Articulo de Introducción al Seminario Internacional
Aquellos que no recuerdan el pasado, están condenados a repetirlo[1]. Es en esta medida en la que en Colombia, con su poca memoria, se ha escrito una historia turbulenta plagada de contradicciones, rencores y anhelos temporales de paz.
El siglo XIX no fue más que la euforia de la independencia transformada en delirios de poder, que generaron profundas divisiones que impidieron la construcción de una identidad propia con fuertes valores que garantizaran una vida digna. Del mismo modo, el poco interés en la construcción democrática del Estado desencadeno una lucha por el poder traducido en un siglo XX conflictivo, en donde el país sufrió desde pérdidas territoriales hasta la persistente propagación de una dinámica del silencio en donde voces de cambio y esperanza se desvanecieron en el tiempo gracias a un régimen violento e irresponsable. En donde además, la impunidad ha sido auspiciada por el castigo de las instituciones pero no por la condena de aquellos hombres responsables de este desgaste institucional.
Son cientos los conflictos que ha padecido el país desde su independencia, múltiples las formas de resistencia, pero pocas las alternativas para construir la Paz. Hace más de cien años, se estableció una constante de odio en la que las divisiones partidistas cegaron la voluntad popular; así, la construcción nacional se determino por la imposición de los vencedores, de aquellos que aprovecharon la coacción como método de reivindicación, de aquellos que creen ser los únicos a los que les duele el país. Más allá de lo fundamental, la ciudadanía, Colombia ha desfallecido políticamente debido a la ejecución de mandatos de poca cohesión interna y en concordancia con preceptos globales. El país padece la dinámica de lo absurdo, en la que la vida se reduce simplemente a la existencia de la misma y a la protección de la propiedad privada. La construcción de un entorno favorable es, simplemente, una ganancia de pocos.......
[1] Cita celebre del ensayista español Jorge Santayana.
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