5 de mayo de 2013



ESPECIAL  SOBRE  POLÍTICA  Y ECONOMÍA

GUSTAVO PETRO  Y  LA NUEVA BOGOTÁ (Primera Parte)

Miguel Angel Herrera Zgaib
Profesor asociado, Ciencia Política.

“Ganamos, si nos arrebatan el triunfo  tendrán una primavera árabe”. Guillermo Asprilla, destituido secretario de Gobierno.

Los entretelones de la política y la justicia

                                                                           En enero de 2009 se posesionaba como Procurador general de la Nación Alejandro Ordóñez, y uno de los senadores del Polo que votó favorablemente aquella primera elección fue Gustavo Petro, quien ahora experimenta en su propio pellejo una posible destitución como fruto amargo de la investigación que contra él adelanta la Procuraduría. Ordóñez consiguió reelegirse venciendo todo obstáculo, y esgrimiendo el poderoso expediente sancionatorio que el cargo pone en sus manos, y que  practica con celo intimidatorio e indudable eficacia para persuadir a sus “naturales” electores, los congresistas.

La investigación disciplinaria se funda en las omisiones y malos manejos que se presentaron en el cambio del modelo de recolección de basuras de la ciudad capital. Petro había anunciado en el  momento de su posesión, y en campaña que uno de sus proyectos bandera era “O Basura  en Bogotá“. Y él acompañó esta promesa  con la presencia de su compañero de lucha en el M19, Guillermo Asprilla, administrando la UAESP. Él, años atrás,  defendió como abogado a los habitantes afectados por el fétido relleno de Doña Juana, enclavado entre los pobres del sur de Bogotá, y receptor de  todo tipo de desechos provenientes de las cuatro esquinas de la metrópolis.

Aunque no haya la prueba reina, el mismo procurador de la historia, quien autorizó también la destitución de Andrés Felipe Arias, coequipero de confianza del ex Álvaro Uribe, contradictores políticos afirman que éste se reúne con aquel y el exministro Fernando Londoño, hijo del otrora leopardo conservador;  manchado hasta hoy por el negociado de “intercolsa”, y objeto de un atentado terrorista. El puente de unión para ventilar esta hipótesis es la procuradora Tatiana Londoño, hija del exministro, y así  lo destacó  RCN radio.

¿De qué hablan los tres aliados? Ni más ni menos que de política, de cara a las elecciones del año 2014. Y barajan con entusiasmo la posible candidatura de uno de los dos centuriones del partido de la guerra,  Ordóñez o Londoño, porque los otros, Francisco Santos y el exministro de Hacienda siguen parqueados sin agarrar vuelo. Claro está que la cuenta para el procurador vence el 24 de mayo. Por lo que una destitución más, la de Gustavo Petro, coincidiría con el lanzamiento con bombo y platillos de él como nuevo candidato presidencial.

El otro acto en esta superposición entre justicia y política se agravó con la denuncia de Daniel Prado, el abogado defensor de Petro, quien no ha sido escuchado, y su abogado denuncia que el proceso disciplinario avanza con una abierta violación del debido proceso que es una garantía constitucional.  Y se advierte, además, que el accionar de la procuraduría demandado por un apretado ramillete de ciudadanos, contrarios a la actual alcaldía, “se aprestan a violar el voto popular,” por lo que el procurador “no debe escucharlos”.

La revocatoria del mandato 

“Pero, creo que si la idea es sacar a Petro, sería más lógico que los electores tomaran esa decisión, en caso de que proceda la revocatoria…” Antonio Navarro, dirigente nacional del Movimiento Progresistas.

                                                                     La segunda batería emplazada es el referendo ciudadano para la revocatoria  del burgomaestre, respaldada por algo así como 646.000 firmas, recolectadas, en su mayoría, dice Miguel Gómez, un representante elegido por Bogotá, en localidades populares de antaño clientelizadas. Conviene recordar aquí, que  el ex senador del PDA denunció la parapolítica, y con ella los turbios manejos del ex Álvaro Uribe Vélez, desde cuando era gobernador de Antioquia, y su hermano Santiago animador principal de “Los doce apóstoles”, tal y  como lo registró la periodista Olga Béhar.

Pero, no es menos cierto, que en Colombia no tenemos aún establecido el derecho de revocarle el mandato a los presidentes ni a los congresistas, que son cargos de elección popular. Por lo que éstos están resguardados de una efectiva rendición de cuentas exigida por los electores insatisfechos. Esto sí es posible en la vecina y vilipendiada Venezuela “chavista”.

El difunto presidente Chávez,  padre de la Constitución de 1999, lo vivió en carne propia, y sobrepasó la prueba de la oposición política, la misma que ahora  disputa a Nicolás Maduro su elección presidencial, primero, por las vías de hecho, con la muerte de 8 partidarios del PSUV, y con la quema, dicen las fuentes oficiales, de cuarenta misiones médicas, atendidas por  personal cubano. Y ahora, después de anunciada la auditoría del 46 por ciento, impugna la elección tout court.


Antonio Navarro, el primer secretario de gobierno del gabinete de Petro, uno de los expresidentes de la Constituyente, junto a Horacio Serpa y el asesinado Álvaro Gómez, tío de Miguel,  el motor de la revocatoria contra Petro, cuyo músculo económico no se audita, lamenta su participación en la creación del Código único disciplinario que excluye al procurador de este poder sancionatorio. No hay, es lo que concluye este  “colegislador” fallido, por ende contrapesos para controlar los excesos que su uso inescrupuloso acarrea en la lucha política abierta.

VII SEMINARIO INTERNACIONAL ANTONIO GRAMSCI

DEMOCRACIA, GUERRA Y NUEVA REPÚBLICA, 1512-2012.

GRUPO DE INVESTIGACIÓN PRESIDENCIALISMO Y PARTICIPACIÓN.

UNIVERSIDAD NACIONAL DE COLOMBIA

Carlos Bohrt; Sandro Mezzadra, Justo Soto, Francisco Hidalgo, Miguel Angel Herrera