Historia de los Subalternos
COLOMBIA POR CARLOS FUENTES PÓSTUMO
miguel angel herrera zgaib
director del grupo pyp, y coordinador de la SGG.
profesor asociado, C.Política, Unal. Bogotá
"Admiro esa incesante energía de invención que (Fuentes) tiene para buscar cada vez un nuevo camino para decir lo que todo escritor tiene que decir..." Álvaro Mutis.
"Aquiles o el guerrillero y el asesino," parece ser la novela póstuma del gran prosista mexicano que fue Carlos Fuentes. Es un texto que revoloteó por más de 20 años, sin encontrar el punto final, de manos de su autor. Hasta que su mujer, Silvia Lemus, y su editor y prologuista, Julio Ortega la sacaran de un cuasi anonimato al público lector actual.
Aquiles es el nombre con que Fuentes representa a Carlos Pizarro Leóngómez, el hijo del almirante conservador incorruptible, con esposa chilena, liberal, pedagoga de pobres, y con un hogar de 5 hijos.
Así mismo Fuente bautizó también en la novela a Jaime Bateman, Diomedes, y lo puso a hacer de contador de historias durante su estadía en Santiago, repasando con sus compañeros tanto el arte de la guerra como su fantasía caribeña.
Nos pinta a Aquiles en su infancia: "pobrecito. El más guapo pero el más enfermito". También evoca a su padre, el militar, "clasificándolos...Que si Aquiles debía ser médico para curarse a sí mismo."
Como para recordarnos de pronto al Ché, médico aquejado de asma, hasta su asesinato en la escuelita de La Higuera. Pero ello ocurrirá para Aquiles más adelante en el relato, cuando también sabremos de Kike.
Como para recordarnos de pronto al Ché, médico aquejado de asma, hasta su asesinato en la escuelita de La Higuera. Pero ello ocurrirá para Aquiles más adelante en el relato, cuando también sabremos de Kike.
O mejor sería seguir la receta que le propone al cuarteto colombiano el dicharachero Diomedes: "Las enfermedades se curan con música y hembras, reía entonces...y todos lo miraron con el cariño que inspiraba este costeño bullanguero, tan vital como la revolución que proclamaba..."
De pronto
En el relato de Carlos, la sierra montuna se llena de olores y colores extraños y repentinos, cómo no: "Diomedes y Aquiles se pusieron de pie. Cástor y Pelayo giraron en redondo. Estaban rodeados de varias docenas de niños, todos con canana cruzadas al pecho, ropa de dril demasiado grande para unos, demasiado corta para otros...rodeando a los cuatro guerrilleros, riendo alborozados..."
Enseguida se pregunta Fuentes:
"¿Cuándo empezó la violencia en Colombia?
Eran los mil hijos de la guerra de los mil días que dejó al país postrado para perder Panamá, eran los sobrinos de la incendiaria anarquista María Cano, que navegó como un salmón Magdalena arriba, bautizando a los niños en el altar; eran los hermanitos pequeños de Quintín Lame..."
Enseguida avanza la semblanza de Carlos Pizarro en esta novela express:
"...El más guapo pero también el más enfermito. Diferente de sus semejantes...La cabellera larga, cobriza, el bigote naciente, rizado, indistinguible del vello de su sexo y sus axilas naciente también. La nariz perfecta. Los ojos de santo fallido, de tirano que no quiere serlo, de amante en un orgasmo perpetuo de mirada en blanco que sólo el orgasmo fija, aclara, afoca..."
(Continúa)
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FELICES FIESTAS Y MEJOR COMIENZO EN EL AÑO 2017. TIEMPO DE CONMEMORACIONES Y NUEVAS LUCHAS DEMOCRÁTICAS DE LA GENTE COMÚN.