"Más colombianos se creen de estratos 5 y 6. El 7.2 % dice ser de clase alta." Titular de ET, 21.07.2014, p. 3.
Hoy, cuando queda claro que el manejo económico del bloque dominante, con secuela de los presidentes de la seguridad/prosperidad es un fracaso; que la cosecha amarga amenaza la vida de la gente común, es la oportunidad para una izquierda audaz en la acción opositora. Dispuesta a buscar la verdad, y a unir a las multitudes de clase baja y media, como los llama el Estudio Colombiano de Valores (ECV), en un contra-bloque que le dispute la hegemonía a la centro derecha, que le lidera el partido de la U, en el impulso a una fórmula de paz que asuma una postura radical democrática.
Estos errores intencionales de conducción económica se depositan sobre los hombros de la clase media, a quien se ha impuesto su despojo, mediante una reforma tributaria que busca obtener algo más de $ 12 billones para este año 2014. En lugar de extraerlos, los dos gobiernos neoliberales, grabando impositivamente a los cacaos nacionales y transnacionales, quienes siguen siendo los que "eligen" presidentes, pagan elecciones, y nunca pierden en esta pelea de "toche con guayaba madura," porque cobran cinco veces sus "inversiones" clientelistas en la política.
En la dirección política de la izquierda, por dentro y por fuera del congreso, se perfilan sus dirigentes más caracterizados. Dentro del congreso la voz cantante la lleva Iván Cepeda con el reclamo de un juicio político para el ex Álvaro Uribe, por su compromiso abierto y encubierto con la para-política, causa a la cual se une Claudia López, de la Alianza Verde, quien le hace la segunda voz, una agrupación democrática de centro que está en proceso de definición interna afectada por los bandazos presentes y pasados del ala progresista que lideran Antonio Navarro y Gustavo Petro.
Por fuera y por dentro del Congreso está el quehacer del senador Robledo, quien se ha enfrentado a su excopartidario juvenil, el ministro de minas y energía, Amylkar Acosta, fijando su interés coyuntural en la suerte de los hidrocarburos nacionales, y en descubrir la oscura alianza que existe entre Ecopetrol y Pacific-Rubiales, una firma con asiento en el Canadá, muy activa, por demás, en materia publicitaria, haciéndolo bombo a la pasión nacional por el fútbol en este tiempo de vacas gordas en materia deportiva.
Pero, en el horizonte inmediato, el espectáculo de la contratación de James Rodríguez, para el Real Madrid no disipa la tormenta cuyos nubarrones pesan sobre la cabeza de las multitudes de Colombia. La izquierda democrática tiene atravesar en procura de otra tercera vía, por entre el Escila y el Caribdis, del pan y el circo que aprovecha con mezquindad y cálculo político, el presidente reelecto.