DIFERENCIAS DE FONDO EN
LA HABANA:
¿LA CONSTITUYENTE, UN PUNTO DE PARTIDA?
“El acuerdo que se logre no puede ser un acuerdo cualquiera.
Tiene que ser el mejor acuerdo posible para los colombianos. H de la Calle,
jefe delegación gobierno.
Miguel Angel Herrera Zgaib
Exrector U. Libre
Profesor Asociado, C Política,
Unal
Director Grupo presidencialismo y
participación, Colciencias/Unijus.
Del Plan Colombia a Pax
Colombia
“No se pudo cumplir
por las exigencias lógicas de una prolongada guerra que nos ha llevado a
participar decididamente en la hoja de ruta que esperamos sea acordada durante
el próximo ciclo de negociación.” Iván Márquez, Farc- Ep.
En
efecto, llegó el 23 de marzo, y no se puso fin a la negociación de la paz entre
la insurgencia subalterna, Farc-ep, y el gobierno. Las dos principales
vocerías, el presidente Santos, y Timoleón, lo habían (pre)anunciado. En
cambio, el día que no fue el de la firma, aparecieron, Humberto de la Calle, e
Iván Márquez, para explicar a todos los porqués de este aplazamiento, que se
sintetizan en asuntos fundamentales aún no pactados.
El día señalado coincidió con la visita personal
del presidente Obama y su familia a Cuba. Allí, precisamente, el secretario de
estado, John Kerry, en su lugar, se reunió con las dos delegaciones que
adelantan la negociación de paz; en particular, tuvo oportunidad de conocer y
dialogar con el jefe político militar de las Farc-ep, Timochenko, quien comentó
la importancia que su antagonista en la guerra estuviera ahora en plan de paz,
con un decidido convencimiento.
También se supo que el Consejo de Seguridad de la ONU dispuso
una misión política para acompañar la ruta para la paz y el fin de la guerra,
que los antagonistas tracen para finiquitar de una vez los pendientes, a la vez
que ponga en limpio las reservas que se han acumulando al margen de los cuatro puntos ya
decididos de la agenda.
¿Qué los separa?
“Ni nosotros podemos dar garantías
absolutas a las Farc ni ellos a nosotros.” Claudia López, Alianza Verde
“Hay que seguir buscando un acuerdo para todos, no puede
haber fechas fatales. Decir que no habrá paz, por la fecha, es un chorro de
babas.” Horacio Serpa, partido Liberal.
Aunque no
haya un pronunciamiento oficial de las dos partes, para la mayoría de analistas
y enterados hay, cuando menos cuatro asuntos sobre los que no se ha podido
llegar a un acuerdo: 1) las denominadas zonas de concentración y su ubicación,
que las Farc-ep reclaman en un número superior a 60, mientras que el gobierno
piensa en que no superen la docena, y con la pretensión que no estén cerca de
ciudades y pueblos, lo cual la guerrilla no acepta; 2) el desmonte oficial del
paramilitarismo, en su doble vertiente, Auc/Bacrim; 3) la participación
política sin que se haya hecho la dejación completa de las armas. Al respecto,
ocurrió el episodio de El Conejo, y antes el del Putumayo, 4) La amnistía, con
la excepción de crímenes de lesa humanidad probados.
En ambos escenarios estuvo presente el delegado Joaquín
Gómez, quien es el comandante del Frente Oriental de las Farc-ep, el más
poderoso en términos político-militares, desde los tiempos del Mono Jojoy.
El
propio Gómez, de viva voz, durante el ejercicio de pedagogía política cumplido
allí, insistió ante los reporteros de PBS, en el espacio NewsHour, en dos
asuntos: el desmonte definitivo del paramilitarismo, y la amnistía para la insurgencia, excepción para los crímenes de lesa
humanidad. (Ver sitio Grupo presidencialismo y participación, Facebook)
¿El trabajo de la
Subcomisión del Fin del Conflicto empantanado?
“Se ha dicho que descartamos el trabajo realizado por la
subcomisión del Fin del Conflicto. Eso es falso, totalmente falso.” H de la
Calle.
Había una suerte de premio de consolación para el pasado 23 de marzo,
que las partes en la guerra comunicaran a Colombia, que habían pactado el cese
al fuego bilateral y definitivo. Máxime cuando la guerrilla en la negociación
lleva alrededor de tres meses con un cese unilateral de operaciones militares
ofensivas, siempre y cuando no sean objeto de agresiones por parte de las
fuerzas militares y de policía.
Tampoco ocurrió. Al respecto, desde cuando estuvieron
presentes los juristas Santiago y Leyva en La Habana, se produjo un mentís a lo
que allí se había acordado. El propio jefe de la delegación del gobierno señaló
que en el documento en discordia constaban las diferencias, en un texto que
según se dijo entonces superaba las 60 páginas de contenido.
Ahora, Humberto de la Calle afirma que lo hecho por la comisión
bipartita en la mesa de negociación no se ha descartado: “Son propuestas
sólidas que han sido revisadas por los plenipotenciarios y cuentan con todo
nuestro respaldo.” Pero, a renglón seguido, se indica, que los generales
presentes en la mesa, Flórez, Rangel y Naranjo están de acuerdo con la
delegación en que las diferencias con las Farc
existen.
Entonces, ¿qué? No hay
acuerdo.
Por eso, la vocería del gobierno promete hacer todos los esfuerzos
para lograr un acuerdo final. Y el senador Iván Cepeda, coincide en confiar que
“las diferencias se resolverán en los próximos meses. Estamos en un momento en
que el proceso de paz está en su fase final y hay confianza.”
Si hay verdad en lo dicho por Cepeda, el asunto de la firma
de la paz no es de días, sino de meses. Y se entiende el por qué la
conversación del máximo garante internacional, Estados Unidos.
Por eso hubo la presencia del secretario de
Estado, John Kerry, y no el presidente, los socios principales del Plan Colombia, el
plan de guerra contra-insurgente cofinanciado y apoyado por 15 años. Los mismos
que han prometido a la construcción de la paz con US $450 millones, eso sí, una
vez que la negociación esté en firme.
La marcha del 2 de
abril y la refrendación constituyente
“…no se va a firmar un acuerdo de paz a cualquier precio y
que, por el contrario, se firmará un acuerdo conveniente para todos los
colombianos.” Jimmy Chamorro, partido de la U.
El
almanaque Bristol nos recuerda que en abril, lluvias mil. Pues, esta vez, en
vez de lluvias copiosas, tendremos manifestaciones concurridas. Luego de la
movilización del 17 de marzo, donde las centrales obreras reclamaron por igual,
paz laboral y apoyo a la paz que se negocia en La Habana.
La primera está anunciada por el Centro Democrático, para el
2 de abril, con la vocería internacional del senador Álvaro Uribe Vélez y Oscar Iván Zuluaga, quienes han estado
denunciando las “persecuciones” de que son objeto él expresidente y su familia,
por el gobierno de Santos, a través de
la rama judicial, y la Fiscalía. Otro tanto ha dicho el excandidato
perdedor en la pasada elección presidencial.
El Centro Democrática insistirá en que la paz en curso es una
entrega a las Farc-ep, que son una
organización narco-terrorista, que no puede ni debe ser tenida en cuenta como
interlocutor político; y que en lo militar se encontraba prácticamente
liquidada, por las acciones libradas contra ella durante los dos gobiernos del
expresidente Uribe Vélez. Pero, la traición de Juan Manuel Santos tronchó la
liquidación militar, y la consiguiente rendición de la insurgencia subalterna.
Dependiendo de lo que ocurra de aquí al 2 de abril, ya se
empieza a columbrar la cita para una movilización en la siguiente semana, es
decir, el 9 de abril, en la que está interesada aunque poco comprometida que se
sepa la dirigencia de la Izquierda democrática, y los Progresistas con la
vocería del excalde Gustavo Petro, vocal en la defensa de la
Constituyente como mecanismo de refrendación. Así lo hizo saber en su visita a
las Farc-ep, en La Habana. Pero, ¿quiénes respaldarán a hoy esta iniciativa?
¿Quién decidirá la Paz?
Por último, es cierto, que no se firmará un acuerdo a cualquier precio.
Éste, el que fuera tiene que ser refrendado por la ciudadanía activa. El
gobierno insiste en el Plebiscito, cuyo trámite está demandado ante la Corte
Constitucional, y la decisión está pendiente, luego que el magistrado ponente
del plebiscito por la paz, Luis Ernesto Vargas, cerró el periodo de las
audiencias.
Entre tanto, las Farc-ep insiste en la constituyente,
aunque abren también el camino, según dice Timochenko, a un procedimiento especial,
distinto a los anteriores. en lo que parece han venido trabajando los juristas
Santiago y Leyva, Mientras tanto, después del cese de semana santa, en el congreso el partido de la U sigue con el impulso al proyecto de una Comisión Legislativa que se encargaría de darle concreción y efectividad a los acuerdos, una vez se firmen.
Pero, como lo recordaba De la Calle, el mejor acuerdo para
los colombianos, no es el que decidan las dos partes solas, sino el que
estudien y refrenden los colombianos, quienes ya están curados de espantos,
seguridades y prosperidades pseudo-democráticas.
Abril será un tiempo de aclaraciones en profundidad, y es
posible que el próximo 1o. de mayo sea, el día que le toque a Colombia ponerle
el punto final a la negociación de paz, contando, además, con la incorporación
del Eln, y del Epl, para resolver la ecuación de la guerra fratricida, que ha
enlutado a tanta gente del común, y desplazado a 6 millones de colombianos.
Para entonces, en la mesa de los colombianos estarán servidas tres recetas paces : la
reaccionaria, la neoliberal, y la subalterna., como hemos venido sosteniéndolo
en anteriores escritos. ¿Con cuál estarán los muchos? Es el tiempo y la
oportunidad para probar la mayoría de edad política de todos y cada uno de los ciudadanos interpelados en primera persona a propósito del fin de la guerra, y cómo darle tranquila sepultura sin resurrecciones.