaciones de carácter penal, por andarse juntando con delincuentes, y
de nuevo, Álvaro, su hermano gemelo, apostado en la orilla azul, prestó sus
buenos oficios intercediendo ante el magistrado Arboleda Ripoll para que
desestimaran los cargos.
¿Monopolio monocorde de
la paz?
“Este proceso empieza con Alfonso Cano, que era un tipo más
urbano, más radical en lo urbano y en lo militar.” María del Rosario, El
Espectador, en “Sal y Pimienta”.
“El gran desafío del posconflicto será la guerra sucia.”
Eduardo Montealegre, Fiscal general.
Estas infidencias y chismografías son el resultado del cotarro levantado
en las dos últimas semanas, cuando la agenda de la paz con la Farc-ep, no logra
superar el crítico umbral del segundo punto, que tiene que ver con un asunto
definitorio, la participación política para el grupo insurgente una vez que
firme la paz.
Hoy, después de las intervenciones de Iván Márquez, y los
mensajes de Timochenko, está claro para su contraparte, que para la firma de la
paz asimétrica, en un tiempo de guerra glocal asimétrica, nada tiene que ver
con la reelección de Santos para 2014.
Más bien pareciera que hay un cierto “deleite” de la
comandancia de las Farc-ep en el hecho de recordarle al coheredero de la
dinastía que inauguró el periodista Eduardo Santos, que ellos no están interesados en apoyar su
reelección, y que la paz tiene un tiempo cuando arranca la quinceava ronda en
La Habana.
Constituyente o
Referendo
“Sin duda, nuestro país necesita un discurso social, un
discurso moderno, como el que expone el presidente, de reformas estructurales
de la tenencia de la tierra.” Equipo negociador de las Farc-ep.
Entretanto, un correligionario liberal del presidente, Juan Fernando
Cristo, presidente del senado, fustiga el papel aguafiestas de Álvaro Leyva, a
quien se atribuye no sólo el carácter de auxiliador de las Farc-ep, de tiempo
atrás, sino el ser animador de refrendar la paz por vía de la Constituyente, y no del Referendo en
que se empeña la vanguardia del bloque en el poder, y en la que está
comprometida la mayoría del partido de la U.
Contra esta fórmula de la paz
del gobierno que impone refrendarla, cuyo vocero congresional es Roy
Barreras, se levanta también la acción del partido de la guerra, bajo el cobijo
del proyecto de Álvaro Uribe, el Centro
democrático que esta semana empezó a recoger firmas para competir en las
elecciones, con un 60 porciento de favorabilidad en las encuestas más recientes
para la lista al senado que él encabezará.
En la constituyente coinciden, casualmente, la guerrilla y su
más fiero opositor, el expresidente Álvaro Uribe, ahora golpeado con su familia incluida, por las denuncias
del representante Iván Cepeda, quien le ha levantado el expediente de haberse
apoderado de más de 1000 has de tierras feraces en Córdoba, disfrazándose de
campesino fue apilando su paraíso de El Ubérrimo. Hay un dossier hecho público
por la unidad legislativa de Cepeda que circula en diversos medios y en el propio congreso, que exhibe respaldo
documental oficial para los asertos de su denuncia.
El asunto de la paz y su actualidad, después del paro
campesino, se salió del resorte de las dos representaciones de la guerra
nacional. Las vocerías de la sociedad civil de los de abajo, porque la de los
de arriba se encuentra sentada en la mesa de La Habana desde el comienzo, ha
cambiado la perspectiva de elite con que arrancó.
Ahora en la escena de la negociación estarán presentes las
víctimas de la guerra civil local y regional que lleva medio siglo. Igualmente
a través de periodistas, formadores de opinión y congresistas la comunicación
se hizo fluida, y por vía aérea más y más personas se entrevistas y comparten
con la delegación política de los subalternos en armas.
A raíz del paro campesino, en el Catatumbo, y luego en el
centro del país, y ahora en el sur, del Huila para abajo, que es la última
oleada se ha puesto atención a las causas objetivas de la guerra, de la
revuelta, y la protesta campesina de la cual han nacido y nutrido hasta hoy
tanto las Farc como el Eln que está de turno en la lista de la paz.
Coyuntura glocal y paz
asimétrica
“Un incumplimiento
tiene el potencial de ser catastrófico: el mercado de crédito se congelaría, el
precio del dólar se desplomaría, las tasas de interés se dispararían, sus
efectos le darían la vuelta al mundo y podría desatarse una crisis financiera y
una recesión similar a la que se vivió en el 2008 o peor.” Informe del Tesoro de Estados Unidos. El Tiempo, 6 de octubre de 2013, p. 17.
“Vayan y voten. Paren
esa farsa.” Exhortación de Obama al Congreso, sábado 5 de octubre.
Vistas las cosas de este modo, aunque no se asuma del todo, lo que
implican los últimos acontecimientos de Colombia, las causas objetivas y
subjetivas se anudan a pesar de todos los cálculos del bloque dominante, y sus
dos más caracterizadas alas políticas, el partido de la U, y la corriente de
opinión con vistas de hacerse partido, el Centro democrático, metidas en la
preparación electoral cuyo límite es noviembre de este año.
Es a partir de la confluencia de estas causas, que en los
escenarios de diálogo y guerra conviene ahora introducir el término que da
título a este ensayo como colofón de la presente reflexión: la paz asimétrica,
esto es, la presencia de los subalternos con voz propia, la presencia de los
sin parte, según decir de Jacques Rancière, y su reclamo por igualdad social
plasmado en la Constitución de 1991, cuya punta de lanza son los campesinos,
por una parte, y las víctimas de la guerra sucia, por la otra.
Esta paz es el frágil puente entre la ecuación que
caracteriza a la reproducción glocal, global y local del capitalismo, cuya
recesión no sana, en su centro de dispersión, los Estados Unidos. Esta recesión
extendida en lo político afecta también, de manera diferente, a Alemania,
corona económica y política de la Unión Europea, aliada principal de Estados
Unidos en las políticas de ajuste que desmontan los logros subalternos en los
tiempos del Estado de bienestar. Pese al triunfo, Angela Merkel no obtuvo la
mayoría en el parlamento por lo que está forzada a pactar con la
socialdemocracia o los verdes, y esta alianza tendrá su precio, interno y
externo.
Pero, lo más significativo es el último episodio, lo que
revela el enfrentamiento entre Barack Obama y los republicanos más conservadores,
liderados por la fracción “Tea Party”, que ha bloqueado la aprobación del
presupuesto en la cámara, donde son la mayoría; y esta presión, agenciada por
el filibusterismo congresional, ha puesto en sus casas a 800.000 empleados
federales por una semana.
La presa que piden a cambio es que el Obamacare, la única
carta de mostrar por el desteñido gobierno de Barack, aplace su vigencia hasta
el año 2014. El punto crucial de este lockout, este bloqueo de los patrones de
la política estadounidense tiene una fecha límite, según se anuncia, el 17 de
octubre próximo, para poder responder a las obligaciones financieras de una
deuda nacional que se aproxima a los 17 billones de dólares, y que requiere
modificar el techo de la deuda, porque el que fue pactado, 16,7 ya fue rebasado
en mayo de este año.
Así que los Estados Unidos se acerca al borde la insolvencia
interna y externa, y la amenaza está en convertirse por primera vez en su
historia en deudor moroso, con todo lo que implica para el funcionamiento de la
economía capitalista global, porque tendrá cesar en el pago de intereses de la
deuda, algo impensable, cuando la recesión de 2008 es un fantasma que recorre
el mundo industrializado y sus periferias.
En lo interno significará no pagar las obligaciones regulares
de pensionados, empleados federales, contratistas, veteranos, en una lista
potencial de indignados que hará palidecer las demostraciones de los indignados
que se agolparon a las puertas de Wall Street.
¿Por quién doblan las
campanas?
Tal es el clima global en que las conversaciones de paz de
Colombia tienen curso. Estamos en el vórtice de los ejercicios conocidos de Pax
Romana, expresados en la fórmula, “si quieres la paz, prepara la guerra”. Y que tiene como teatro próximo internacional
a Siria, y a Colombia como botón en el llamado hemisferio occidental. Pareciera que un ensayo de paz
asimétrica, esto es, uno que posterga la
democracia, se torna cada vez más inviable; y cuando aquí hablamos de
democracia nos referimos a presencia decisiva de los subalternos en las causas
comunes, esto es, entronización efectiva del modelo participativo en la toma de
decisiones colectivas vinculantes sobre lo fundamental.
Esta encrucijada en la historia del siglo XXI, en la época
del Imperio, proyecta a Colombia en el
escenario mundial. En ella como en Siria está la oportunidad para ir más allá
de la ecuación tres veces milenaria, ensayada desde los tiempos de Roma
imperial, y la cual fue síntoma de su decadencia.
Después lo fue de la Pax británica, y ahora de la Pax
americana, pactada al final de la segunda guerra mundial, y que se tradujo en
el reparto del mundo en tres bloques, capitalismo, socialismo y no alineados.
Entonces, ¿por quién doblan las campanas?
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